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Jaime Polo | @lovacaine
La miniserie Querer, dirigida por Alauda Ruiz de Azúa y presentada en el reciente Festival de San Sebastián, aborda una temática delicada y profundamente incómoda con una precisión narrativa digna de elogio. A lo largo de sus cuatro episodios, esta producción plantea una exploración brutalmente honesta sobre el conflicto familiar cuando la confianza se rompe en el núcleo más íntimo: el matrimonio.
La trama sigue a Miren, interpretada de manera sobresaliente por Nagore Aranburu, quien tras 30 años de matrimonio acusa a su esposo, Iñigo Gorosmendi (Pedro Casablanc), de violación continuada. La historia no solo se enfoca en el juicio, sino en cómo los hijos, interpretados por Miguel Bernardeau y Loreto Mauleón, deben elegir entre la verdad de su madre y la defensa de su padre, atrapados en una encrucijada emocional que hace que cuestionen todo lo que saben sobre su familia.
La trama sigue a Miren, quien tras 30 años de matrimonio acusa a su esposo de violación continuada
Ruiz de Azúa logra mantener un enfoque preciso, evitando el melodrama innecesario y permitiendo que el conflicto emocional respire de manera auténtica. Con una fotografía sobria y una dirección contenida, Querer destaca por su valentía al abordar temas espinosos sin caer en soluciones fáciles. Las actuaciones, especialmente la de Aranburu y Casablanc, aportan una gran profundidad a una historia que plantea preguntas sobre la confianza, el abuso y el poder dentro de la pareja. Además, plantea preguntas sobre la confianza familiar y el peso de la verdad en un contexto donde cada versión de la historia parece ser válida para sus propios protagonistas.
Querer se presenta como una de las miniseries más relevantes y poderosas del año en nuestro pais. Su enfoque maduro, la complejidad de sus personajes y su valentía para abordar temas espinosos la convierten en un imprescindible de Movistar+ este otoño.