sábado. 27.04.2024
Iglesia bautizo madrid largo caballero
Iglesia de Madrid donde fue bautizado Francisco Largo Caballero.

Juan Moreno | Autor del libro “La leyenda negra de Largo Caballero”, de próxima publicación

En marzo de este año escribí un artículo con motivo del 75 aniversario de la muerte de Largo Caballero y para salir al paso de la alcaldada de septiembre de 2020 por la cual se retiró su nombre de una calle y arrancaron la placa de la casa natal. Cuando se enfoca el final de las conmemoraciones de la desaparición del primer y único obrero que fue jefe de gobierno en este país quiero dedicarle unas líneas a sus años de niño y de joven madrileño apoyándome en lo que el mismo Largo Caballero escribió en Mis recuerdos, su autobiografía. 

Señalaré aquellos lugares donde maduró su rebeldía contra la miseria en la que vivía la clase obrera de la que formaba parte y, en la segunda parte, diré algo sobre su paso por el Ayuntamiento de Madrid y sus avatares de reformista/revolucionario, llegando hasta la huelga general de 1917; la primera vez que se jugó la vida, que salvó por los pelos.

Empecemos por el principio hablando de dos plazas cercanas entre sí: la entonces llamada Plaza Vieja de Chamberí, y la de Iglesias. Cuando sus padres se casaron se instalaron en una buhardilla del hermano de la madre y allí nació Francisco el 15 de octubre de 1869. En el lugar de la plaza de Chamberí donde estuvo aquella casa está el edificio de la Junta Municipal de Distrito del que se arrancó una placa que recordaba el nacimiento de quien había sido cinco veces concejal de ese Ayuntamiento.

En la vecina Glorieta del Pintor Sorolla, que todo el mundo llamó siempre por su nombre antiguo de Glorieta de la Iglesia, bautizaron al futuro líder del socialismo en el templo dedicado a  Santa Teresa y Santa Isabel. Dicen que el cura Merino, al pasar en 1852 delante de esa iglesia montado en un burro camino del Campo de Guardias donde iba a ser ejecutado, dijo: “está mal construida, mal cimentada, se va a caer” y acertó; hubo que rehacerla. El cura estaba bien de la vista pero no tanto de la mano puesto que no apuñaló debidamente a la reina Isabel II.

Al separarse los padres teniendo Caballero solo cuatro años, la madre (que no aguantaba más las parrandas ni el maltrato del marido) tuvo que irse a trabajar a Granada viajando con el niño en un carruaje de cuatro mulas que paraba en todos los pueblos en un viaje que duró varios días. Volvieron pronto a Madrid y la madre entró de sirvienta en una  casa y dejó al pequeño de nuevo con sus tíos; sus primos, diría Largo Caballero, le reprochaban que les “comía su pan”.

Las vida de las clases populares durante la monarquía de la Restauración era tan difícil que los niños tenían que dejar el colegio muy pronto y eso le ocurrió a Largo Caballero a los siete años, y explicó en sus memorias que después “no he vuelto a pisar  una escuela para recibir instrucción”. El primer trabajo estaba muy cerca de su casa y consistía en dar engrudo para forrar cajas de cartón que después tenía que transportar a los comercios “lloviese o nevase, con frio o con calor, calzando alpargatas” De mayor diría con socarronería que su primer empleo fue de “cajero”.

En su segundo trabajo como encuadernador, en la calle de la Aduana, el dueño quiso pagarle con una moneda que “tenía más cobre que plata” y se la  arrojó y se marchó. Todavía en la infancia tendría otros trabajos similares en talleres donde ganaba poco y los oficiales pegaban a los aprendices, hasta que un señor le preguntó si quería ser estuquista y dijo que sí sin saber qué era eso. Empezó en la calle Jesús del Valle 17, principal,  en esa especialidad en la que trabajó durante muchos años.

Después del 1º de mayo de 1890 ingresó en la Sociedad de Albañiles “El Trabajo” que tenía su sede junto a otros gremios en el Centro de Sociedades Obreras de la calle Jardines nº 32, que después se trasladó al 20 de la misma calle y más tarde a la calle de la Bolsa.  En las Escuelas Pías de la calle de Tribulete número 14, constituyeron la Sociedad de Estuquistas adherida a la UGT y Largo Caballero con  veinte años fue elegido vocal y después secretario y presidente. Desde esa sociedad se lanzó la primera huelga reglamentaria por las 40 horas.

Antes de proseguir con su forja sindical y política digamos algo sobre el comienzo de su  “carrera delictiva” que no fue menos amplia. Se lamentaba de que su tremendo historial de arrestos y prisiones no empezó por una huelga ni por nada político. Resulta que tomando un atajo por el monte de El Pardo para ir a buscar trabajo en una obra con dos compañeros los detuvo un guarda forestal bajo la peregrina acusación de haber  puesto trampas para cazar conejos. La cosa terminó muy mal pues se le puso una multa que no recibió debidamente en su domicilio y fue declarado prófugo, detenido y encarcelado en la cárcel Modelo de Moncloa; fue llevado esposado, a pie y vigilado por guardias civiles hasta la cárcel de Colmenar Viejo donde tuvo que cumplir la pena impuesta. Aunque sería condenado a cadena perpetua en 1917 y pasaría por un campo de exterminio nazi después de la guerra civil, en el expediente de la burocracia judicial, en primer lugar, constaba como ladrón de conejos.  

francisco largo caballero 1Elegido presidente del Centro de Sociedades Obreras de Madrid siguió en su trabajo de estuquista y una vez que lo mandó llamar el gobernador civil para que mediara en una huelga de panaderos llegó a Sol “vestido de blanco, manchado de, manchado de cal, yeso y escayola”. A la salida se enteró de que el gobernador preguntó a un guardia con asombro: “Pero ¿trabaja éste?”.

Dirigió las protestas populares durante el grave accidente del hundimiento del tercer depósito del Canal de Isabel II el 8 de abril de 1905 que causó la muerte de 30 obreros y numerosos heridos. Las autoridades querían enterrar rápidamente a los muertos sin apenas dar conocimiento a las familias pero el Centro Obrero convocó una gran manifestación el 23 de abril con varias decenas de miles de personas que recorrieron Madrid partiendo desde la Plaza del Progreso (actual plaza de Tirso de Molina) hasta el cementerio.

Al aumentar la afiliación de las sociedades obreras compraron un edificio en la calle del Piamonte número 2, que había pertenecido a los duques de Béjar, y Caballero tuvo a su cargo el traslado a la flamante Casa del Pueblo, inaugurada por Pablo Iglesias el día 28 de noviembre de 1908 con la asistencia de unas ocho mil personas. Las autoridades franquistas en 1939 se incautaron del edificio de alto valor arquitectónico que terminarían demoliendo en 1953 al igual que hicieron con el de la Gráfica Socialista en la calle Trafalgar en cuya construcción también participó la sociedad de albañiles que dirigía Largo Caballero. En su lugar se construyó la sede del BOE.

Sobre los domicilios privados de Largo Caballero se sabe que en los primeros años del siglo XX vivía en la calle Eloy Gonzalo número 10 con su primera esposa Isabel Álvarez. A partir de su matrimonio en 1909 con Concepción Calvo se fue a vivir  a la calle José Abascal número 18 hasta que compró una casita cerca de la Dehesa de la Villa, lo cual le causaría algunos problemas a los que me referiré más adelante.

Para cerrar esta etapa digamos que Largo Caballero fue un pionero del cooperativismo social presidiendo la Cooperativa Socialista de Consumo y la Institución Cesáreo del Cerro que construía escuelas para niños de ambos sexos, hijos de trabajadores.

Cuando la atención médica y farmacéutica estaba en manos de particulares y funcionaban como negocio lucrativo fuera de las posibilidades de los trabajadores los socialistas crearon una Mutualidad Obrera a la que poco a poco  se abonaron varios miles de trabajadores y sus familiares. La clínica principal de la Mutualidad estaba en la calle de Eloy Gonzalo y contaba, entre otros servicios, con un dispensario para los hijos de los socios llamado La Gota de Leche. Siendo Largo Caballero presidente y gerente, la Mutualidad Obrera creció en tamaño y en prestigio hasta ser una de las más importantes de España. Fue tomada como modelo para la reforma de las Casas de Socorro municipales y para el proyecto de Seguro de Enfermedad elaborado por el Instituto Nacional de Previsión.

Más valdría que en vez de quitar placas, el Ayuntamiento pusiera una para reconocer esa gran obra social.


¿Quién fue Largo Caballero?

El Madrid del joven Largo Caballero