viernes. 29.03.2024

Detrás de todo gran fenómeno viral hay una historia. Esta es la de tres músicos y compañeros de piso que un día, en medio de una pandemia, empezaron a publicar su música en Internet. Sin quererlo, fueron uno de los acompañamientos principales para lidiar el aislamiento en España en aquellos días de surrealismo y desesperanza. De aquellos días cumplimos en estas fechas un año, en el que en una carrera casi de Fórmula 1, Stay Homas ha ido construyendo un proyecto más musical y menos performático que se materializó en Agua, su primer disco, que fue publicado a finales de 2020. En abril de 2021 tienen por delante una gira para defender ese disco, con restricciones y una pandemia que continúa, esta vez, fuera de la terraza. Estos días han vuelto para homenajear esas formas de hacer que un año antes, los hicieron llamarse Stay Homas y empezar este camino que sin saber a dónde va, los ha colocado en un pequeño lugar privilegiado. El del músico que puede dedicarse a ello.

P: ¿Cómo ha sido volver a la terraza como espacio de creación después del confinamiento?

R: Nos hemos tenido que forzar un poco a volver, es mucho trabajo. No es lo mismo hacerlo si estás confinado que cuando tienes una vida más allá, puedes ir a ver a tus padres o quedar con tus amigos o en general no tener que estar encerrado por imperativo legal. Ha sido aceptar que es mucho curro y más cuando venimos de hacer un disco en tiempo récord, hemos acabado 2020 prácticamente con ataques de ansiedad cada día, pero al final teníamos ganas de volver a una de esas cosas. 

El mayor descubrimiento nuestro es esa forma de hacer que hemos aprendido tema a tema, de gestionar nuestras tres cabezas creativas y ponerlas en función de un único motor para poder hacer una canción superrápida en un día y colgarla y al día siguiente pensar en otra. Era un reto para nosotros volver a hacer eso, estamos super contentos y eso nos tranquiliza bastante.

P: ¿Venís de trayectorias musicales distintas, no?

R: Tanto Búhos como Doctor Prats son grupos diferentes entre sí, pero al final provienen de la misma escena catalana que es bastante heavy. De este mestizaje medio electrónico que es muy guay y que tiene mucho público. Es una escena local súper fuerte que permite que sigamos con lo que veníamos haciendo desde hace siete u ocho años, que es vivir de la música y solo de hacer conciertos aquí en Cataluña. Porque hay mucho consumo de música en directo, mucha gente que quiere ir a conciertos, muchos promotores que quieren hacer fiestas mayores y festivales, pero al final sí que es verdad que se asemejan un poco. Son diferentes pero se parecen bastante. Rai y yo estábamos también en la banda de Nil Moliner que es otra onda diferente a nivel de pop nacional, pero los tres hemos estudiado en el conservatorio todo lo que se podía estudiar, prácticamente y hemos tocado muchos estilos diferentes con muchos grupos diferentes.

P: ¿Cuando tocabas en Búhos ya vivías de la música que haciais en ese momento?

R: Sí, bueno, depende del momento del grupo. Yo me independicé con el dinero de la música a los 18 años cuando estaba con Búhos, pero en ese momento no era un grupo muy conocido y yo tenía que bascular con orquestas, tocar en charangas...con Rai tocábamos también en una discoteca, los sábados tocábamos con una banda de funky, intentaba hacer alguna clase de música, hasta que hubo cierto momento con un disco de Búhos en el que el grupo lo petó y subió el caché del grupo, subió el dinero que nos pagaban y llegué a esos casi mil euros al mes que te permiten vivir de esto.

P: ¿Pensáis que el movimiento SOS Alerta Roja ha tenido un impacto en el futuro de la industria musical?

R: Bueno, no estamos dentro del movimiento como para hablar, pero creemos que sí. La gran faena de reivindicaciones es la de visibilizar la precariedad pre pandémica que ya existía y la situación que se ha encontrado una vez se han levantado ciertas restricciones para ciertos ámbitos y ciertas profesiones. La faena de divulgación es súper interesante para que se entienda cómo está el sector porque los cantantes, los músicos, alguna forma tienen de llegar, aunque sea si eres famoso haciendo un streaming que está un poco caducado pero algunos artistas tienen formas de ganarse la vida. 

Pero la industria de hacer eventos, los técnicos de sonido y de luces que trabajan en muchísimos eventos realmente fueron los primeros que tuvieron que cancelar todo a principios del año pasado y son los últimos que están viendo cómo poco a poco se va remontando. La gente hace conciertos pero nadie tiene un duro, recortan personal y se van perdiendo algunos trabajos súper importantes como los road managers, tour managers, productores, jefes de escenario, técnicos de sonido, luces, monitores... realmente no me puedo ni imaginar la cara que se les tiene que quedar cuando alguien propone esas vías de escape online que no cuentan con su trabajo. Es una lucha muy defendible y con la que estamos súper de acuerdo. Es importante que se ponga un foco allí, que se entienda todo lo que genera un evento, la gente que está involucrada, y toda la gente que pierde el curro si eso se cancela.

P: Empezáis la gira en abril, ¿qué traeréis a los conciertos?

R: Pues la gira es una de las cosas más emocionantes que están pasando este año, porque el disco está producido en su mayor parte por Arnau Figueras, que es un amigo prácticamente de toda la vida, de nuestra edad, que vive aquí cerca de Barcelona a quien le dimos prácticamente toda la responsabilidad en cuanto a la producción que requería el disco. Él tiene un compañero de piso que es Quimi y terminó produciendo un par de temas del disco. Ellos se entienden súper bien y son dos genios de la música, de esos que dan un poco de rabia porque todos los instrumentos los tocan bien. Uno es batería y el otro es teclista y tocan espectacularmente, son de lo mejor que hay aquí en Barcelona o en Cataluña como mínimo. Nos han dicho que quieren venir con nosotros de gira.

La idea que hemos hecho a diferencia de los conciertos después de la pandemia que hemos dado con restricciones este año pasado, es que en la gira que empieza el 17 de abril seremos cinco, ayudándonos entre nosotros con los instrumentos que no podamos tocar por manos y por limitación personal. El escenario es un caos de instrumentos y creo que cinco guitarras, cuatro teclados, una batería… son muchas cosas y todo el mundo toca todo.

Estamos preparando la gira ahora mismo y está siendo súper divertido, porque al final lo que hay que defender no son las canciones de la terraza como la gira del año pasado, sino que hay que defender un disco, producido, que suena bien, en el que hay muchos instrumentos y con tres personas era imposible. Siendo cinco, lo estamos encontrando, es divertido, guay, y será lo más divertido de este año el hacer conciertos con esta gente, porque es una gozada.

 

 

Stay Homas fuera de la terraza