martes. 23.04.2024
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La aboulomanía es un trastorno emocional poco frecuente que afecta a las capacidades volitivas de la persona, la cual se siente incapaz de tomar decisiones, ni siquiera en las actividades de la vida cotidiana.

La persona con este desorden emocional tiene la necesidad de reevaluar constantemente sus decisiones. Haciendo una valoración negativa de las mismas entrando en un bucle que puede acabar siendo un clásico trastorno obsesivo compulsivo.

Las posibles causas que llevan a este desorden no se han determinado con exactitud. No obstante, se tiene la hipótesis de que se genera durante el desarrollo psicológico de la persona, así como su unión a factores biológicos que conducen a esta persona a desencadenar este tipo de trastorno de la voluntad. La corteza prefrontal del cerebro está estrechamente ligada con la toma de decisiones. Esta base orgánica unida a ciertos estilos de crianza sobreprotectores y autoritarios desempeñados por los progenitores, puede ejercer un papel muy importante en el desarrollo de este desorden. Aun así, la aboulomanía puede generarse debido a situaciones muy traumáticas o experiencias negativas en la que la persona se ha sentido humillada y avergonzada, lo que genera numerosas dudas e incertidumbre en la persona, que no se ve capacitada de realizar ninguna actividad correctamente, llevar a cabo responsabilidades o una vida de forma independiente.

La toma de decisiones consiste en encontrar la conducta más adecuada para resolver un problema. En el modelo clásico de la toma de decisiones en primer lugar se plantea un objetivo, después se pasa a elaborar un plan de actuación. Para ello, en principio se analiza la situación, determinando los elementos más relevantes, buscando relaciones causales que permitan influir en ellos. Después se montan acciones alternativas que lleven al objetivo y se extrapolan para imaginar los posibles resultados que se obtendrían con ellas. Por último, se elige la acción más idónea.

Hay varios factores que influyen en la toma de decisiones: la incertidumbre, inherente a cualquier proceso, la pérdida que toda elección conlleva, siempre hay que renunciar a algo y finalmente, el riesgo a equivocarnos, fracasar y no lograr el objetivo.

Según diferentes características la toma de decisiones puede ser: racional, predomina el uso de la razón valorando diferentes alternativas, intuitiva, en base a experiencias personales, rutinaria en situaciones que se repiten de manera periódica, de emergencia en situaciones nuevas y que requieren una rápida decisión, personal dentro del ámbito privado y finalmente de grupo por un conjunto de individuos que toman una decisión consensuada.

Los factores psicológicos que interviene en la toma de decisiones son: En primer lugar, estrategias de afrontamiento con la autoconfianza que hace que si apareciera algo inesperado el sujeto puede afrontarlo. En segundo lugar, el nivel de autoestima, a mejor nivel mejor toma de decisiones. En tercer lugar, la experiencia emocional, que aporta habilidades que permiten valorar las diferentes alternativas y las consecuencias de una decisión. En cuarto lugar, el estilo de pensamiento, es decir, el modo que tiene cada persona de ver las cosas.

Finalmente, referir una serie de pasos que ayudan en la toma de decisiones: Definir el tipo de decisión de la forma más concreta posible. Hacer una lista con las alternativas. Establecer criterios para evaluar las alternativas teniendo en cuenta las repercusiones de la decisión, valorando de 0 a 10 cada alternativa en función de dichos criterios. Identificar las alternativas relevantes en función de las que han obtenido la puntuación más alta. Finalmente, ejecutar y verificar los resultados elaborando un plan de acción sobre como y cuándo poner en marcha la decisión y el tiempo requerido estimado para llevarla a cabo.

Por último, esta reflexión de Franz Kafka: “reflexionar serena, muy serenamente, es mejor que tomar decisiones desesperadas”.

Síndrome de aboulomanía o de incapacidad para tomar decisiones