jueves. 03.10.2024
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Francisco Nieto |

Estamos ante un ejemplo claro de que un libro puede convertirse en un sitio de recreo para los más pequeños. La clave la da la frase que acompaña al título del libro: “Mi imaginario con solapas”. No hay nada mejor para incentivar la curiosidad de los niños que el que puedan llegar a interactuar con el objeto que tienen entre manos, en este caso la última obra de la prolífica autora francesa Julie Mercier. De ella, que sepamos, hemos encontrado otros dos trabajos que ya se han publicado en nuestro idioma: Mi día (Nombro, comprendo, aprendo) y Busca que te busca. Ciudades del mundo, y quedan un montón pendientes para que alguna editorial le pueda echar el guante.

Es bien sabido que los libros con solapa también pueden ayudar a desarrollar habilidades motoras finas y coordinación ojo-mano a medida que aprenden y practican abriendo las solapas. Estas historias son atractivas y hacen que las páginas cobren vida ante los ojos de los más pequeños de la casa, sumergiéndolos en el apasionante mundo de la lectura.

Los más peques nunca se cansan de los libros pop up. Aunque lo hayan leído una vez, siempre querrán volver a experimentar la emoción de descubrir lo que hay detrás de cada página. La relectura tiene una gran importancia en la infancia, principalmente porque les ayuda a adquirir y construir vocabulario. Cuando un niño o niña vuelve a leer la misma historia, memoriza más que cuando se expone a muchas palabras nuevas por primera vez. La memorización es fundamental para desarrollar un mayor vocabulario, fluidez y precisión en la lectura. Todos estos aspectos aumentan la confianza de los más peques a la hora de leer, algo fundamental para fomentar el amor por la lectura.

Aquí se van a poner las botas de desvelar secretos que se irán encontrando a medida que vayan pasando páginas. Y es que las posibilidades de descubrimiento en la gran urbe son ilimitadas. Para muestra un botón. Nos paramos en la doble página dedicada a El centro de la ciudad, y observamos las distintas opciones que se nos ofrecen: el teatro; el ayuntamiento; el cine; la guardería; la piscina-gimnasio; el centro cultural…levantas la solapa del teatro, y te topas con el escenario y los actors; levantas la solapa del cine y…como comprenderás no te vamos a chafar todas las sorpresas, así que a pillar el libro y a disfrutar de su lectura.

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Y así con otros lugares emblemáticos que hallaremos en secciones dedicadas a las tiendas; a la circulación; a la salud y seguridad y al parque. Una inmersión interactiva en toda regla que hará las delicias de los más pequeños de la casa, y si con ello se consigue que cuando vayan por la calle identifiquen algunos de los elementos que aparecen en su exploración lectora de los rincones de la ciudad, pues habremos dado por bien empleado el tiempo que hayan dedicado a su lectura.

Tampoco estaría de más que los padres pusieran un poco de su parte para aclarar algunos aspectos que puede no acaben de ser comprensibles del todo. Nos referimos por ejemplo a que cuando se hable de la biblioteca y se abra la pestaña préstamo de libros se explique en que consiste el concepto, o que cuando se abra la pestaña del monopatín en la pista de skate se explique en que consiste ese deporte.

En definitiva, un libro iniciático con unas ilustraciones muy divertidas que educacionalmente hablando funciona como un tiro dirigido a los más pequeños, a quienes si le gusta la propuesta ya les tendremos ganados para otras lecturas del tipo pop up donde la interacción sea cada vez un poco más complicada.

En la ciudad, de Julie Mercier