jueves. 28.03.2024

Claro que, entonces eran otros tiempos y, enseguida, comenzaron las complicaciones; la cosa se trabó; se vino abajo. Las maldiciones son así. Te embaucan y se manifiestan sorprendentes. ¡Arriba el telón! Esto no ha hecho más que comenzar. Y, en efecto, no hizo más que comenzar a irse al garete.

En esos otros tiempos éramos más jóvenes y más inconscientes, como aquella vez en que Pancho retó a Champion Bate, el pelotero del momento, a un encuentro a ponche o muerte. O cuando Eutimio se encontró con la horma de su zapato en Villa Marista y no supo reaccionar a tiempo. Claro que tampoco Orlando reaccionó como se esperaba de él en una visita a España con su jefe, Tonelada, un gordo descomunal, que decidió llevarlo al Music Hall.

Y al leer las historias uno piensa: Una más y van… Y nos repondremos; y evitaremos, entre risas, la autocompasión, las frustraciones y las lágrimas pero, al final, ¿qué queda? Nada más que un poético epitafio de los miembros de la Franja Etaria. O el futuro en manos del más puro azar del casino de la Bodeguita.

Después de dispersarse el humo nos percatamos que seguimos en el mismo lugar. Rodeado de unos cuantos incapaces de disparar un tiro. Es más, como no había nada a lo que dispararle, ni en las fábricas se trabajó, ni en las bodegas se dispararon chícharos. Aún así, las historias se fueron sucediendo porque la vida no para, no se cansa, no distingue entre chicha y limonada. Y crecimos con la ansiedad desarrollándose en nosotros, con la vista puesta en el hasta cuando. Trocando Perestroika por espera estoica.

Hoy es diferente. Tal vez nos encontremos, si acaso, en un período de paz en tiempos especiales. 

Luis Felipe Galeano. La Habana, Cuba, 1950. Vive en Madrid en la actualidad. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y Diplomado en Artes Visuales. Consultor financiero y socio fundador de la editorial Atmósfera Literaria, sl. Inició su carrera literaria en 2003. Ha publicado una novela y dos libros de cuentos así como diversos artículos en periódicos y revistas sobre cine, música y ensayo político.

En su producción figuran sus obras en solitario: En el nombre del vampiro, Ed Slovento, 2005, Un Chevrolet del 56, Ed. Atlantis, 2009, Porque perdí la confronta. Cuentos de un cubano mudo, Ed. Anubis, 2011. Asimismo, ha sido recogido en varias recopilaciones y antologías destacando: Agua: Símbolo y memoria. Años de poesía en el Café Libertad, Ed. Slovento, 2006 y El cuento, por favor. Treinta y nueve relatos sin vuelta, Ed. Fuentetaja, 2007.

En noviembre 2010 obtuvo el accésit de narrativa en el II Certamen Literario Leopoldo de Luis de Poesía y Relato Corto con su cuento De la Luna a la Tierra.

Periodo de paz en tiempos especiales