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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 25.12.2009

...por la digitalización de libros, tal y como ocurrió en Francia. No obstante, la asociación reconoce que "todavía no ha tomado una decisión al respecto".

A mediados de diciembre, un tribunal parisino condenó al gigante americano de Internet a indemnizar con 300.000 euros en concepto de daños y perjucios al grupo frances editorial La Martiniere, por la digitalización de libros y su publicación on-line sin su consentimiento. Los editores rechazaban la decisión de Google de lanzar en 2006 un programa de digitalización de millones de libros procedentes de las grandes bibliotecas estadounidenses y europeas. En la vista celebrada en París, el abogado de La Martiniere, Yann Colin, consideró que ese sistema es "ilegal, peligroso y perjudicial para los editores" confrontados al hecho consumado.

La directora general de Cedro, Magdalena Vinent, celebró en declaraciones a 'Portaltic.es' la sentencia de la Justicia francesa y recordó que "refrenda" la postura defendida por las asociaciones de derecho de gestión. "Hay que pedir permiso", apuntó.

"En la cadena de acceso a la información no se puede obviar a los creadores y productores que son los que aportan lo que realmente tiene valor: los contenidos. Suprimirlos de esta cadena supone desincentivar la creación y la industria que la sostiene", recordó Vinent.

La directiva incidió en la posibilidad que tienen los usuarios --"ya sea Google o cualquier organización de cualquier país"-- de acceder a distintos mecanismos para facilitar el acceso legal a sus obras. Por ejemplo, esta asociación autoriza la fotocopia, escaneado y otros usos digitales de extractos de libros y revistas. "La propiedad intelectual es en este escenario el instrumento que equilibra el derecho del ciudadano a acceder al conocimiento y el derecho del creador a decidir sobre cómo se puede utilizar su obra y a recibir una remuneración por ese uso", concluyó.

La posición española ha cambiado desde que Francia, Alemania e Italia formularon en alto sus críticas al gigante de Internet. Antes de la condena emitida por un tribunal francés, Magdalena Vinent decía: "Nunca quisimos meternos en un pleito. Además, Francia está más acostumbrada a defender su identidad. En España, la percepción social del derecho de autor no es buena y eso influye en los jueces". Ahora, ante la posible creación de una biblioteca virtual en Estados Unidos, estudia pedir una compensación por los títulos españoles.


La digitalización de los libros empieza a poner nerviosos a los editores