jueves. 25.04.2024
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Retrato realizado por John Opie hacia 1797

Nace el 27 de abril de 1759 en Spitalfields (Londres) en el seno de una familia de clase media londinense. Su padre era un tejedor de seda, que había heredado una cantidad muy importante de dinero. Su negocio y su herencia le habrían permitido a él y a su familia tener una vida tranquila acomodada, de no ser por las malas inversiones que realizó, lo que provocó la pérdida no solo de su herencia sino del propio negocio. Esto hizo que cambiaran con mucha frecuencia de domicilio.

Como consecuencia de esta situación, Mary empezó a trabajar desde edad temprana, desde costurera, institutriz, a acompañante de damas de alta sociedad. Su inteligencia y pasión por la lectura hicieron que ejerciera de profesora cuando sólo tenía veinte años.

Tuvo problemas familiares, cuando con mucha frecuencia, tuvo que defender a su madre de la violencia que su padre ejercía sobre ella y sobre todo cuando este estaba borracho.

Mary tuvo dos grandes amigas en su adolescencia. La primera fue Jane Arden, con la que compartía el gusto por la lectura, además acudían a las clases del padre de Jane, que era un reconocido científico y filósofo. Esta experiencia fue para ella muy importante, porque él abrió su mente el mundo intelectual.

Junto a esto, Mary desarrolló una emoción posesiva hacia su amiga, que le acompañará toda su vida, como se demuestra en lo que escribió “se han formado en mí ciertas nociones románticas de amistad… soy un poco peculiar en mi entendimiento del amor y la amistad; tengo que tener el primer puesto o ninguno”.

Su segunda amiga fue Fanny Blood, planteándose la convivencia con ella. Hizo planes de alquilar una casa para dicha convivencia y apoyarse mutuamente económica y emocionalmente, la una a la otra.    Pero nunca se realizó, debido a los problemas económicos de ambas. Además, Fanny tenía una visión tradicional de la mujer muy diferente de la que tenía Mary.

Mary era consciente de esta idealización, que había hecho con Fanny. A pesar de esto, conservo su relación con Fanny y ayudó a su familia toda su vida.

Las dos juntas, unida a las hermanas de Mary, abrieron una escuela en Newington Green, pero este proyecto fracasó cuando Mary se trasladó a Lisboa. Enseguida Fanny se casa, pero ya para entonces tenía una salud muy delicada, que empeoró cuando quedó embarazada. En el año 1885, Mary se traslada a Lisboa donde se encontraba Fanny, para cuidar de ella, pero a finales de este año muere.   Mary sufre muchísimo con su muerte, siendo fuente de inspiración de su primera novela.

Regresa de Lisboa y se traslada a Irlanda, para trabajar como institutriz en la familia Kingsborough.   Allí permaneció durante un año y fue donde escribió su primer y único libro de literatura infantil “Relatos originales de la vida real”.

Mary da muestras de rebeldía por las opciones tan limitadas que tenían las mujeres respetables con pocos recursos financieros, por lo cual decide dar un giro a su vida y plantea dedicarse a escribir, siendo consciente de que muy pocas mujeres lo conseguían. Todo esto queda reflejado en una carta dirigida a su hermana Everin en la que le comunicaba su decisión y se planteaba ser la primera en un nuevo género.

En su obra “Reflexiones sobre la educación de los hijos” no sólo hace reflexiones sobre los asuntos morales de la educación, sino que da pautas incluso en la forma de vestir.

Abandona Irlanda y se instala en Londres, en una casa donde comenzaría su etapa de escritora.   Para ello, cuenta con la ayuda de Joseph Hohnson , que era un editor que destacaba por su liberalismo.   Fue en esta época cuando Mary aprende francés y alemán lo que le permite dedicarse a la traducción al inglés de textos de autores extranjeros, como la obra de Jacques Necker “Sobre la importancia de las opiniones religiosas” o la de Christian Gotthilf Salzman “Elementos de moralidad para el trato con los niños”. Además en este periodo de su vida, frecuentaba reuniones intelectuales con Thomas Paine y William Godwin.

Fue allí donde conoció a Henri Fuseli, importante artista de la época, que cautivó a Mary por su genio y la grandeza de su alma. Henri estaba casado, pero ella se enamoró de él y le planteó una convivencia en trio, entre ella, Henri y su mujer, pero la mujer de Henri rechazó tal propuesta, provocando un gran escándalo en todo Londres.

Mary viaja a Francia, justo en el momento en el que se está produciendo la Revolución Francesa y se traslada como una forma de huir del escándalo londinense, pero también para poder participar en el proceso revolucionario. Contestó  al conservador Edmund Burke, en el año 1790, que había escrito la obra “Reflexiones sobre la revolución francesa” con la obra suya “Vindicación de los derechos del hombre” y que sería el antecedente de su gran obra de 1792 “Vindicación de los derechos de la mujer”.

En “Vindicación de los derechos de la mujer” habla de la posición de la mujer en la sociedad y plantea las conexiones entre cuatro términos: derecho, razón, virtud y deber. Los derechos y los deberes están completamente ligados. Ella dice “sin derechos cívicos no puede haber ninguna obligación”.

Mary considera que las mujeres deberían ser educadas racionalmente, de modo que pudieran así contribuir a la sociedad. Mantiene que las esposas deberían ser las compañeras racionales de los maridos. Valora que si una sociedad decide dejar la educación de sus hijos a las mujeres, estas deben estar bien educadas para poder pasar el conocimiento a la siguiente generación.

Mary piensa que las mujeres son estúpidas y superficiales, pero dice que no es debido a una deficiencia innata, sino a que los hombres les han negado el acceso a la educación. Dice “enseñadas desde su infancia que la belleza es el cetro de la mujer, la mente se amolda al cuerpo y, errante en su dorada jaula, sólo busca adornar su prisión”.

Piensa que hombres y mujeres son iguales a los ojos de Dios y que están sujetos a las mismas leyes morales. Sin embargo, las peticiones de igualdad, contrastan con estas palabras “No se concluye que quiero inventar el orden de las cosas; ya he asegurado que, por su constitución, los hombres parecen diseñados por la Providencia para lograr un mayor grado de virtud. Hubo refiriéndome a este sexo en general, pero no veo motivo alguno para concluir que sus virtudes debieran diferir a causa de la naturaleza”.

Este libro está impregnado de un sentimiento burgués del mundo. Defiende la modestia y la diligencia. Ataca la riqueza, empleando el mismo lenguaje con el que acusa a las mujeres de falta de libertad.

En París conoció al aventurero norteamericano Gilbert Imley, del que se enamoró y buscó una relación amorosa experimental, descubriendo el componente gozoso sexual, que anteriormente había rechazado en su obra “Vindicación de los derechos de la mujer”. Mary buscaba el matrimonio con Gilbert, pues su enamoramiento provenía de la idealización de éste. Sin embargo, Gilbert no quería, pues era un hombre de planteamientos muy liberales en las relaciones.

Mary rápidamente queda embarazada y da a luz en mayo de 1794, poniéndole el nombre de su difunta amiga Fanny. A pesar de su agitada vida amorosa, no dejó de escribir, así en diciembre de 1794 publicó en Londres “Una visión histórica y moral del origen de la revolución francesa”.

Ante la declaración de guerra que Gran Bretaña hace a Francia, la situación en el país se hace complicada para Mary, por lo que Gilbert Imly la registró como su esposa sin estar casados, para poderla salvaguardar de los peligros actuales. Esto le vino muy bien, pues pudo presentar a su hija, como Fanny Imly.

Su relación con Gilbert fue tormentosa, intentando suicidarse en mayo de 1795 con láudano. Para  solucionar sus problemas personales, viaja a Escandinavia y mantiene la relación a través de cartas, que posteriormente fueron publicadas en 1795 con el título de “Cartas escritas durante una breve estancia en Suecia, Noruega y Dinamarca”. En ellas, valoraba el suicidio como una opción racional, diciendo “solo tengo que lamentar que, cuando la amargura de la muerte había pasado, fui inhumanamente traída de vuelta la vida y la miseria. Pero tengo la firme determinación de que esa decepción no me desconcierte, no dejaré que lo que fue uno de los actos más clamados de mi razón quedé como un intento desesperado. En lo que a ellos respecta, sólo tengo que rendir cuentas a mí misma. Si me preocupara por lo que llaman reputación, serían otras circunstancias las que me deshonrarían”.

En su regreso a Londres vuelve al círculo de Joseph Johnson, y es allí donde conoce a William Godwin, que fue uno de los precursores del pensamiento anarquista, con el que tiene una apasionada relación. Había leído el libro de Mary “Cartas escritas en Suecia, Noruega y Dinamarca” escribió sobre dicho libro, diciendo “Si alguna vez hubo un libro hecho para que el lector quedara enamorado de su autor, para mí es éste. Ella habla de su dolor de un modo que te llena de melancolía y te deshace en ternura, al mismo tiempo que demuestra una genialidad, que inspira una gran admiración”.

Fruto de esta relación tiene una segunda hija que le pondrá el nombre de Mary y que resultará la autora de la obra “Frankenstein”. Por ella se casan. Dicho matrimonio es muy criticado, porque Godwin había defendido la abolición del matrimonio. Viven en dos casas adosadas, de modo que pudieran ser independientes. Muchas veces se comunicaban por medio de cartas. Fue una relación muy estable

Como consecuencia del parto de su hija Mary, ésta muere diez días después del parto por consecuencias médicas del mismo, siendo el óbito, el 10 de septiembre de 1797. Con la muerte de Mary, Godwin escribió “creo frecuentemente que no existe en el mundo nadie que se pueda comparar a ella. Sé por experiencia que estábamos hechos para hacernos felices el uno al otro. No espero en absoluto poder volver a ser feliz nunca más”.

Mary Wollstonecraft; grabado de James Heath realizado sobre 1797, basado en la pintura de John Opie

Mary es incinerada en St Paucras Old Church, pero posteriormente fue trasladada a Bournemouth junto a los restos de William Godwin.

Mary fue una mujer en constante evolución. En sus inicios empezó defendiendo las virtudes cristianas, pero con el inicio de la revolución francesa, sus ideas fueron cambiando y derivando hacia una defensa de la razón por encima de la fe.

Se atrevió a defender la igualdad entre los hombres y  mujeres. No sólo rechazaba el supuesto tradicional, que definía de manera diferente las naturalezas femenina y masculina, sino que afirmaba con gran convencimiento que, las mujeres no se desarrollaban más intelectualmente, porque se le vetaba el acceso al conocimiento.

Mary Wollstonecraft, es una de las grandes figuras del mundo moderno. Sin embargo, su figura ha sido minimizada y ridiculizada durante siglo y medio. Defiende como hemos visto, que las mujeres no son inferiores por naturaleza al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación, planteando que ambos deberían ser tratados como seres racionales, e imagina un orden social basado en la razón. Establece las bases del feminismo moderno, y la convierte en una de las mujeres más populares de Europa en aquella época.

A finales del siglo XIX y gracias a otras escritoras como Virginia Wolff, las ideas y creencias en la igualdad de hombres y mujeres que tiempo atrás había defendido Mary fueron rescatados del olvido. Las corrientes feministas del siglo XX hicieron suyos sus palabras de defensa de los derechos de la mujer.

Está considerada como la precursora de la filosofía femenina. Su temprana defensa de la igualdad y sus ataques al feminismo convencional y a la degradación de la mujer fueron la antesala de la aparición de los movimientos feministas. Sus ideas filosóficas y sus conflictos personales, han sido considerados como importantes influencias en posteriores obras feministas.

Mari Wollstonecraft, la intelectual feminista