jueves. 28.03.2024
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En el año 2013, el historiador Daniel Esparza publicaba el artículo “Historia y deporte: los orígenes del surf a través de la prensa española”. En el artículo exploraba la historia del surf en España a través de referencias publicadas en la prensa escrita, principalmente en los diarios La Vanguardia, ABC, El Mundo Deportivo, Marca y As. Siguiendo su metodología, pensamos en realizar el mismo tipo de investigación para el caso gallego. Desgraciadamente en Galicia, sólo un medio, La Voz de Galicia, tiene su hemeroteca digitalizada y disponible su consulta a través de internet. Acudimos a alguna biblioteca con un archivo periodístico extenso, pero la imposibilidad de realizar búsquedas digitales, nos llevó a descartar esta vía. Para la búsqueda, hemos empleado una serie de palabras clave. Entre ellas estaba evidentemente, “surf”, y otras como “surfing”, “Hawái”, “Waikiki” o “Kahanamotu”. También los nombres de algunos de los protagonistas de los orígenes del surf en Galicia, aunque en este caso, el resultado no fue muy exitoso. Este es el resultado de parte de la búsqueda, que cubre el periodo 1900-1969.

De antes de la fecha en la que los primeros gallegos se iniciaron en el surf, verano de 1969, se han identificado un total de 13 artículos, algunos de los cuales pudieron ser claves para inocular el deseo de iniciarse en el surf a los primero surfistas gallegos.

El primer artículo encontrado data del 31 de agosto de 1962. Su título “El ‘Surfing', deporte nacional australiano”, incluía la siguiente descripción: “El deporte nacional australiano es en cierto modo el “surfing”, la apasionante lucha del hombre contra las olas desencadenadas. Se ha intentado aclimatarlo en Europa, pero la disposición del litoral no se presta a este deporte como en Australia y otros puntos de Oceanía. El “surf” australiano choca contra la costa con una potencia impresionante que los sólo los deportistas más consumados pueden dominar.

La gran ola australiana que, en la costa del Este puede alcanzar hasta diez metros de altura, comienza a romperse a unos 450 metros de la playa. Los “surfers” van a buscarla hasta a unos 200 metros de la orilla, hacia la que vuelven a velocidades que pueden llegar hasta 65 kilómetros por hora, cabalgando sobre la ola en su plancha especial, en una fiesta de espuma, de velocidad y sol deslumbrador”.

El artículo, que ensalzaba la relación entre el surf y la labor del socorrismo en las playas australianas, continuaba así: “Hasta 1900 las playas australianas eran del dominio exclusivo de los pescadores. El entusiasmo de los primeros aficionados al “surfing”, por cierto en oposición contra las leyes en vigor, las transformó en lugares de recreo. En 1902, Tommy Tanna, un oriundo de las islas de los mares del Sur, enseño a un “surfer” local como por su posición sobre la ola y por la selección de ésta, podía dejarse llevar y lanzarse sobre la orilla. Otros aficionados siguieron su ejemplo. Aprendieron la diferencia entre la ola “dumper”, que se rompe demasiado pronto lanzando al deportista contra un bajo fondo, y el “surf” alta ola que se rompe lentamente hacia la orilla. En 1912, los primeros “surf-boards” (la plancha que utiliza el “surfer” para flotar sobre la ola) conquistaron tal popularidad que el Gobierno de Nueva Gales del Surf constituyó un comité encargado de estudiar esta nueva forma de distracción. Así nació el “Surf Life Saving Association of Australia”, una de las más importantes organizaciones mundiales de socorrrismo”.

El siguiente artículo que hemos encontrado, se publicó el 2 de agosto de 1964. Escrito por Robert Hobson, autor también del artículo encontrado de 1962, el texto se publicó en varios periódicos, ya que además de en La Voz de Galicia, lo hemos encontrado (no recuerdo cómo), en el Diario La Noche. Con el títular “El ‘surfing’ conquista las playas de los cinco continentes”, se contaba lo siguiente:

"El ‘surfing’, que fue en otros tiempos el deporte favorito de los reyes de Hawái, ha conquistado en pocos años las grandes playas de los cinco continentes. Hoy, nadadores excepcionales han introducido el ‘surfing’ en todas partes donde pueda practicarse, sobre todo en las grandes playas de África del Sur, Estados Unidad y Brasil. En Europa comienzan a verse ‘surfers’ en la larga costa bordeada de dunas que va hasta Biarritz, y en donde potentes olas van a romperse sobre la arena.

Llevando una plancha ligera de vidrio estratificado, el ‘surfer’ va a buscar la ola a veces a más de 200 metros de la orilla. Hace falta mucha audacia y un sentido innato del equilibrio para levantarse sobre la plancha y dejarse llevar a una velocidad que puede sobrepasar los setenta kilómetros por hora (…).

El ‘surfing’ no es un deporte carente de peligros: hay que ser excelente nadador para remontar la corriente sin perder la plancha. Incluso la verdadera sensación de ser absorbidos vivos bajo varios metros de agua de una resaca hirviente. Las bolsas de aire y arena desorientan frecuentemente hasta tal punto que el nadador ya no sabe dónde está la superficie del agua. Cuando logra salir a la superficie, con los ojos, los oídos y la nariz llenos de arena, necesita todavía evitar ser cogido de nuevos por los torbellinos de la ola siguiente. 

Los que han evitado los peligros de las olas rompedoras y han sabido guardar el equilibro, conocen la sensación excepcional de recorrer el Océano a toda velocidad. En pie, con los brazos completamente abiertos, se sitúan en la cresta de una ola y se deslizan sobre el agua suavemente. Una ligera inclinación del cuerpo o un brazo levantado bastan para imprimir nueva dirección al ligero esquife. 

Se deriva de este encuentro que opone al hombre a los elementos desencadenados una maravillosa excitación que atrae cada vez más a la juventud hacia este deporte excepcional”.

Del 24 de diciembre de 1964 es un artículo que trata sobre el nuevo género de películas que triunfaba a mediados de los sesenta en Hollywood, el denominado genero “Beach”: “Bikini Beach”, “Party Beach”, “Muscle Party Beach” o “Pijama Beach”, en el que se destacaba como el director de "Bikini Beach", William Asher, antes de alcanzar fama con esta película, “había ligado su propia fama personal a las exhibiciones de 'surfing' en la playa de Malibú”. El cine tiene otra representación con el anuncio en prensa, del 2 de julio de 1967, de la película “Escándalo en la playa”: “Disfrute usted de las delicias del surf, viendo resbalar sobre olas de nácar y cristal a las más bellas sirenas californianas”, animaba a los posibles espectadores a acudir a los cines Riazor de A Coruña.

Otro artículo de Robert Hobson, publicado en el Diario La Noche, del 26 de julio de 1967, vuelve a realizar el surf con la actividad de socorrismo, aunque con un texto diferente al publicado en 1964, pero cuyo contenido parece basarse en las mismas fuentes, por lo que no reproducimos ninguna parte del texto.

Hay otra serie de artículos que mencionan el surf como parte de complementos de moda, o la relación con el surf de personajes famosos, como es el caso del jugador de baloncesto Clifork Luick: “sólo me he dedicado a la práctica del 'surf' y del sky acuático”; o de Clay Shaw, procesado por el supuesto complot que finalizó con el asesinado de J.F. Kennedy, del que se dice, “ha salido a pasar un prolongado fin de semana en la playa, tostándose al sol invernal del golfo, y practicando su deporte favorito, el 'surf'”.

De entre los curiosos, uno del 30 de diciembre de 1965, que bajo el título de “La locura del surf”, relata los disturbios acaecidos en Buenos Aires durante una concentración de skaters en la Plaza Francia, en la zona de Palermo Chico, con párrafos como el siguiente:

“Sesenta y cinco personas detenidas, de los cuales son treinta son menores de edad, fue el resultado de un espectacular procedimiento policial que desbarató una intensa sesión de “surf” (…). La Policía fue avisada, por vecinos, que no podían descansar por la batahola producida, y por los médicos del cercano Hospital Fernández, quienes cansados de entablillar piernas y brazos decidieron poner fin a la intensa labor que les venía significando esta clase de competiciones”.

La primer imagen sobre surf que apareció en un medio gallego, se publicó el 27 de julio de 1967 en un artículo que no trataba sobre surf, sino sobre tectónica de placas, y en el que se anunciaba “Australia se desplaza hacia las costas de los EE.UU. El continente ha recorrido 3.400 millas… en cien millones de años”. La imagen en la que se ve a un surfista cogiendo una derecha en una playa que no soy capaz de identificar decía: “unos jóvenes australianos practican el “surf” en la costa oriental de Australia que desde hace millones de años se está desplazando en dirección a Estados Unidos”.


 

 


 

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