Silo

Mónica Grau Setó | 

A través de Apple tv nos llega una de las series de ciencia ficción más sorprendentes de este 2023. Se trata de un drama distópico, que nos presenta un duro futuro postapocalíptico donde sus aproximadamente diez mil habitantes viven en el interior de un inmenso silo, este bunker está compuesto con centenares de niveles bajo tierra y su población debe seguir una serie de normas estrictas para la supervivencia del grupo, ya que son el último reducto de la humanidad.

Se trata de una ciudad vertical compuesta por 144 pisos que dispone de zonas de mercado, viviendas, barrios según diferentes clases sociales, áreas de cultivo y hasta animales al puro estilo arca de Noé. Los recursos y suministros evidentemente no son infinitos, todo se recicla y hay una estructura jerárquica que controla la población y la natalidad. Ningún habitante sabe quién construyó el silo ni que sucedió en el exterior donde supuestamente la contaminación destruyó cualquier rastro de vida.

El llamado Poder Judicial ejerce su control sobre la población, sean ciudadanos, políticos y a la propia policía, evitando revueltas y persiguiendo a quien se cuestiona el sistema actual o tenga teorías de conspiración. Está totalmente prohibido subir al exterior contaminado y sólo se puede salir bajo dos motivos: ser acusado de un crimen o presentarse voluntariamente.

Al más puro estilo de la novela Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953) no está permitido investigar el pasado y si alguien localiza alguna reliquia (libros, artefactos o datos informáticos antiguos) esta debe ser destruida. La idea de un mundo que vive encerrado sin poder salir y con normas estrictas también recuerda a otro clásico de la ciencia ficción La Fuga de Logan (1976), o la fantástica película Rompenieves (2013), con menos éxito en su adaptación como serie.

Con una trama llena de misterios y sobre todo con unos personajes sólidos, con mucha carga emocional y flashbacks que nos permiten entender el porqué actúan de cierto modo, vamos descubriendo los vínculos de cada uno de ellos, a través de su mirada, sus miedos o motivos para querer salir del silo o descubrir que intereses hay para esconder la historia pasada del lugar.

Con una puesta en escena impresionante, presenta una estética de un mundo decadente, lleno de hormigón y grandes puertas metálicas, pinceladas de los que debió ser el silo inicialmente, y con una involución de la tecnología, hecho a propósito por los que ejercen el poder, ya no se utilizan ascensores y los pocos que utilizan ordenadores con grandes pantallas tienen funciones muy limitadas.

La única información que conocen del mundo exterior es a través de una cámara que emite en directo situada en la puerta del nivel superior, totalmente vigilada, y estas imágenes se proyectan en forma de ventanas en varias salas, los videos muestran un mundo polvoriento, sin rastro de vida animal o vegetal.

Basada en la Trilogía del Silo (bajo los títulos Espejismo, Desolación y Vestigios) novelas escritas por Hugh Howey, inicialmente iba a ser una película, pero al final se convirtió en serie para poder narrar mejor la historia y la gran cantidad de personajes. A través de sus diez episodios, iremos descubriendo casi como si se tratará de un puzle, las piezas del misterio que hay tras la creación y funcionamiento del silo, a través de números plot twist en el guion, que realmente atrapan y dan ganas de descubrir los verdaderos intereses que hay detrás.

Un reparto formado entre otros por Rebecca Ferguson que interpreta a uno de los personajes principales, y que, rompiendo los tópicos en la mayoría de las series, curiosamente no aparece en el primer episodio, acompañada de Tim Robbins, Common, Rashida Jones y Will Patton entre otros. Su creador es el director y guionista Graham Yost (series como The Pacific, Hermanos de Sangre o películas como Speed)

Sin duda, una de las sorpresas del año y una ambiciosa serie de ciencia ficción en un mundo postapocalíptico, que supera con creces a la mayoría de las producciones del mismo género. Los dos primeros episodios son espectaculares y nos sirven para descubrir las normas, los siguientes episodios son más pausados y vamos conociendo los intereses del sistema judicial. Pero lo más aterrador son las similitudes con nuestra sociedad, sobre todo después del estado de alarma con la pandemia, donde la población aceptó perder la libertad de movimientos temporalmente por el bien común.