jueves. 18.04.2024
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Mitin de la International Workers of World el 11 de abril de 1914 / The Library of Congress

No lloréis por mí, organizaos”, fueron algunas de las últimas palabras del cantautor y político Joe Hill días antes de ser fusilado. Condenado en circunstancias extrañas, el músico envió una última carta a Bill Haywook, uno de los dirigentes y compañeros de la Industrial Workers of World que más tarde acuñó como lema sus palabras. Una forma de recordar la controvertida ejecución de uno de sus líderes, pero también un representante de la agitación musical en el seno del anarcosindicalismo de principios del siglo XX, que más tarde daría lugar a lo que entendemos por canción protesta en EEUU.


Eugenio Cortés, profesor de literatura y Cultura Inglesa en la Facultad de Educación de la Universidad de Castilla-La Mancha, llevó a cabo el pasado lunes 22 una ponencia sobre estos orígenes culturales y políticos representados por Hill, que derivarán más tarde en figuras como Woody Guthrie y su famosa frase “esta máquina mata fascistas” escrita en su guitarra, hasta llegar a figuras como la de Bob Dylan.


El meme como décimo arte


Hablar de la canción protesta norteamericana es necesariamente hacer referencia a sus movimientos políticos. Sobre los pilares en los que surgió esta música, se encuentran las voces de los esclavos, los inmigrantes, los cantos de las iglesias protestantes, de generaciones desheredadas a las que Joe Hill pertenecía. Y que se vincularon en muy estrechamente al movimiento anarcosindicalista. El cantante nació en los brazos de una familia protestante, que le permitió desde joven tener una cercanía muy estrecha a la música y los instrumentos, con la que más tarde compondría himnos políticos tan relevantes como There’s a power in the union, Should I ever be a soldier o Pie in the sky (Preacher and slave).

1Ficha policial de Joe Hill en Utah, circa 1915 / The Library of Congress

Desde la revuelta anarcosindicalista de la Baja California a la Revolución Mexicana, Joe Hill estuvo presente en multitud de iniciativas, comprometido con los valores políticos derivados de las lecturas de Kropotkin o Malatesta que influenciaron el movimiento político, presente en especial a través de la International Workers of World, llamados popularmente wobblies, y presentes también en países como Reino Unido, Canadá o Japón. También estas ideas influenciaron su forma de hacer música, por medio de la incorporación del corrido mexicano o la música de banjo, un instrumento que más tarde simbolizará la canción protesta y que fue tomado por él para representar a los más desfavorecidos.

Una figura musical relevante, que, sin embargo, no estuvo exenta de olvido consciente por parte de las instituciones norteamericanas. Solo en 1969 se empezó a reivindicar el legado musical y político que su figura había tenido en la historia del movimiento político en los EEUU, llegando a realizarse una película homónima, dirigida por el cineasta sueco Bo Widerberg. Una pequeña forma de recordar a aquel hombre que miraba más allá de la pared y que voló como un león rebelde, dejando su legado de música en la historia.

La conferencia de Eugenio Cortés "Rojo, Banjo y Negro: la balada de Joe Hill y el origen anarcosindicalista de la canción protesta norteamericana" se produjo en el contexto del ciclo "Música, política y movilización social en la contemporaneidad" organizado por el Seminario Permanente de Estudios Contemporáneos (SPEC).

Volar como un león rebelde, raíces políticas de la canción protesta