martes. 16.04.2024
capitan-lagarta

Este es el país donde solo el ángel de la guarda impide que pasen más cosas de las que pueden pasar, porque aquí nunca pasa nada hasta que un día sucede algo y entonces los responsables se sacuden las plumas porfiando “¿quién fue?” y a coro responden cien mil perjurando “yo no he sido”, entonces la culpa va bajando las escaleras hasta encontrar, despistados, a dos pobres que estaban pidiendo limosna en el portal. Y es que aquí campan por doquier y a sus anchas la pereza, el descuido, el relajo, la flojera, la pachorra, la cachaza, la negligencia, la inacción y la insensibilidad. Este es el país del “qué más da...”, del “a mí que me importa”, del “si ya lo sabía yo” cuando el dedo acusador apunta a otro y del “yo no sabía nada” cuando es el vecino quien le señala a uno. El viejo Dios del antiguo testamento hizo al español tan indolente como Él mismo, solo para partirse la goma al escuchar que no fueron los españoles quienes llevaron la gripe a América, que fueron ocho cerdas que se embarcaron en La Gomera en el segundo viaje de Colón; que fue la auxiliar de enfermería quien pilló el virus del ébola tocándose la cara a postas o que fue ese cruel capitán Mangouras quien esparció el petróleo a mala leche, solo por joder. Aquí la perfección es una utopía, por eso la mayor parte de los trabajos pueden quedar a medias: “bien vale así”;  y si un día pasa algo, Dios no lo quiera ¿por qué habría de pasar? no seamos gafes, se improvisa y andando. ¿Protocolos? ¿para qué?, si nadie se los lee. El único protocolo que funciona aquí es el de “Los 6  pasos para una buena gobernanza”. PASO 1: Nunca pasa nada. PASO 2: Si la prensa dice que pasa algo, busca a un culpable en el pueblo llano porque si no lo encuentras, estás jodido. PASO 3: Con culpable o si él, no dimitas nunca porque si lo haces, aparte de acusarte a tí mismo, perderías aforamientos y prebendas. PASO 4: Si piden tu dimisión, sé fuerte, no les oigas, piensa que “dimitir” es simplemente un nombre ruso. PASO 5: Mientras esperas que pase el temporal, amenaza a los tuyos, si no te cubren, con tirar de la manta. PASO 6: Nunca te sientas culpable por haberte metido con todos tus santísimos cojones a gestionar asuntos de los que no tienes ni puta idea. Tranquilo que no eres el único, hubo una ministra de Sanidad que dijo, cuando el tema de las vacas locas, que la columna vertebral era un hueso y otra de Cultura que demostró su alegría cuando Saramago ganó el Nobel soltando, dicen, aquello de “Sara Mago, excelente escritora”; y otro de Fomento que nunca llegó a acetar el hecho de ser intercetado en una gasolinera porque, bien se vio después en ditamen judicial, que él no era un corruto. Pero la perversión egoísta y psicopática del opresor no acaba de explicar bien la indolencia de un pueblo oprimido que llama alemán a quien es serio, plasta a quien es culto, santurrón a quien tiene algo de conciencia, trepa a quien se interesa por la política, infeliz a quien piensa algo, loco a quien piensa mucho, nacionalista de mierda a quien ama a su pueblo y fascista cabrón a quien quiere a su país. Pues, ¡hala!, a echar la siesta que con tanta monserga parece que entra la modorra. A dormir, no vaya a acabarse el mundo y nos coja despiertos. Y al levantarse, dos cañitas para ir tirando, y mañana al chollo a salvar el culo un día más, o a la cola del INEM; y cuando se acabé el paro, pues Dios proveerá, que no hay mal que cien años dure. Aprendamos de esos dos pobres que están en el portal, de esos dos representantes de un pueblo dormido, gobernado por ególatras carentes de empatía, psicópatas con tarjetas opacas y mamarrachos muy bien preparados dispuestos a firmar lo que sea  mientras les caigan unas migajas. Oigamos de qué hablan esos dos indolentes antes de que los detengan por propagar el ébola. “Anoche soñé que me tocaba la lotería” dice uno, y el otro responde: “eso es que vas a pisar mierda”; entonces el soñador se queda callado, pero raudo vuelve a la carga; “mierda es lo que vamos a acabar comiendo como las cosas sigan así”, y el otro, realista hasta los huesos, replica con gesto taciturno: ¿y tú crees que habrá mierda para todos?

Los Pecados Nacionales: Indolencia