martes. 16.04.2024

Sólo lo que cambia permanece

JAVIER FERNÁNDEZ
De nuevo la discográfica Dro, gracias a la valentía de José Antonio Gómez, se atreve a reeditar, más bien a editar en las condiciones que el trabajo merece, una joya de la canción en español de los últimos tiempos: ”El Cometa Errante”, ya que la primera edición constó de escasos ejemplares y por razones que no vienen al caso más escasa promoción...
NUEVATRIBUNA.ES - 8.9.2010

...Bien traída la edición, oportuna y muy acertadamente en el estreno en España de la película sobre Serge Gainsburg, icono e inspiración importante, aunque no la única, para El Cometa Errante, no sólo en lo musical sino también en la coincidencia de actitudes vitales e incluso políticas del francés pluriempleado en las más diversas manifestaciones artísticas. Gainsburg y Boris Vian son posiblemente las dos personas que desde Francia más han contribuido a una modernidad transversal de la que han bebido otros muchos, incluso en los países anglosajones, sin reconocerlo nunca salvo honrosas excepciones.

Como en tantas ocasiones en la historia, lo hecho ayer puede parecer fácil e incluso carente de capacidad de provocación y trascendencia visto con los ojos de la actualidad que se apoya en ello, sin embargo, para avanzar. En este caso, la importancia de la actividad que en sus diferentes tiempos desarrollaron Boris Vian y Serge Gainsbourg resulta palmaria para todo el que se acerque a su legado y la aproximación que nos propone El Cometa Errante tiene un gran mérito, además de encajar perfectamente con las inquietudes y las propuestas vitales que más preocupan en nuestra época.

El Cometa Errante son Kike Jiménez Y Rafa Hernández que, aún siendo solamente dos, consiguen una sonoridad musical en perfecta sintonía con las letras, todas de composición propia, encajadas en melodías unas también propias y otras adaptadas de canciones ajenas, relevantes para cerrar el espíritu unitario que el disco contiene.

Espíritu que comienza en una muy expresiva portada realizada por Santos Pastrana que representa experiencias vitales que a su vez son fuente de inspiración para los autores. En primer lugar, el cometa Hyakutake que cruzó el cielo de Boadilla del Monte en Madrid durante la grabación del disco, pero también la media luna horizontal que se ve en el desierto mauritano que la Legio VII Gemini portaba en su bandera y que trajo a su instalación para la fundación de León, la catedral de esta misma ciudad y las minas de su provincia, las murallas de Avila, las torres espaciales de Robledo de Chavela, el tren de alta velocidad, la ciudad al fondo del desierto. Todo ello da al conjunto un aire como del Bosco.

En lo musical, la mezcla de canciones propias y adaptadas crea un mosaico lírico y a la vez con determinada dureza que se expresa en realidades incómodas como en Las Viejecitas, cantos a contracorriente pero plenamente justificados como Benidorm, sátiras al culto comercial del cuerpo en La Ley de Newton o altas cotas musicales en La Balsa de Aceite.

Excelente adaptación presenta La Canción de Prevert, versión del tema de Serge Gainsbourg, con una muy acertada letra y para la que la propia Jane Birkin en una inteligente actitud que la honra dio expresamente permiso:


No ocurre lo mismo con Solo lo que Cambia Permanece, versión bastante libre del tema de los Kinks: Dedicated at Followed of the Fashion al que Ray Davies en una clara demostración de falta de perspicacia y nula inteligencia ha denegado el permiso por lo que habrá que acceder a ella en algún ejemplar de esa primera y escasa edición.

Una lástima. Él se lo pierde pues la versión que realiza El Cometa Errante es muy interesante. Y, como muestra, un ejemplo aunque sin música:

“Cuando lucháis por conservar

con la unidad la identidad

cerrareis las puertas y ventanas

quemará el oxigeno vuestra

respiración

y os consumiréis en vuestra salsa”


“Derribad las sólidas murallas

mezclad vuestras lenguas

vuestra raza y pereced

Las banderas ya no dan la talla”



“Los valores mueren

y la moda no envejece

Solo lo que cambia permanece”


Interesante y perfectamente aplicable a Ray Davies. No es de extrañar que le dejara Crissie Hynde.

















Sólo lo que cambia permanece