Cuarón dibuja en su propia infancia para crear un vívido y emocional retrato de la lucha doméstica y la jerarquía social en medio de la confusión política de la década de 1970
Película “difícil y contemplativa, pero también una obra maestra”. Así definió la crítica especializada a la nueva realización del mexicano Alfonso Cuarón que ayer cerró la muestra marplatense. Con “Roma” Cuarón homenajea a las mujeres de su vida, y para ello se centra en dos personajes: la matriarca de una familia de clase alta de la México de los 70 y su criada, los dos pilares de su educación.
Se trata del proyecto más personal hasta la fecha del director y escritor ganador de Óscar de la Academia. ROMA sigue la historia de Cleo (Yalitza Aparicio), una joven empleada doméstica que trabaja para una familia de clase media en la colonia Roma, en Ciudad de México. Entregando una artística carta de amor a la mujer que lo crió, Cuarón dibuja en su propia infancia para crear un vívido y emocional retrato de la lucha doméstica y la jerarquía social en medio de la confusión política de la década de 1970. Es el primer proyecto de Cuarón desde su innovadora Gravedad de 2013.
La mirada de Cuarón hace que cámara respire constantemente, centrándose en un personaje al que sigue y esconde detrás de ventanas, puertas y objetos, generando de esta manera un constante lenguaje y dinamismo gracias a la cantidad de reencuadres que puede haber en un solo plano. Los movimientos de la cámara son delicados y acompañan la poesía y la belleza de cada secuencia. Cuarón llena de poesía a la violencia de algunos pasajes pese a la crueldad de las imágenes, lo que refleja su habilidad para encontrar belleza en el caos, tal como lo hizo en “Hijos de los hombres”.
“Roma” estará disponible en Netflix a partir del 14 de diciembre, aunque desde el 5 de diciembre podrá verse en diferentes salas de más de 30 países.
