viernes. 29.03.2024
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Las seis horas de la serie La conjura contra América son cine excelente. Los seis capítulos de la serie estadounidense La conjura contra América (The Plot Against America), basada en la novela homónima del grandioso escritor Philip Roth, son una maravillosa manera de recordarnos, de hacernos presente, de vislumbrar o imaginar el espanto, el que pudo ser, el que fue, el que es y el que será.

1De la novela de Roth, a la que la serie sigue, con la fidelidad imprescindible de lo cinematográfico, de manera certera a mi modo de ver, ya escribí que es literatura contrafactual memorable, es una novela autobiográfica aunque distópica, más bien ucrónica, en la que sus protagonistas son “seres sencillos que casualmente eran judíos”, es una novela histórica ajena al género en la que como siempre me pasa con Roth vuelvo a aprender Historia. Historia de Estados Unidos. Es una novela sobre el odio y el miedo, sobre la triste realidad del odio y el miedo haciendo de las suyas y pervirtiendo las vidas apacibles de muchas gentes de bien, como la familia del niño que nos cuenta todo aquello.

La serie La conjura contra América ha sido creada por David Simon y Ed Burns (que ya habían colaborado juntos en la reconocida serie de 2002 The wire, creada por Simon) y dirigidos sus capítulos por aquél, por Minkie Spiro y por Thomas Schlamme; con un guion en el que participó el ya fallecido Philip Roth (que prefirió que no quedara su apellido, el de su familia, como el de los protagonistas, como sí ocurría en su novela), escrito 2por Burns, Simon y Reena Rexrode; y una espléndida fotografía de Martin Ahlgren que dimensiona esta maravilla cinematográfica como una obra deslumbrante y memorable; además de unas interpretaciones actorales sublimes encabezadas por la extraordinaria Zoe Kazan y el gran descubrimiento que es el niño Azhy Robertson (Philip Levine: Philip Roth, sí, él, en la novela), pero que también cuenta con un reparto fabuloso en el que descuellan John Turturro y Winona Ryder, y sobresalen Anthony Boyle, Morgan Spector y David Krumholtz.

Si en la novela es a través de Philip que el lector percibe cuanto ocurre en ese barrio de Newark, en ese Estados Unidos desquiciado y cada vez más desquiciante; en la serie el ojo, la mente, no es sólo la del niño Roth/Levine sino especialmente la de su madre, interpretada por una inconmensurable Kazan, capaz de modular todo aquello que les pasa a algunos seres humanos cuando la alegría, el temor, el dolor, el trauma, el amor, el ansia y la necesidad, también el odio (brevemente lúcido para devolver tanto odio), son sucesivamente, como una revolución emocional, esa a la que llamamos vida, lo que acontece fuera de nosotros, dentro de nosotros.

Como la novela de Roth, la serie de Burns y Simon es una obra sobre el odio y el miedo, pero también sobre la auténtica dignidad humana.

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Odio y miedo en Estados Unidos: La conjura contra América