viernes. 19.04.2024
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Marifé Santiago. Directora de la colección Palabras hilanderas.

Entrevistamos a la escritora y filósofa en su condición de directora de “Palabras hilanderas”, la colección de Huso y Cumbres que este año surgió con la necesidad de compartir literatura y belleza. En este diálogo hace un balance de este primer semestre y de lo que ofrecerán a los lectores en el nuevo ciclo.


Óscar Merino | ¿Cuál es el balance de la colección Palabras Hilanderas?

Marifé Santiago Bolaños | Un balance cualitativo, es decir, lleno de agradecimiento y afectos hacia quienes han confiado su obra para que sea publicada en la colección, y hacia las lectoras y lectores que esperan cada nueva entrega con ilusión, incluso suscribiéndose a la colección para que, cada mes, llegue ese libro recién editado a su propia casa, lo que es, en sí, un gesto que se convierte en toda una declaración de intenciones. Y un balance cuantitativo-cualitativo porque empiezan a ofrecernos títulos, con la misma generosidad que responden a nuestra llamada aquellas personas a las que les pedimos nosotras que formen parte de Palabras Hilanderas.

¿Cuáles son las diferencias que aporta esta colección al común del mercado editorial?

Puedo hablar de cuáles son sus características y de las razones que nos llevaron a ponerla en marcha, mucho más allá de las comparaciones con otras iniciativas que, de algún modo, podrían estar cerca. Considero que las personas que habitamos el territorio sin fronteras de la creación y el pensamiento, el de la cultura de un modo general, compartimos una inquietud al margen de todas las posibles diferencias y especializaciones: amamos el saber, amamos aprender y, sobre todo, amamos poder compartir ese amor. Eso nos hace tener una permanente inquietud e interés en temas distintos que nacen del mismo afán; nos gusta contarnos qué estamos leyendo, qué hemos descubierto de una obra musical que no habíamos sentido antes, qué exposición, qué experiencia escénica, qué tertulia, qué coreografía, qué película, qué manera de acercarse a la naturaleza, qué reflexión ante un momento preciso. Nos gusta escuchar. Nos gusta tejer espacios de paz y de convivencia. E, insisto, compartirlos. Es una suerte de mirar hacia el porvenir cuidando de que los grandes logros del tiempo no se pierdan, y, a la par, un intento de aportar ideas que permitan solventar conflictos y dolores que se convierten en frenos si se los acaba considerando hábitos inamovibles. La cultura tiene ese afán. Y con ese mismo compromiso pensamos en una colección de paseos creativos, intelectuales, cuya brevedad aparente, formal, contuvieran esos momentos de sosiego y de conciencia que todo acercamiento a la cultura propicia. Compartir, entonces, “palabras hilanderas en tiempos de hilos rotos y palabras vacías”.

¿La poesía sería el punto vinculante entre todos los géneros que agrupa esta colección?

La poesía en su sentido más profundo, en el de un hacer creativo que se identifica con nuestra capacidad de soñar y, por tanto, de modificar los rumbos de las cosas. Para mejor, siempre para mejor. He hablado de que todos los títulos están unidos por una poética de la belleza. Creo que es lo que mejor lo explicita. La cultura, el pensamiento creativo, nunca es dogmático, por eso permite la multiplicidad de voces sin que eso sea motivo de conflicto. La historia nos da múltiples y fértiles ejemplos de diversidad de opiniones, de creencias, de edades que, sin embargo, se han unido con objetivos cívicos comunes y han sabido llegar a ellos, precisamente, porque admitían la posibilidad de puntos de vista muy diferentes. Quiero pensar que los grandes logros de la humanidad nacen así. Quiero pensar que cada paso que se da con tal actitud amplía derechos humanos. La cultura es el camino y es, a la par, el fruto. Un fruto poético, sí, que acaba llamándose igualdad entre las mujeres y los hombres sin erradicar sus diferencias personales, y justicia y respeto. Y libertad.

¿Qué aporte brindan las otras artes a la esencia de estos libros?

Los distintos libros son ya, en sí mismos, una textura estilística que, como decía antes, tienen una misma tonalidad: del verso al ensayo, del texto teatral al diálogo creador, de la entrevista a la reflexión íntima. El pensamiento como arte y el arte del pensamiento. Además, se tiene un cuidado especial, como en todo lo que publica Huso, en que el propio objeto sea una invitación al encuentro con el libro, y que esas cubiertas hermosas, variadas, eclécticas muchas veces, signifiquen también un regalo a lectoras y lectores que tendrán, con cada entrega, un libro único. Todas las cubiertas son obras inéditas y, en ocasiones, sugeridas por las autoras y autores de los libros. Ejemplos como los de la diseñadora Marga Villaverde, Roberto Carril Bustamante o Miguel Rep, o el de la poeta Rosana Acquaroni que ha regalado uno de sus grabados “para los amigos” a una de las entregas, se unen a la obra de Francisco Prodan, de Eduardo Blázquez que comienza su ensayo ya en la misma puerta del mismo, o de Soledad Córdoba que elige una fotografía propia para presentar sus cuadernos de bitácora creativos. Y en el futuro inmediato también la música o la danza van a formar parte de esta experiencia, a través de la incorporación de códigos QR que permitirán darles otra dimensión a algunas de las propuestas de la colección.

¿Nos podría adelantar algunos lanzamientos para el próximo semestre?

2021 se cerrará con tres entregas especiales como todas las anteriores: una reflexión tan dura y seria como esperanzadora de nuestro mundo, de nuestro tiempo, que lleva a cabo la filósofa Mercedes Gómez Blesa con la contundencia y la belleza expresiva que la caracterizan. También el acercamiento a Borges de un buen lector de Borges: José Luis Rodríguez Zapatero, quien va más allá de lo literario, más allá de lo canónico, pues se trata de compartir el poder transformador de los libros como realidad objetiva y como herencia simbólica que los sobrepasa, tomando al maestro argentino y universal como referencia. Y un regalo “hilandero” que nos hace Luis Martín publicando, por primera vez, esos textos en torno al jazz que se han ido quedando fuera de sus columnas, artículos de prensa, reseñas, etc., por motivos de espacio y, sin embargo, aportan la esencia de lo que se siente además de lo que se dice. Y 2022, ya cerrado, nos traerá palabras hilanderas también indispensables y múltiples, como, por ejemplo, las que propiciarán los libros de Fanny Rubio, Juan Laborda, Andrea Saltzman, Ana Contreras, El Arbi el Harti, Eva Borreguero, Mayte Carrasco y otros de los que iremos hablando más adelante.

¿Cómo imagina el futuro de Palabras Hilanderas?

Imagino un futuro en el que Palabras Hilanderas contagia de belleza y de rigor el mundo. Imagino que estas Palabras Hilanderas permiten que ese sueño del respeto se convierta en una realidad que dirija nuestra convivencia. E imagino que la editora Mayda Bustamante, capitana mayor de este hermoso barco que es Huso y es Cumbres, sigue considerando un acto de responsabilidad y de amor que la colección continúe creciendo.

Imagen de la colección Palabras hilanderas

“Imagino un futuro en el que Palabras hilanderas contagia de belleza y de rigor el mundo”