viernes. 29.03.2024
libro SEAT

La presentación del libro “18 DE OCTUBRE DE 1971, LA OCUPACIÓN DE SEAT” está teniendo un eco mayor del previsto por los que lo impulsamos. Nuestro objetivo era y es recuperar para la memoria colectiva lo que significó la movilización de la clase obrera de SEAT en los años 70 del siglo pasado, y proyectar esta experiencia a la realidad de hoy. Se han desarrollado ya varios actos en la ciudad de Barcelona y su cinturón industrial. Hay ya otros programados en Madrid (13 diciembre, 18 h, CCOO de Lope de Vega), en Barcelona y en otros pueblos y ciudades del país.

A lo largo de estos actos, los compañeros y camaradas del comité editorial nos hemos ido turnando para su presentación. Para el próximo 20 de diciembre (a las 18 horas) está prevista en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona. En este acto intervendré junto con Jaume Font, Rafa Guerrero y Paola Lo Cacio, por mi parte en mi condición de responsable del PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) para la SEAT de 1969 a 1975.

Quiero aportar ese día algunas consideraciones sobre cómo esta experiencia subraya la necesaria y positiva relación entre la acción política y la acción social. Para ello considero útil partir no sólo de lo que es mi contribución al libro, sino también del conjunto de las muchas aportaciones de trabajadores y trabajadoras de SEAT, la mayoría activos/as dirigentes de la acción en la fábrica entonces, que recuerdan en sus “testimonios” incluidos en el libro lo que para ellos y ellas significó esa fecha y aquellos años.

La acción obrera en SEAT fue una parte significativa de la más amplia movilización social en la última etapa de la dictadura franquista en la que el movimiento obrero jugó un papel esencial. La conquista de espacios de libertad, la pérdida del miedo por parte de amplios colectivos de nuestro pueblo, constituyó sin duda un elemento clave para la liquidación de la dictadura.

Quiero poner el acento en algo que considero fue esencial en aquellos años y que echo en falta hoy, no sólo en la acción social y política, sino incluso en la conciencia de su necesidad: el impulso y orientación de la movilización social desde una organización, un partido político, como era entonces el PCE (Partido Comunista de España), con el PSUC integrado en él, en su proclamada función de “Partido dirigente, no dominante”, para lo que obviamente no era/es suficiente pretenderlo sino acertar en los planteamientos a largo y a corto plazo. Entiendo que este concepto y esta práctica de partido político ha quedado olvidada, tanto para entender la etapa final del franquismo como para impulsar la necesaria acción social en todas las coyunturas históricas, hoy en particular.

Una cuestión de permanente preocupación para nosotros entonces fue la relación entre las diversas reivindicaciones, las formas de organización y de movilización social para su defesa, y su proyección política para la conquista de las libertades. Las reivindicaciones más inmediatas, particularmente las de carácter económico, estuvieron siempre presentes, y de hecho la mejora del poder adquisitivo de los salarios fue una exigencia permanente e importante el positivo resultado de las movilizaciones, pero en los momentos punta de la acción en SEAT las esenciales fueron las reivindicaciones más políticas: solidaridad, derecho a auténticos representantes, libertad sindical, derechos de huelga, de reunión y manifestación, …

Por todo ello en esa próxima presentación del libro voy a comentar algunas de las consideraciones en él incluidas sobre la concreta experiencia de relación entre acción política y acción social en la SEAT de los años 70, con alguna incursión en otra experiencia referida al movimiento social universitario, que tanto contribuyó también a la conquista de la democracia, y al que me he referido comentando un libro recientemente publicado por los que integraban el Comité del PSUC en la Universidad de Barcelona en 1966 (“QUAN EL FRANQUISME VA PERDRE LA UNIVERSITAT”, editorial BASE). Es éste un interesante documento sobre la “acción social unitaria, democrática, no clandestina y de ruptura” que dio lugar a la creación del SDEUB (Sindicato Democrático de la Universidad de Barcelona), la caracterización del cual resulta también de evidente aplicación al entonces movimiento sociopolítico de las “comisiones obreras”.

Con la Transición y la conquista de la democracia ha sido habitual una amplia exposición y recordatorio de las movilizaciones sociales de aquellos años, pero ha quedado casi olvidada la función del “partido político” como agente activo en su impulso y orientación, es decir dirección. Esos años en SEAT el PSUC desempeñó activamente esta función, y creo que con notable eficacia, como se desprende, y no sólo, de numerosas artículos y testimonios contenidos en este libro.

A la consolidación de Comisiones Obreras como impulsora de la movilización de la clase trabajadora, y de ésta como determinante en la conquista de la democracia, contribuyó sin duda la ocupación de la SEAT por los trabajadores aquel 18 de octubre de 1971. Y en la configuración de “las comisiones obreras” de SEAT, en sus formas de organización y de acción, en sus contenidos reivindicativos, en la relación entre sus objetivos económicos y políticos, “el Partido”, el PSUC, jugó un papel muy importante, aunque quizás no tanto como nos atribuía la dirección de la empresa, como me consta por una anécdota que comento en este libro sobre esta importante acción del movimiento obrero español.

De todo ello hay que seguir hablando y reflexionando, no sólo el próximo 20 de diciembre a las 18 horas.

Presentación del libro '18 de octubre de 1971. La ocupación de SEAT'