martes. 19.03.2024
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Las “Original 9” en 1970 | Rosemary Casals es la sentada en medio

Ahora que ha terminado el US Open, último Grand Slam (GS) de la temporada profesional 2019, tal vez sea el momento de recordar a una de las mujeres con más títulos y con, en mi opinión, menos reconocimiento fuera del circuito.

Rosemary Casals, nació en San Francisco (California, EE.UU.) en 1948. Hija de emigrantes salvadoreños, Rosie fue un caso atípico en el panorama tenístico femenino. Sus escasos ciento sesenta centímetros no la impidieron competir con las grandes de su época: como Billie Jean King o Margaret Court (quien todavía hoy sigue manteniendo el récord de triunfos de GS con 24 títulos).

Rosie sigue luchando, después de cinco décadas, para que se reconozca el papel de la mujer en el deporte, trabajando especialmente para que se sepa la historia de las mujeres en el tenis

A Casals tal vez se la podría considerar como la Poulidor del tenis femenino. Nunca ganó un título individual de los cuatro del Grand Slam (Australia, Roland Garros, Wimbledon y Estados Unidos), pero ganó nueve veces en dobles femeninos, haciendo pareja en siete de ellos con King, cinco veces en las pistas del All England Tennis Club y cuatro en el Abierto yanqui, y tres en dobles mixtos (dos en Inglaterra, formando pareja con Nastase, y uno en Nueva York). Además, en seis ocasiones consiguió la Copa Federación formando parte del equipo de los Estados Unidos. En su época en activo se labró fama de “pequeña buena gente”.

Ella contribuyó a que el deporte femenino del tenis cambiara el 23 de septiembre de 1970, cuando nueve mujeres tenistas, conocidas como las “Original 9” firmaron contratos de 1 dólar para crear el tenis femenino profesional. Casals era una de esas nueve junto a figuras como Billie Jean King o Peaches Bartkowicz. Fue la semilla de la constitución, tres años después, de la Women’s Tennis Association (WTA).

Rosie sigue luchando, después de cinco décadas, para que se reconozca el papel de la mujer en el deporte, trabajando especialmente para que se sepa la historia de las mujeres en el tenis. “En ese momento (años setenta del siglo pasado), a los medios no les importaba el tenis femenino”, ha declarado en varias ocasiones, “Si cubrías el tenis femenino, eso significaba que te degradaron de la NFL o del baloncesto. Teníamos que enseñarles, enseñarles sobre quiénes éramos, qué hacíamos, qué sucedía en el mundo del tenis”.

chLas “Original 9” en 2010 en la misma ubicación que cuarenta años antes

También es cofundadora, junto a Tory Ann Fretz, de Love & Love Tennis, una organización sin ánimo de lucro que, desde 2015, promueve y apoya a la juventud tenística y ofrece subvenciones a academias y escuelas de tenis en el Valle de Coachella en California. Con esta labor pretenden “encontrar una manera de retribuir a nuestro deporte y a nuestra comunidad, especialmente a los niños”. Para ellas dos, el tenis “sigue siendo el foco que nos impulsa a establecer y alcanzar objetivos”.

La periodista del New York Times Grace Lichtenstein, en su libro de 1974 A Long Way, Baby. Behind The Scenes in Women’s Pro Tennis denominaba a Casals como la “Liza Minelli del tenis”.

Y hablando de visibilizar a mujeres del tenis, una mención a Bianca Vanessa Andreescu (Mississauga, 2000), canadiense de madre y padre rumanos, campeona del US Open 2019, y a María Camila Osorio Serrano (Cúcuta, 2001), la colombiana ganadora de ese mismo trofeo en la versión júnior.

Rosemary Casals