Tracia se extendía desde Macedonia hasta el mar Negro y desde el mar hasta el río Danubio. Ocupa la punta del sureste de la península Balcánica.
Los griegos los consideraban extranjeros, tenían una cultura muy refinada, como demuestran los tesoros arqueológicos Rogozen, Vulchitrun o Letnitsa, entre otros. Los griegos tuvieron muchas relaciones comerciales con ellos, por sus minerales, las rosas, el vino y el pastoreo.
Esta zona estuvo habitada, en la antigüedad, por numerosas tribus guerreras de los tracios, que nunca absorbieron la cultura griega y formaban pequeños reinos separados.
Guerrero tracio
Debido a sus codiciables recursos, los griegos los sometieron hacia el año 600 a. C. y los utilizaron en la explotación de las minas de oro y plata del lugar. Eran a menudo reclutados como mercenarios, por su gran eficacia, y por su número. Tenían una gran riqueza, debido a los altos impuestos que imponían los reyes sobre los productos mineros, principal fuente de recursos de los tracios.
Aunque formaban un territorio con religión y costumbres comunes, no estaban del todo cohesionados. El pueblo más fuerte y duradero dentro de los tracios fue el de los odrisios, con Teres, su rey, como unificador de Tracia.
Los griegos decían que tenían costumbres raras, como la de que lloraban cuando nacía un niño, por todo lo que tendría que sufrir, y porque hacían bromas y reían cuando enterraban a alguien, porque éste no volvería a sufrir, y se dirigiría a una vida feliz y eterna, sin padecer los sufrimientos de la Tierra.
Fueron también los primeros en crear el primer oro trabajado del mundo, en Varna, en el año 4500 a. C.
Tamerlán, el último gran conquistador de las estepas
SU DESARROLLO
Eran un pueblo indoeuropeo cuyos miembros compartían un conjunto de creencias, un modo de vida y hablaban la misma lengua con variaciones y dialectos. Su civilización, aún mal conocida, se desarrolló desde el III milenio a. C hasta el siglo III d. C.
Su cultura, oral, hecha de leyendas y de mitos se diferencia de la de otros pueblos de esta época por la creencia en la inmortalidad. Se trata del llamado orfismo tracio que ya fue narrado por el historiador Heródoto.
Los tracios se extendieron a lo largo de la historia por Rumania, Moldavia, Bulgaria noroeste de Grecia, Yugoslavia, la parte europea de Turquía, Austria, Hungría, Alemania, Chequia, Eslovaquia, Polonia, Ucrania y Tayikistán.
En color azul: territorio controlado por los Tracios en su apogeo durante el Reino Odrisio, siglos V y IV a.C.
Vivían en un área muy extensa que comprendía la parte oriental de la península Balcánica más o menos hasta el valle del río Morava, las regiones contiguas al norte del Danubio y algunas estribaciones en Asia Menor.
Los troyanos son llamados dárdanos en la Ilíada, nombre de una tribu tracia que había ocupado el norte de Macedonia. Los tracios aparecen participando en la guerra de Troya.
Para conocer sus estructuras sociales, las costumbres y la vida espiritual de la Tracia primitiva, sólo nos podemos basar en algunos mitos griegos que podrían reflejar una concreta realidad histórica. La función sacerdotal que oficiaba el rey y el que fuera depositario y garante de los ritos ocultos transmitidos de padre a hijo.
Se cree que los prototracios, desde la Edad del Bronce, desarrollaron durante siglos en los Balcanes una mezcla de la cultura de los inmigrantes indoeuropeos y los indígenas neolíticos.
Genghis Kan, el gran emperador mongol
Para el periodo comprendido entre finales del año 2000 a. C y el siglo VI a. C., nuestra principal fuente son las tumbas, que son dólmenes cubiertos con un amasijo de piedras o con un túmulo de tierra.
Esta última forma siguió usándose hasta época romana. Herodoto describe las costumbres de los tracios, ha detallado el rito funerario, mencionando la creencia en la vida ultraterrena, impropia de los griegos de la época clásica.
Del siglo VI a. C. al fin del siglo V a. C.
La civilización tracia evolucionó rápidamente debido a la expansión colonial griega y al avance persa en el sureste europeo. Las colonias helénicas del Mar Negro mantuvieron relaciones comerciales con los tracios.
Las colonias griegas más importantes de la costa búlgara son las milesias de Apolonia la actual Sozopol y Odeso la actual Varna y la megarense de Mesembria, la actual Nesebar todas fundadas en el siglo VI a. C.
El rey persa Darío II cruzó el estrecho del Bósforo con un enorme ejército y atravesó las tierras de los tracios para atacar por la espalda a los escitas situados en Ucrania.
Su hijo y sucesor Jerjes, sometió a todas las tribus tracias hasta las montañas Ródope. Fue convertida Tracia en provincia del gran Imperio Aqueménida. Tracia fue gobernada por sátrapas que llevaban una vida fastuosa, en residencias principescas bien amuralladas.
La aristocracia de los tracios imitó sus costumbres y así se intensificaron las relaciones con las ciudades griegas de la región, donde se produjeron objetos suntuarios para el mercado tracio.
Según Herodoto, la presencia tracia era tan amenazadora en el siglo V a. C., que los considera el segundo pueblo más numeroso y ramificado del mundo conocido, detrás de los indios, y que solo por su individualismo tribal no lograban unificarse en una gran potencia.
La formación del reino de los odrisios, que era una tribu de los montes Ródope orientales, surgida después de que los persas derrotados abandonaran definitivamente Tracia. El reino odrisio tuvo una larga vida, formalmente hasta la constitución de la provincia romana, pero ya a finales del siglo V a. C. estaba dividido en dos partes y luego fue reduciéndose cada vez más.
Tracia se vio involucrada en la política expansionista de los soberanos macedonios en el siglo IV a. C. Filipo II anexionó primero el reino limítrofe de los tracios sapeos. Posteriormente, el de los odrisios orientales y por último las ciudades griegas de la costa.
Nacen como colonias macedonias las ciudades de Plovdiv que fue fundada con el nombre de Filípopolis y a la que los tracios llamaron Pulpudeva y de Stara Zagora la actual Beroe. Otros colonos macedonios se establecen en los asentamientos odrisios de Kabyle y Drongilon.
Tracia se convirtió en una provincia macedonia que Alejandro Magno amplió hasta el río Danubio, aunque reconoció la autoridad local de los reyes rendidos.
Tras la muerte de Alejandro, Tracia se disgregó entre las tendencias separatistas de los diádocos y la resistencia de los distintos pueblos sometidos.
Atila, ¿era tan malo como lo pinta la historia?
El gobernador Lísimaco asumió el título de rey en el año 305 a. C., pero comprometido en los conflictos entre diádocos, no logró doblegar a los tracios, con los cuales estuvo en continua lucha.
Después de morir Lisímaco en el año 278 a. C, los celtas se dirigieron hacia los Balcanes y, tras la derrota de Delfos, se dirigieron hacia Tracia, donde fundaron el reino de Tule, de ubicación incierta, en el Maritsa o en los montes Strandja. Aniquilan a la aristocracia indígena y su dominación dura hasta el año 216 a. C.
Tras la retirada de los celtas, las regiones costeras fueron disputadas entre los monarcas helenísticos, hasta que los acuerdos de Apamea de año 188 a.C., estipulados en la conclusión de la guerra entre Roma y Antíoco el Grande de Siria, asignaron el Quersoneso tracio al reino filorromano de Pérgamo. Así comenzó a introducirse Roma,
Se fundaron, en la primera mitad del II a. C., las ciudades de Plotinópolis, Trajanópolis y otras. Extendió su protectorado a las ciudades griegas de la costa póntica. Centros preexistentes, como Serdica, la actual Sofía y Filípolis, son fundados de nuevo.
El reino de Pérgamo pasa por testamento a los romanos en el año 133 a. C. y luego es anexionado el Quersoneso tracio, respetando la autonomía de las colonias.
Quedaron independientes las regiones del interior, donde sobrevivía el reino odrisio, más tarde reforzado como protectorado romano, para alejar la amenaza de las incursiones de los getas, bastarnos y otras poblaciones de más allá del río Danubio.
El reino autónomo odrisio fue suprimido entre los años 44-46 d. C., por el emperador Claudio, y en su lugar fueron instituidas las provincias de Moesia y Tracia, esta última con el Quersoneso, anteriormente unido a Macedonia. La capital de Tracia fue Perinto, en la Turquía europea.
En la primera mitad del siglo II d. C., los emperadores Adriano y Trajano, promovieron la urbanización, también para reactivar la economía de regiones fértiles que las guerras dacias habían devastado.
En la región de Moesia Inferior, se fundaron las ciudades de Nicópolis en el Istro, como recuerdo de la victoria sobre los dacios al sur del río Danubio y de Marcianópolis.
En la Moesia Singidinum, correspondiente al actual Belgrado, en la confluencia de los ríos Danubio y Sava, estuvo el castro romano de la legión IV Flavia. Se han identificado tramos de las murallas romanas bajo el muro este de la ciudad alta.
Se incluyeron en el Imperio romano las regiones rumanas de Dobruja, anexionada en el siglo I d. C. a la provincia surdanubiana de Moesia. Seguramente, el emperador Augusto había previsto la anexión, en su proyecto de llevar el límite al Danubio.
Sin embargo, no se realizó hasta mucho más tarde como resultado de un proceso gradual. Una primera intervención fue motivada por una gran migración de germanos bastarnos a la Península Balcánica, resistida con éxito en el año 28-29 d. C.
Museo del Louvre
Las tribus getas de Dobruja, que se habían opuesto a las acciones romanas sobre su territorio, fueron sometidas y asignadas al reino odrisio de Tracia, reconstituido como estado vasallo.
Esta medida temporal permitió consolidar la situación de Panonia, mientras una zona amortiguadora alejaba a las poblaciones tracias más allá del Danubio y a los nómadas sármatas dispersos en las estepas septentrionales del Ponto.
Las colonias griegas, formalmente independientes, entraron en la esfera de la autoridad romana, pero la situación del bajo Danubio seguía tensa. Se producían continuos ataques que mantenían el reino odrisio y las ciudades de la costa en un clima de terror.
Dominada la revuelta panónica, se pasó a la gradual consolidación del poder romano en el bajo Danubio, después de una campaña conducida por el general Elio Catón. Unos 50.000 getas de la llanura de Valaquia fueron trasladados al sur del Danubio y declarados súbditos del Imperio romano.
Las excavaciones en las fortalezas getas de Popeşki y de otras de la franja ribereña septentrional han confirmado que las medidas radicales de Catón despoblaron la zona por completo.
No obstante, solo después de que fueron dominados los últimos focos de resistencia en Moldavia, el reino odrisio fue suprimido y unido al imperio por decisión de Claudio. La zona sur de los Balcanes se constituyó en provincia de Tracia, mientras que la del norte, comprendida Dobruja, siendo anexionada a la provincia de Moesia, ya creada por el emperador Tiberio en el año 15 d. C., en el territorio de Serbia.
Más tarde, Moesia fue dividida en dos provincias por Trajano, la Moesia Superior y la Moesia Inferior. Esta última se extendía desde el río Loms en Bulgaria hasta el mar Negro.
Mueso del Louvre
La mayoría de los tracios o bien fueron helenizados o romanizados. Sin embargo, es probable que pequeños grupos de tracios existieran todavía en el momento de la llegada a los Balcanes de los eslavos en el siglo VI.
Los eruditos han sugerido que los albaneses actuales podrían ser tracios que mantuvieron su idioma, pero es controvertido.
La Edad Media
La parte norte de Tracia pasó a manos búlgaras durante el siglo VII y la parte sur al Imperio bizantino. Toda la región formó parte del II Imperio búlgaro durante el siglo XIII, después de un breve período en manos del Imperio latino de Constantinopla.
Los turcos otomanos conquistaron Adrianópolis la actual Edirne en el año 1361. Después de la caída de Constantinopla en el año 1453, toda Tracia fue parte del Imperio otomano.
SU HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA
Tracia fue entregada casi en su totalidad a Bulgaria en el Tratado de San Stefano en el año 1878. Sin embargo, el norte de Tracia fue anexado por la provincia de Rumelia del Este, entidad búlgara autónoma perteneciente al Imperio otomano.
Imágenes de los Tracios
El resto del territorio volvió a control otomano. Bulgaria se había independizado en el año 1878, se anexionó la provincia de Rumelia en el año 1885, conociéndose desde entonces como Tracia solo a su parte sur, que aún seguía bajo dominio turco.
Después de la I Guerra Balcánica, el Imperio otomano cedió el resto de Tracia occidental y parte de Tracia Oriental a Bulgaria, incluyendo Adrianópolis la actual Edirne.
Después de la II Guerra Balcánica del año 1913, en la que Bulgaria fue vencida, esta devolvió a los turcos toda Tracia al este del río Maritsa. Durante la I Guerra Mundial el reparto de la Tracia Oriental varió ligeramente debido a la entrega por parte del Gobierno de Constantinopla de ciertos pequeños enclaves fronterizos a Bulgaria.
Después de la I Guerra Mundial y tras la Conferencia de Paz celebrada en París, Grecia recibió de Bulgaria la Tracia Occidental por el Tratado de Neuilly del año 1919 y recibiría de Turquía por el Tratado de Sévres del año 1920, la Tracia Oriental y la mayoría de las islas del mar Egeo, excepto la zona de los estrechos del Bósforo y Dardanelos.
El Tratado de Sévres, que nunca entró en vigor, fue reemplazado en el año 1923, por el Tratado de Lausna, que repuso a Turquía toda la zona de Tracia al este del ríos Maritsa.
Durante la II Guerra Mundial, Bulgaria ocupó la parte griega de Tracia entre los años 1941-1944, pero al finalizar la contienda, se repusieron las fronteras greco-búlgaras del año 1919 y greco-turcas del año 1923.
Tumba tracia de Kazanlak
LA ARQUEOLOGÍA TRACIA
Los arqueólogos búlgaros han hecho descubrimientos en Bulgaria Central desde el año 2000, a los que se conoce con el nombre de “Valle de los reyes tracios”.
El diecinueve de agosto del año 2005, los arqueólogos anunciaron que habían encontrado la primera capital tracia y que estaba situada cerca de la ciudad de Karlovo en Bulgaria.
Muchas piezas de cerámica pulimentada, como tejas y vasos parecidos a los griegos, fueran descubiertas revelando la suerte que corrió la ciudad. El Ministerio de Cultura búlgaro declaró que mantendría económicamente las excavaciones.
En la “Tracia egea” que es un territorio de Grecia, entre los años 2002-2004 se realizó la excavación de un túmulo intacto, de época romana datado a principios del siglo II. Los hallazgos denotan la persistencia de la cremación, de la creencia en la otra vida y la importancia del caballo en su cultura y religión.
Entre los siglos VI a. C. y III a. C., la principal fuente arqueológica sobre los tracios sigue siendo proporcionada por las tumbas.
Los túmulos eran una amplia construcción circular cubierta con falsa cúpula. Con el mismo sistema estaba realizada la bóveda del corredor de acceso, a veces precedido por un vestíbulo. Los bloques perfectamente labrados y dispuestos denotan un gran progreso en la técnica constructiva.
Valle de los reyes tracios en Bulgaria
Estas tumbas comenzaron a difundirse desde el área odrisia de los Ródope orientales y la mayoría se remontan al siglo V a. C., cuando los odrisios alcanzaron la cima de su poder.
La forma y la técnica muraria de las tumbas muestran evidentes afinidades con las tumbas de los tholos micénicos, pero es difícil que éstas hayan sido imitadas dada la diferencia cronológica con los tracias.
Tumba tracia
Del veintiuno a la veintiséis de septiembre del año 1984, se celebró el Cuarto Congreso Internacional de Tracología en el Museo Boymans-van Beuningen de Róterdam. El Congreso fue organizado por la Fundación Henri Frankfort, institución privada cuyo principal propósito es aumentar el estudio de la prehistoria y protohistoria mediterráneas.
En el simposio, cuyo nombre fue “Tracios y Micénicos” se sostuvieron discusiones relativas a las potenciales interrelaciones, étnicas, culturales, religiosas y lingüísticas entre los prototracios y los protogriegos, como por ejemplo, los micénicos.
Se llegó a la creencia de que entre ambos grupos, ya que vivieron en la misma zona geográfica, existieron interrelaciones en el pasado. Según Alexander Fol, el concepto de "Tracia micénica" fue desarrollado por primera vez en el año 1973, para explicar la relativa unidad cultural entre los tracios y los micénicos.
BIBLIOGRAFÍA
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