sábado. 20.04.2024

La guerra es un instrumento insano que la humanidad creó, para probar su poder y demás habilidades de subsistencia. Este mecanismo atroz ha sido testigo desde antaño de los diversos enfrentamientos en los que el hombre se enfrascó y en los que también pudo confirmar que la guerra es el lenguaje de los ángeles caídos, de los que sólo esperan una oportunidad para tomar el mundo -sin importar las consecuencias- y hacerlo arder, como braza de árbol desvanecido.

En este mismo sentido de los unos contra los otros, de destrucciones y lenguajes bélicos, podemos afirmar que, el campo de batalla en el que se ha movido la guerra ha ido cambiando y evolucionando de manera constante, y hoy día entre los que encabezan la lista de sus favoritos están las juventudes. Los jóvenes, son fuente vital dentro de un país, es más, hasta podríamos afirmar que el desarrollo de un continente depende mucho del aporte tanto físico e intelectual de la juventud, pero lastimosamente en las últimas décadas esto se ha quedado en papel y los jóvenes han sido enviados al vagón de la carnada en diferentes países del mundo.

Los jóvenes, son fuente vital de un país; pero en las últimas décadas, los jóvenes han sido enviados al vagón de la carnada en diferentes países del mundo

De éstas premisas, creo yo, se alimenta la película “Resurgir” de la cineasta, directora de teatro y escritora norteamericana Lila Neugebaue. En esta cinta, nos encontramos con la historia de una joven que es llevada a cumplir el servicio militar en Afganistán, y en dicho país es víctima de un ataque fatal que le causa una lesión cerebral traumática que la deja por un tiempo con daños severos en las funciones motoras de su organismo. Mientras este dolor la habita, la joven se trata de reinventar sabiendo que todo a su alrededor se está desvaneciendo y que una brutal depresión la está orillando al suicidio.

Siendo este, un cine bélico, no podemos pasar por alto el hecho de que la cineasta asuma con total valentía el guión de su película, ya que en su país, hacer la guerra y vivir de la guerra es un lenguaje que alimenta el ego y los bolsillos de algunos políticos y magnates de las armas. Valiéndose de esto, Lila Neugebaue recurre a las figuras literarias, para personificar todo el horror que vive su personaje principal, y la tristeza que embarga diariamente a los familiares y amigos más cercanos de la joven.

Hacer la guerra y vivir de la guerra es un lenguaje que alimenta el ego y los bolsillos de algunos políticos y magnates de las armas

En su película, Lila Neugebaue también se vale de una narración bastante limpia en cuanto a ideologías o formas de hacer la guerra, no toma partido pero si deja claro que, quienes practican esta forma deleznable de sufrimiento en contra de la humanidad, también deberían recibir una cucharada de su propio jarabe en un futuro no muy tardío, y quizá así, la dejen de palpar como una solución y la empiecen a asumir como un verdadero problema.

“Resurgir” es un conversatorio de amor y de dolor, contado desde la intimidad de una joven que defendiendo el honor de su país, terminó convirtiendo su vida en una epifanía sobre las cosas dolorosas y las batallas que mas haya de ser mentales, se van volviendo -para ella- una manera de reconfigurar su vida y lo que le espera en el mañana.

“Resurgir” también es una denuncia que la cineasta realiza, mientras el mundo pide a la juventud defender la patria, si darse cuenta que, sin los jóvenes, la patria se nos acaba, ya que somos los que hemos de sostener en nuestros hombros, lo que va quedando de nuestros tristes territorios. Lila Neugebaue, supo narrar con total belleza y profundidad, la tragedia que desde ya está invadiendo a muchos jóvenes alrededor de este mundo, mutilado por el deseo palpitante de unos pocos, que esperan verlo convertido en cenizas.

Resurgir, de Lila Neugebaue: un testimonio de amor y de dolor