viernes. 26.04.2024
EXPOSICIONES | HASTA EL 13 DE ENERO

Paul Gauguin visita Madrid: una exposición sin precedentes en el Thyssen-Bornemisza

El Museo Thyssen celebra su vigésimo aniversario con una exposición sobre el artista y su influencia en las vanguardias. "Gauguin y el viaje a lo exótico" nos muestra cómo este maestro del impresionismo hizo del viaje una forma de impugnación de algunos aspectos de la civilización occidental. Uno de los grandes acontecimientos del otoño cultural en Madrid. Y en España.

Paul Gauguin es uno de los artistas más representativos del Museo Thyssen-Bornemisza y por ello uno de los más indicados para la celebración del veinte aniversario del museo con una ambiciosa exposición, con la que se pretende romper el cliché tan rígido en el que se le ha incluido.

Con esta idea, Paloma Alarcó, conservadora del museo y comisaria de la muestra, ha seleccionado 111 obras cedidas por museos y colecciones de todo el mundo y que incluyen préstamos como Matamoe (1892), del Pushkin de Moscú; Dos mujeres tahitianas (1899) del Metropolitan de Nueva York o Muchacha con abanico (1902) del Museum Folkwang de Essen.

"Gauguin y el viaje a lo exótico" abrirá sus puertas el día 9 de octubre y presentará al artista como "el primer viajero moderno" que emprende un viaje no con la mentalidad de ideas literarias preconcebidas "sino como una huida de la civilización occidental". Para Paloma Alarcó, según declaraciones a la agencia EFE, Gauguin es el primer bohemio del siglo XX, "uno de los padres de la pintura moderna, el padre del primitivismo exótico que heredaron tanto los fauvistas franceses como los expresionistas alemanes".

La muestra comenzará con una "una invitación al viaje" a través de Eugène Delacroix, el primer viajero que tiene una respuesta moderna, y con la obra Parau api, pintada por Gauguin en 1892 y que, según la comisaria, "explica muy bien el carácter tahitiano".

Parte fundamental de la exposición serán las salas dedicadas a la vida del pintor en la Polinesia Francesa "como Gauguin quiere mostrar esa visión idílica y arcaica de Tahití pero, al mismo tiempo, como ese paraíso tiene un componente de abismo, de algo que ya nunca se va a volver a alcanzar. Algunas de las pinturas, sobre todo las últimas de su estancia en Tahití, son muy tenebrosas".

"Gauguin y el viaje a lo exótico" propone también un diálogo entre Gauguin y algunos de sus herederos con obras de Monet, Rousseau, Nolde, Kirchner, Franz Marc y Otto Müller, entre otros

Otro capítulo interesante de la exposición para la comisaria Paloma Alarcó es el que presenta al artista como etnógrafo. "A Gauguin, además del Paraíso, le interesaban las gentes y sus costumbres, algo que también heredaron los artistas alemanes. Comprendió a los nativos y se enfrentó al gobierno colonial".

La muestra también pondrá de relieve cómo Gauguin "hace una reelaboración de los grandes temas de la pintura, como el desnudo tumbado, la figura humana. Hace nuevos prototipos a través del canon exótico".

Especialmente atractiva será la exhibición de las obras de los artistas que a comienzos del siglo XX, viajaron al norte de África, persiguiendo un nuevo lenguaje basado en la luz y el color. Entre estos Kandinsky, Paul Klee, Henri Matisse y Sonia y Robert Delaunay.

Será precisamente el pintor francés Henri Matisse, el que cerrará el círculo de una exposición "que trata de ver lo exótico como escape, como una vuelta a los orígenes". La exposición permanecerá abierta en el Museo Thyssen Bornemisza hasta el 13 de enero de 2013.

GAUGUIN: SU BIOGRAFÍA

Paul Gauguin (París, 1848 - Atuona, Polinesia francesa, 1903) fue pintor y escultor. Hijo de periodista y madre peruana, vivió unos años en Lima. En 1871 regresó a París para trabajar en una empresa financiera En esta época inició sus clases de pintura y a coleccionar obras impresionistas de autores como Manet, Cézanne, Monet y Pissarro. En 1875 empezó a trabajar con éste último. Como consecuencia de esa colaboración, fue invitadoa participar en la quinta Exhibición Impresionista de 1880.

En 1883, su creciente interés por la pintura junto con el desplome de la Bolsa parisina lo llevaron a dedicarse íntegramente al arte. Al año siguiente se trasladó a Copenhague, residencia familiar del padre de su esposa, en busca de apoyo económico, pero su empeño fracasó rotundamente y poco después abandonaría a esposa e hijos. A partir de ese momento Gauguin vivió en la penuria y rechazado. Entre 1886 y 1888 su obra experimentó un giro radical, cuyo origen cabe buscar en dos experiencias vitales de gran importancia: su encuentro con Van Gogh y su primer viaje a la Martinica.

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