jueves. 25.04.2024
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Narrativa | JUAN ÁNGEL JURISTO

La obra de Belén Gopegui (Madrid, 1963) desde la publicación de aquella su primera novela, La escala de los mapas, editada en 1993, Premio Tigre Juan, se convirtió en un referente generacional que culmina, por ahora, en esta última novela, Existiríamos el mar, narración que abre la temporada literaria de este otoño y que acaba con los casi cinco años, desde la publicación de Qúedate este día y esta noche conmigo, donde la autora contraponía los valores de la intimidad frente a Google y las nuevas tecnologías que fomentan la desaparición de ésta por ser el último refugio en que podemos habitar. Hablar de esto equivale a reivindicar el aspecto revolucionario del amor, temática que permanece en la mayoría de sus obras, de una u otra manera, desde La escala de los mapas, desde luego, pero que se extiende hasta narraciones un tanto alejadas en apariencia de ello como Deseo de ser punk, publicada en 2009, que da vida a la voz de una chica de 16 años, Martina, en rebeldía con el mundo y que fue galardonada con el VII Premio Dulce Chacón o esta Existiríamos el mar, donde Gopegui crea una especial atmósfera al recrear la convivencia de unos cuarentones que viven en un piso compartido sin vuelta posible a un tipo de vida que se les vendió como la única deseada y cuyas condiciones de vida les negó para siempre la entrada al supuesto Paraíso.

ICAL293420-e1430560831983Después de La escala de los mapas vinieron Tocarnos la cara, cuyo título lo dice casi todo, y La conquista del aire, que supuso un corte profundo en la carrera de esta escritora pues fue el principio de una colaboración estrecha con el  mundo del cine. De hecho la novela se llevó a película bajo la dirección de Gerardo Herrero y guión de Ángeles González Sinde con el título de Las razones de mis amigos. Esta colaboración la llevó más tarde, cuando González Sinde comenzó su carrera como directora, a realizar guiones. Fruto de ese cambio fue el guion de La suerte dormida y El principio de Arquímedes, que dirigió Gerardo Herrero en 2004. A partir de aquí Gopegui (en la imagen) ha combinado con fortuna esa colaboración con el cine y su labor narrativa, en la que se incide con mayor intensidad en una temática social y política muy concreta. En El lado frío de la almohada, por ejemplo, contrapone, siempre con las cuestiones amorosas por medio, la relación habida entre un diplomático norteamericano que se encuentra en Madrid para realizar un trato con agentes castristas de la Embajada cubana y Laura Bahía, una agente española de origen cubano, lo que nos lleva a referirnos a la especial relación que la autora mantiene con el Régimen cubano, régimen que ha defendido siempre en coloquios y entrevistas pero que tomó carta de naturaleza artística en una obra teatral, Coloquio, que formó parte del libro colectivo Cuba 2005.

Quizá buena parte de la particular buena estrella de que goza su literatura es que es una cuidadosa novelista con una marcada voluntad de estilo, que combina de manera certera con temas sociales de actualidad, contraponiendo siempre dos maneras distintas de concebir el amor, o las nuevas tecnologías, como en Acceso no autorizado, donde esa contraposición se concreta en un hacker y la vicepresidenta del Gobierno o en El comité de la noche, donde dos mujeres que se enfrentan al tráfico ilegal de sangre, temática inmersa en la actualidad y que hace atractivas estas novelas a un amplio público mientras la tendencia al estilo y la obra conseguida se combina con más o menos feliz resolución.

existiriamos-el-marEn esta última novela, por ejemplo, se trata de dar cuenta de los avatares de Lena, Hugo, Ramiro, Camelia y Jara, que comparten piso en  el 26 de la calle Martín Vargas, de Madrid. Las circunstancias les han llevado a vivir de esa manera pero lo cierto es que lo en principio podría ser calificado de adaptación a algo desfavorable termina convirtiéndose en una forma de vida que no sólo otorga conformidad sino que representa el atisbo de otra manera distinta de vivir las relaciones personales. Un atisbo de esperanza basado en la solidaridad, sobre todo cuando se unen para saber del paradero de Jara, que, sin trabajo y, por lo tanto sin perspectivas vitales, ha desaparecido sin dejar paradero alguno.

Desde luego todas las narraciones de la autora prevén cierta utopía amable a pesar de...

Es una manera tan legítima como otra de tratar los complejos problemas de la globalización  en un ciclo económico que está mutando a pasos agigantados y que creo requiere una visión certera y nueva de encarar esta prosa del mundo, en palabras hegelianas, y que Gopegui contrapone a la otra parte, a la poesía que reside en el refugio de lo íntimo.


Belén Gopegui. Existiríamos el mar. Literatura Random House. Barcelona. 2021. 297 pp. COMPRA ONLINE 

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JUAN ÁNGEL JURISTO es escritor y critico literario

 

 

Ofrecer refugio | "Existiríamos el mar", de Belén Gopegui