jueves. 25.04.2024
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El escritor militante cerró la puerta, se puso el saco y guardó los papelitos para no seguir mintiendo sobre el paradero de ella. Sefiní, le dejó de temblar el cuerpo.

El 14 de enero de 2014 se fue una parte importante de la memoria histórica y poética mundial, una persona comprometida de verdad con la vida. Fue, con su pluma y con su voz, poeta y periodista, delicado y contundente, “La memoria es una cajita que revuelvo sin solución”, y realista, “la izquierda está un poquito lastimada”.

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Portada y uno de los poemas del libro “País que fue será” (foto: Iñaki Chaves)

Esto no es un obituario, es un grito silencioso contra los fascismos, políticos y económicos, que ahogan las identidades. Para que no desconozcamos y no olvidemos. Un recuerdo para él y su memoria, para su obra. Como ese País que fue será, texto reconocido por la Fundación El Libro como la mejor creación literaria de 2004. De ese premio dijo “Es conmovedor que se distinga a un libro de poesía en tiempos tan antipoéticos y deshumanos. Siento que este premio es un reconocimiento a todos los que en nuestro país insisten en el afán de expresar el centro de sus obsesiones aun sabiendo que no hay centro y que todo es intemperie”.

País que fue será nos da, en 97 páginas y por $36.000 pesos, aproximadamente ocho euros, 85 poemas con todo el sentir sobre ellas y los otros, sobre la vida, el amor, la justicia; con la crítica implícita a esos países que rapiñan las aves financieras explotando e ignorando a sus pobladores. Y seguro que nos alimenta más, por el mismo precio, que una hamburguesa de una cadena de comida rápida.

Las letras, las palabras insumisas, los versos reivindicativos y las prosas desobedientes siempre son perseguidas por el poder ciego que ve lo que quiere; por el poder sordo, que oye lo que le interesa, y por el poder mudo, que grita lo que desea y hace callar la disidencia.

Su poesía, como ese “Sefiní”, ilustró una parte de la película argentino-canadiense “El lado oscuro del corazón”. Considerado un realista crítico, porque no creo que se pueda sobrevivir sin ser crítico con la realidad, su poesía era cercana, porque, pese a todo, era “un esperanzado sin remedio”, y política, porque creía en la utopía, esa que “jamás se cumple, fracasa, pero deja una renovación y la idea imperiosa de retomarla”.

Como periodista fue “la pluma más notable que honró” las páginas del argentino Página 12, según Horacio Verbitsky, periódico en el que empezó a escribir desde salió a la luz. El 26 de mayo de 2014 el diario, en su 27º aniversario, le dedicó un suplemento especial. Un escritor, en palabras de aquel otro periodista militante, “reflexivo, minucioso, cuidaba cada título, pesaba cada nota”; un autor que escribía contra la crueldad cometida contra personas indefensas en cualquier parte del mundo en unas notas periodísticas que el propio Verbitsky califica como “secas, cortantes, más pobladas por datos duros que por juicios de valor que, con toda razón, consideraba obvios”.

gelman3[Portada del suplemento especial que Página/12 le dedicó en el 27 aniversario del periódico]

Otro ilustre también desaparecido, Eduardo Galeano, publicó en la edición del miércoles 15 de enero de 2014, al día siguiente del fallecimiento de Gelman, un breve texto titulado “JUAN” en el que recordaba al compañero de esta manera:

“Hace poquitos días, hablando del gordo soriano y del negro fontanarrosa, dije, o más bien comprobé: –A veces, la muerte miente. Y ahora, lo repito: miente la muerte cuando dice que Juan Gelman ya no está. Él sigue vivo en todos los que lo quisimos, en todos los que lo leímos, en todos los que en su voz hemos escuchado nuestros más profundos adentros. Nunca encontraremos palabras que expresen nuestra gratitud al hombre que fue muchos, al que fue nosotros y nosotros seguirá siendo en las palabras que nos dejó”.

En ese periódico argentino publicó, el 1 de febrero de 1988, la columna “Tiemblo en verano”, creo que la primera tras el regreso a su país desde el exilio. Ahí escribía:

“El 21 de este mes volví a la Argentina después de casi 13 años de exilio que se iniciaron bajo el gobierno de Isabel Perón, se prolongaron bajo la dictadura militar y se arrastraron aun bajo el gobierno de Alfonsín. Así se cerró un círculo exiliar cuyo alcance no sé medir todavía.

¿El círculo se cierra en el mismo punto donde comenzó? ¿Como en el bellísimo poema de John Donne sobre el compás? Me terminás donde me empezaste, dice el círculo al compás, la fuerza superior que lo ha trazado. Eso sentí cuando entraba ahora a Buenos Aires, como si estos años de distancia y desgarramiento nunca hubieran sido y yo navegara entre dos sueños: el del exilio que pasó y el de encontrarme aquí.

(…)

Es verano en la ciudad que vuelvo a recorrer después de tiempo, en medio de tanta precariedad, tanto dolor abierto todavía y tanta vida invicta sin embargo. En sus calles, a veces, como el Petrarca por su Laura, tiemblo en verano”.

Algo más de año y medio después, el 11 de octubre de 1989, escribió desde Nueva York en ese mismo medio otra colaboración que tituló “La culminación de los dos demonios” en la que decía:

“El presidente Carlos Menem ha indultado a 216 militares y civiles involucrados en el genocidio, en tres rebeliones contra el orden constitucional y en el desastre de las Malvinas. Indultando además a 64 personas presuntamente vinculadas con la “subversión” ha llevado a su culminación la “teoría” de los “dos demonios” que Ernesto Sábato supo formular.

(…)

Los decretos de indulto a los genocidas que ha dictado el doctor Menem, abogado, no sólo atentan contra el deber moral. Atentan contra el derecho mismo. Y cuando una ley no puede proteger al derecho, es justo que no impida ninguna injusticia. Así pensaba Shakespeare por lo menos”.

gelman-2[Gelman con Caffarel, entonces directora del Instituto Cervantes, durante el acto de depositar su legado en la Caja de las Letras (foto: archivo Instituto Cervantes)]

El premio Cervantes de 2007 tenía y tiene el poder de las letras. Fue un poeta “en armas” que escribió para vivir y que luchó siempre para que no perdiéramos ni la memoria ni los ideales. Él celebraba rescatar la “memoria histórica, único camino para construir una conciencia cívica sólida que abra las puertas al futuro” tal como afirmó en su discurso de recogida del premio. También depositó su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en la número 1.028 que estará custodiada hasta su apertura en 2050.

Un recuerdo para un poeta seducido por el periodismo y un periodista enamorado de la poesía: “La verdad periodística saca lo oculto al público, los secretos del poder. La verdad de la poesía revela otros secretos: los de la palabra y los de la existencia”.

Escritor de la memoria y del sur que, pese a temblores y decepciones, siempre estuvo comprometido con la defensa de la libertad.

Hacia el Sur

te amo señora / como el sur /
una mañana sube de tus pechos /
toco tus pechos y toco una mañana del sur /
una mañana como dos fragancias / de la fragancia de una nace la otra /
o sea tus pechos como dos alegrías / de una alegría vuelven los compañeros muertos
en el sur / establecen su dura claridad /
de la otra vuelven al sur / vivos por/ la alegría que sube de vos /
la mañana que das como almitas volando / almando el aire con vos/
te amo porque sos mi casa y los compañeros
pueden venir / sostienen el cielo del sur /
abren los brazos para soltar el sur / de un lado les caen furias/del otro /
trepan sus niños / abren la ventana /
para que entren los caballos del mundo /
el caballo encendido de sur / el caballo del deleite de vos /
la tibieza de vos / mujer que existís /
para que exista el amor en algún lado /
los compañeros brillan en las ventanas del sur /
sur que brilla como tu corazón /
gira como astros / como compañeros /
no hacés más que subir / cuando alzás las manos al cielo /
le das salud o luz como tu vientre /
tu vientre escribe cartas al sol /
en las paredes de la sombra escribe /
escribe para un hombre que se arranca los huesos / escribe la palabra libertad /

 

El juego en que andamos

Si me dieran a elegir, yo elegiría / esta salud de saber que estamos muy enfermos, / esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría / esta inocencia de no ser un inocente, / esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría / este amor con que odio, / esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores, / que me juego la muerte.

 

Epitafio (primer poema de su primer libro, Violín y otras cuestiones)

Un pájaro vivía en mí. / Una flor viajaba en mi sangre. / Mi corazón era un violín.
Quise o no quise. Pero a veces me quisieron. También a mí me alegraban: la primavera, las manos juntas, lo feliz.
¡Digo que el hombre debe serlo!
(Aquí yace un pájaro. / Una flor. / Un violín.)

Juan Gelman, poeta de la memoria