viernes. 29.03.2024
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Ana Contreras
Cubierta LIBRO DE LUMBRES

Libro de lumbres relata la experiencia vivida durante el proceso de investigación escénica en torno a la vida y la obra de la mística, directora de escena y dramaturga castellana Juana de la Cruz (1481-1534). Se habla en él del maravilloso fenómeno de las santas vivas, los movimientos pauperísticos y la teología feminista tardomedieval, pero también se recogen diálogos entre épocas y mundos, reflexiones sobre estética y espiritualidad, milagros artísticos y beguinatos teatrales. Libro de lumbres reúne las andanzas de una comunidad de mujeres que, en el mundo contemporáneo, han tratado de llevar a la escena las enseñanzas de la mística femenina: la libertad, la simplicidad y la presencia.


NT | ¿Por qué decidiste abordar la figura de Juana de la Cruz?

Ana Contreras | Más que una decisión, lo que tengo es obsesión por Juana de la Cruz desde que leí la trilogía de Tirso de Molina sobre su figura (La Santa Juana). Era el año 2000, yo era estudiante de dirección de escena y la obra me fascinó por muchos motivos. Quise montarla entonces, pero no se daban las condiciones, ni tenía los recursos para hacerlo. Quise escribir mi tesis sobre ella, pero tampoco fue posible. Después entré en el proyecto I+D internacional “La conformación de la autoridad espiritual femenina en Castilla”, dirigido por Rebeca Sanmartín desde la UCM, para seguir indagando sobre Juana. A la vez propuse a Carlos Aladro -entonces director del Festival Clásicos en Alcalá- estrenar una pieza comunitaria y site-specific a partir de una investigación performativa, y así fui poniendo en marcha el proyecto escénico y académico, que es de lo que trato en Libro de lumbres. No es un libro sobre sor Juana, sino sobre el proyecto teatral sobre ella, que he desarrollado con muchísimas personas e instituciones muy diversas.

NT| ¿Qué temas están presentes en este "Libro de Lumbres"?

Las “santas vivas” eran mujeres que a finales del medievo y principios del renacimiento estaban consideradas santas por sus contemporáneos

Ana Contreras | En Libro de lumbres escribo sobre el fenómeno de las “santas vivas”, mujeres que a finales del medievo y principios del renacimiento eran consideradas santas por sus contemporáneos. Todas ellas responden a un modelo de santidad vigente en Europa hasta el Concilio de Trento y que tiene como modelo a Catalina de Siena. Juana fue una de estas santas vivas, y por lo tanto en el libro hablo sobre la vida y la obra de Juana de la Cruz, una mujer que fue párroco, teóloga, escritora, dramaturga, directora de escena, entre otras cosas. Juana entró en el beaterio de Cubas de la Sagra, de franciscanas terciarias, que después pasó a ser un convento, así que explico lo que fueron los beaterios, los movimientos pauperísticos, la espiritualidad franciscana, el contexto histórico de la reforma cisneriana (el proceso de conversión de los beaterios en monasterios en la península), también de las peculiaridades de la teología femenina (o feminista) de Juana, la relación de la orden franciscana con el teatro, e incluso de por qué algunos colectivos cristianos LGTBIQ incluyen a Juana en un santoral queer. En este aspecto he intentado ser lo más rigurosa posible y mostrar perspectivas múltiples, y a veces opuestas, sobre su figura.

Pero también hago un relato de las andanzas del proyecto escénico y de las personas que hemos participado en él, de los múltiples aprendizajes y de la relación entre estética medieval y contemporánea.

NT | ¿Cuáles son esas enseñanzas de la mística femenina que están presentes en el libro?

Ana Contreras | A la mística femenina debemos el uso de la lengua materna -o romance, en la escritura (ya fuera literaria, teológica o teatral), y en la educación. Hasta ellas, y después de ellas, se escribía y predicaba en latín, con el propósito de excluir del saber a casi todas las personas. Ellas hicieron lo contrario, pues su objetivo es comunicar. También el descubrimiento del yo. Ellas nos enseñaron cómo armonizar esa doble condición humana individual y gregaria, cómo integrar la identidad y la otredad, el cuidado de sí y la ecología. Inventaron el lenguaje del deseo y del amor, la escritura autobiográfica, e incluso la performance. Sobre todo, la mística femenina nos enseñó la práctica de la libertad, la igualdad y la sororidad radicales.

NT | ¿Cómo dialogan la puesta en escena teatral y la literatura en esta obra?

Ana Contreras | Del mismo modo que la vida de las santas medievales se funda en la imitatio Christi, nosotras en nuestro proyecto hemos intentado “imitar” a las santas vivas, aplicando los conceptos de la espiritualidad franciscana a nuestro quehacer teatral, en la estética, pero también en la economía y la ética. La imitación es una forma de aprendizaje, a priori la forma más simple y elemental del proceso cognitivo, pero también la más difícil cuando hablamos de modelos de conducta, porque la imitación no es solo una forma de aprender, sino de aprehender y desaprender. En este sentido, al plantearme escribir el libro intenté encontrar una forma que “revelase” el contenido. Por eso, intenté imitar la escritura de las monjas, beatas y santas vivas, y sobre todo recurrí a un género que les es propio, el de la “vida”, un libro autobiográfico (a ratos hagiográfico), en el que se relata la propia experiencia, la peripecia, caídas y milagros del itinerario vital y artístico. Una escritura en primera persona que, en cierto modo, se asemeja al monólogo teatral. Además, decidí estructurar ese relato vital y artístico a partir de las principales representaciones y residencias artísticas del proyecto teatral, que funcionan como las estaciones de nuestro viacrucis particular; un viaje gozoso no del héroe o la heroína, sino de todo un colectivo improvisado de personas heterogéneas: artistas, religiosas, académicas, feministas, activistas, etc. reunidas con el propósito de dar a conocer el legado de Juana de la Cruz al mundo contemporáneo.

Ana Contreras nos acerca a la mística femenina con ‘Libro de Lumbres’