jueves. 28.03.2024

TRUEBACrecer es aceptar el caos, aprender que en la infancia se quedó para siempre la creencia esa de que el orden fluye en el mundo y acaba por dejar siempre cada cosa en su sitio. En la obra que conozco de David Trueba siempre palpita, sea cinematográfica, sea novelesca, el acicate de la vida que nos hace sabernos vivos y sernos vivos, y en esta nueva narración suya nos lleva literariamente y casi literalmente al pasado inconcebible de un músico impregnado del elixir de la existencia como viaje por un sendero donde nos zarandean y nos besan y nos gritan y nos cantan y nos mecen y nos aman, donde zarandeamos, besamos, gritamos, cantamos y amamos.

Si te gusta la música, la de nuestro tiempo, la de Wilco y Vainica Doble, la de Los Smiths y Kiko Veneno, si quieres acompañar a un imaginado y muy creíble protagonista del pasado reciente de este país de países que es España a través de la experiencia creativa de un compositor que hace de su vida al narrarla una canción, que hace con un ramillete de canciones su vida, si te apetece disfrutar de la hilarante sensación de ser homenajeado por quienes sin inventarse el pasado te lo ponen delante de tus narices con todo su tiempo irreal y cierto repleto de memoria y deseo, si quieres disfrutar de la vida tal y como es, si quieres leer una buena novela de esas que parece que ha escrito un amigo, qué digo, que parece que has escrito tú mismo que tan bien te conoces, si quieres hacerme caso, vete un rato a ese lugar fabulado por David Trueba para decirnos a todos que sin la amistad y el amor la vida es bien poca cosa.

DAVID TRUEBA: Tierra de campos, Anagrama, 2017

Wilco, Vainica Doble y David Trueba. 'Tierra de campos': aceptar el caos