Estambul, Pekín y Lhasa son ciudades que albergan unos de los palacios más impresionantes del mundo.
En los siguientes reportajes, Edmundo Fayanás nos cuenta la historia de estos complejos palaciegos que aún pueden disfrutarse en su máximo esplendor.
1º El palacio de Topkapi, el esplendor otomano
Asomado al Bósforo se yergue imponente sobre el Cuerno de Oro el Palacio de Topkapi, símbolo del imperio otomano.
Su visita es obligada si viajas a Estambul, en Turquía, la antigua Bizancio y Constantinopla.
El complejo palaciego se ha convertido en un gigantesco museo de la época imperial y sigue siendo una de las mayores atracciones turísticas de esta emblemática ciudad.
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2º La Ciudad Prohibida de Pekín
Patrimonio de la humanidad y el mayor complejo palaciego que se conserva íntegro hasta la fecha.
La Ciudad Prohibida de Pekín te traslada a otro tiempo, cuando entre sus muros se alojaban los emperadores de China y toda su corte.
Su conjunto de estructuras de madera alberga una de las más extensas colecciones de arte de las dinastías imperiales.
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3º El palacio de Potala de Lhasa
Residencia de los Dalai Lama, el palacio se encuentra en Lhasa, la capital del Tíbet y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1994.
Elevado sobre una montaña, el palacio de Potala es uno de los edificios fundamentales del budismo tibetano y lugar de encuentro de peregrinos.
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