viernes. 26.04.2024
Nuccio Ordine, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023
Nuccio Ordine, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023

El intelectual de corazón, comprometido con su época, se preocupa por las generaciones venideras, es más profeta solitario que erudito engreído, y no se deja seducir por las vestiduras o la piel sensual de su sociedad, sino que es un sacerdote de la heterodoxia y desnuda y disecciona a esa sociedad con el instrumental en desuso del raciocinio y la argumentación y le extirpa las vísceras y las expone en el altar sagrado del pensamiento crítico y la responsabilidad para que las vea el gran público, algunas de ellas con evidentes signos de putrefacción.

El maestro y sabio calabrés es un antisistema en su empresa intelectual

Desde Voltaire a Camus, pasando por Pasolini, el intelectual de verdad es un hereje. Nuccio Ordine es un hereje, como su amado Giordano Bruno, al que le ha dedicado varios estudios. Es un creyente practicante del difícil ejercicio del contrapoder. El maestro y sabio calabrés es un antisistema en su empresa intelectual. Procede la pregunta qué es el sistema: es una superestructura indetectable en sus cimientos, con su propia inercia inexorable -hacia la productividad y el utilitarismo- que conduce a una percepción unívoca de la realidad, monstruosa en su tamaño y en potencialidades acaparadoras, que no debe confundirse con el régimen político, el modelo de gobierno está subsumido también a la superestructura con más o menos trascendencia. Desmontar por completo el sistema es tarea ardua y peligrosa. Una quimera, que no se consigue con retórica bienoliente o con gestos filantrópicos (electoralistas). 

Nuccio Ordine recoge en forma de galardón y de magisterio el testigo de quienes fueron sus amigos personales, Umberto Eco y George Steiner

Hoy en día, el sistema es todo aquello que sólo quiere fabricar dinero endogámico y oligárquico hasta la náusea, que no es lo mismo que la creación de riqueza, profanando cualquier manifestación o actividad humana que por ley cósmica debe ser valorizada y colocarle el yugo mercantil del lucro o la especulación. La mercantilización sin cortapisas es la epifanía y el sino. “El demoniaco imperio del dinero, del negocio por encima de todo”, escribe ya Thomas Mann en La Montaña mágica (1924). Hacer dinero es el sistema -en muchos casos con la coartada del progreso-, con el valor del estiércol para los pudientes y con el valor del oro para la gente de a pie. Arriba el beneficio, abajo lo humano y lo humanístico. María Zambrano -otra antisistema, se habla muy poco de ella en España-, que recibió en 1981 el primer Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, sentenciaba que lo humano, ser persona, es la respuesta y el único proyecto posible, al cual todos los demás proyectos deben quedar supeditados. De ahí que, por ejemplo, Ordine considere que el último hito tecnológico (del sistema), la Inteligencia Artificial, nos convierte en esclavos de la técnica y nos mata la capacidad crítica del intelecto.

Nuccio Ordine recoge en forma de galardón y de magisterio el testigo de quienes fueron sus amigos personales, Umberto Eco y George Steiner, dos gigantes de la cultura occidental. El filósofo y catedrático de Literatura italiana no será quemado vivo por hereje, como hicieron con Giordano Bruno -combatiente de los dogmas- en el Campo dei Fiori de Roma, sino que su herejía será glorificada en octubre a la vista de todos en el Teatro Campoamor de Oviedo. La sociedad y la historia progresan adecuadamente en su devenir, se han cambiado las hogueras inquisitoriales por los reconocimientos institucionales. Mientras tanto, el sistema seguirá funcionando (y apisonando) sin solución de continuidad.

Nuccio Ordine, el último hereje