viernes. 19.04.2024

Cuando el señor Runciter recibe la visita del técnico de noche, se arma un buen jaleo en aquellas oficinas. Y, al iniciar la lectura de esa historia, el consumidor de aventuras futuristas puede aislarse del mundo que le rodea y dejarse atrapar por las fuerzas ocultas que amenazan la solvencia de Runciter Asociados. O la de Ahorro y Crédito Ubik. ¡Fácil de aplicar! ¡Resistente a toda prueba! Así es (o así parece funcionar) el producto perseguido en pleno torbellino. Un torbellino de verdad. ¿Nombre del planeta? Ubik.

Quizá el planeta, en realidad, sea la Tierra. Pero no lo parece así para los elementos presentes a lo largo de una carrera tan desenfrenada como la que se retransmite para todos los seguidores de un evento tan poco deportivo. Y, para los lectores de la novela de Philip K. Dick a la que no pocos de esos seguidores consideran magistral, supone una amenaza. Un conflicto igual de real, esté o no el adorado lector acostumbrado al tiovivo elegido por el autor estadounidense.

Hablamos de ciencia-ficción. Hablamos de un género al cual Dick ha regalado otros relatos notables, como El hombre en el castillo y ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Soñamos con todo un mundo sin explorar y de otros escenarios pateados por gentes dotadas con todo lo necesario para la persuasión. Y para el engaño. Pues bien: si hablamos de ciencia-ficción y soñamos con universos desconocidos, recordemos que Ubik se presentó a finales del pasado año gracias a Minotauro, sello que también reedita en este 2020 otras obras del singular narrador. Como las novelas Valis y La penúltima verdad o los dos primeros volúmenes de sus Cuentos Completos.

Cuentos que, al igual que algunas de sus novelas, han sido adaptados al cine en los últimos tiempos. Cuentos que el propio Dick parece haber reunido en el pasado y en cinco volúmenes que ahora renacen. Cuentos que también muestran obsesiones del autor, como las que le inquietan acerca de la alienación o, cómo no, la muerte. Y la nueva versión de Ubik, asombroso relato que tiene a la publicidad y al marketing como invitados especiales y cuenta con la traducción de Manuel Espín, aparece poco antes de hacer lo propio Gigamesh con el libro En busca de Philip K. Dick, estudio de su figura a cargo de quien fuera su tercera esposa, Anne Rubinstein (Anne R. Dick), un interesante complemento para familiarizarse con la obra de ficción de Dick.

Dick. Philip K. Dick, hombre atormentado y… muy especial. Tan especial como para no poder evitar embarcarse de manera paulatina en esos procesos delirantes que le hicieron creer en manos de la CIA. O cosas peores, si la hubiere o hubiese. Ubik, además, es una de las entregas de Minotauro reunidas en sus Bibliotecas particulares dedicadas a diversos autores. Colecciones que cuentan entre los suyos con intérpretes del futuro y la fantasía tan populares como J. R. R. Tolkien (se presenta ahora mismo una enésima edición de El hobbit, esta vez ilustrada por J. Catlin) o Ursula K. Le Guin. Y es, igualmente, una de las razones para considerar a su autor como estilete esencial de un género como el que se sustenta en el futurismo, tanto en la literatura como en el cine y en la televisión. La adaptación al 7º Arte de Ubik está en proceso y en 2015 Amazon se encargó de la producción de una serie ideada (tan solo en un principio) para la pequeña pantalla.

Ubik, finalmente, es una gozada. Una lectura loca, muy loca, y rica en críticas evidentes al funcionamiento del planeta Tierra. Un momento, ¿o era otro planeta?

Torbellino futurista. UBIK: Philip K. Dick. | Editorial: Minotauro, 2019 | Páginas: 288.

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