jueves. 28.03.2024
calle alcala

(Capítulos 32, 33, 34 y 35)

32.- LA IGLESIA DE SAN JOSE

Siguiendo el curso de la manifestación, calle Alcalá arriba, en la misma acera de la derecha, un poco más arriba, encontrareis la Iglesia de San José, situada en el mismo lugar donde se iniciaron las obras de apertura de la Gran Vía, con la demolición de la Casa del Cura.

La Iglesia de San José es el único resto visible del Convento de los Carmelitas Descalzos que allí se levantaba y que se supone fue el primero que esta orden, fundada por Santa Teresa de Jesús, abrió en Madrid, en torno a 1586, al tiempo que la rama femenina se instalaba en otro convento situado en la actual Plaza de Santa Ana.

Los incendios, la desamortización de Mendizábal y la vorágine urbanística desatada por la apertura de la Gran Vía, hicieron que del Convento original no quede nada. Un incendio fue la causa de que el templo, en el que se ordenara sacerdote Lope de Vega, hubiera de ser derruido y se construyera el actual, obra de Pedro de Ribera, otro de los grandes arquitectos que dejó en Madrid obras como el Puente de Toledo, el Cuartel del Conde Duque, el Hospicio de San Fernando, el Palacio de los Duques de Santoña -sede actual de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid-, el Palacio de Miraflores en la Carrera de San Jerónimo.

San José, como tantas otras iglesias madrileñas, es un auténtico museo de pintura y escultura. Por ejemplo, la Virgen del Carmen del Retablo Mayor es de Roberto Michel (1832). La escultura de San José que se encuentra en el Retablo neoclásico del crucero, es de Luis Salvador Carmona (siglo XVIII), mientras que el crucificado Cristo del Desamparo, en el otro extremo del crucero es de Alonso de Mena (1631), también conocido como el Cristo de los Siete Reviernes.

Gregorio Fernández es el autor de la escultura de Nuestra Señora del Carmen que se encuentra en la capilla del mismo nombre, mientras que, en la Capilla de Santa Teresa, podéis contemplar la escultura de Teresa realizada por Luis Salvador Carmona, así como pinturas de Rodríguez de Miranda, un San Eloy de Juan Pascual de Mena, o un San Juan Bautista de Roberto Michel.

Como curiosidad, en el pasillo que conduce a la sacristía, podéis deteneros ante la escultura de la Virgen del Rosario, obra de Ricardo Bellver, el mismo autor del monumento al Angel Caído, que se encuentra en el Parque del Retiro, único en su género. No ángel vencido, sino ángel en lucha, grito del rebelde arrastrado a los infiernos. Tensos los músculos, distorsionado el rostro, mientras sus cabellos flotan en el vacío. Es preciso, necesario y hasta urgente, darse una vuelta de vez en cuando alrededor del monumento para sentir la grandeza y la tragedia de la condición humana.

Como podréis comprobar, cuando visitéis el interior, un auténtico museo de escultura y de pintura que abarca de los siglos XVII al XX y que, por más que quienes conformamos cada año esta variopinta manifestación, no seamos demasiado aficionados a los reviernes, ni a los primeros viernes, no dejará de suscitar la curiosidad que, en todo caso, habrá que saciar en otro momento. Habrá que conformarse, en esta ocasión, con admirar la fachada, que tampoco es la original.

Ya os he contado que, el abigarrado conjunto urbano existente hasta el siglo XX, se vio modificado por la apertura de la Gran Vía, iniciada precisamente en este punto, lo cual obligó a transformar la decoración de la fachada y añadir los cuerpos laterales.

En el cuerpo central, se encuentran las tres puertas de acceso, con arcos de medio punto, entre las cuales se abren ventanas con rejas. Sobre la puerta central podréis ver un escudo del Carmelo. La hornacina situada sobre la puerta principal alberga una estatua de la Virgen del Carmen, obra también de Roberto Michel. Sobre la hornacina, un ventanal proporciona luz al interior. El conjunto se remata con un frontón triangular que se curva en su parte inferior.

33.- EDIFICIO METROPOLIS

edificio metropoli

Durante la subida por Alcalá, hasta su bifurcación con la Gran Vía, habéis tenido siempre a la vista ese edificio que, como proa de barco, apunta directamente hacia vosotras. El edificio Metrópolis fue levantado entre 1905 y 1907 por la Unión y el Fénix, ganando el concurso para la construcción los arquitectos franceses Raimond y Jules Fevrier, si bien la dirección de la obra fue encomendada a Luis Esteve, quien también sería el arquitecto del Casino de Madrid. El diseño corresponde al estilo clasicista francés de principios de siglo, del que ya habéis visto ejemplos como los Hoteles Ritz y Palace.

La resolución de la fachada es lo más llamativo del conjunto, al aprovechar la esquina, que sirve de arranque a la Gran Vía, para levantar una impresionante rotonda de columnas corintias que soportan un entablamento con grupos escultóricos, rematado por una cúpula elevada sobre un torreón.

El grupo alegórico que representaba a la compañía, fue sustituido en 1975, cuando el edificio es comprado por la Compañía Metrópolis, por una Victoria alada, obra de Federico Coullaut.

Junto al edificio Metrópolis, en la esquina formada por Caballero de Gracia con la Gran Vía, podéis contemplar un edificio destinado a viviendas y oficinas, proyectado por Eladio Laredo y levantado entre 1916 y 1917.

El espacio triangular definido por la confluencia de ambas calles, determina la construcción de dos edificios (Gran Vía 1 y 3 y Caballero de Gracia 21), que  comparten patio y hall y que se articulan mediante la torre de la esquina que soporta dos templetes superpuestos. La fachada se retranquea en algunas plantas y presenta alargados balcones. Las viviendas instaladas en la torreta en esquina son dúplex.

34.- CIRCULO DE BELLAS ARTES

En la acera de la izquierda, en el número 42, con vuelta a Marqués de Casa Riera, podéis contemplar otra obra de Antonio Palacios, el Círculo de Bellas Artes, levantado entre 1919 y 1926, sobre los Jardines del Marqués de Casa Riera. Como en otras ocasiones, Palacios procura la monumentalidad siguiendo las influencias de la arquitectura vienesa de principios de siglo.

La estructura interna piramidal se vuelca hacia afuera, combinando volúmenes y elementos que dotan al edificio de un gran dinamismo, que culmina con la incorporación de la torre.

Las esculturas y relieves de la fachada son obra de varios autores, en tanto que la figura de Palas Atenea, en lo alto del edificio corresponde a Vassallo.

circulo bellas artes

35.- DEPOSITO HIDROGRAFICO DE LA MARINA ESPAÑOLA

Contiguo al Círculo de Bellas Artes, entre éste y el Ministerio de Educación, se encuentra una de las pequeñas maravillas del Madrid neoclásico, el que fuera Depósito Hidrográfico de la Marina Española, construido en el año 1800, en pleno reinado de Carlos IV y encargado a Manuel Martín Rodríguez, sobrino del también arquitecto Ventura Rodríguez, a quien debemos obras como el Monasterio de la Encarnación, la Capilla del Palacio Real, el Palacio de Liria y el de Altamira o, como ya vimos, las fuentes del Salón del Prado.

No teniendo hijos, Ventura Rodríguez depositó sus conocimientos y su afecto en su sobrino, quien a la amplia experiencia de su tío, incorporará elementos que presagiaban ya el romanticismo.

La fachada del Depósito Hidrográfico, dentro de las características que se exigían para un edificio oficial, une la sencillez con algunos detalles, como las columnas dóricas, que persiguen el ennoblecimiento del conjunto.

A este mismo arquitecto debemos otras obras, como el Palacio de los Condes de Puebla del Mestre, hoy Museo Romántico, o la Real Casa del Vidrio, que hemos dejado atrás, en la calle Marqués de Cubas y que, desde 1905, alberga la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, obra igualmente maestra del neoclasicismo madrileño, marcada por la sobriedad y no exenta de detalles como la balaustrada o el frontón.

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