Una investigación recupera la figura de la primera mujer catedrática de instituto de Valladolid
La investigación de Jorge Fernández repasa el contexto educativo para las mujeres, su trayectoria como catedrática de francés, su contribución a la traducción y la investigación, así como el proceso de depuración franquista al que se vio sometida.
El acceso de las mujeres a la enseñanza superior en España no se consiguió en igualdad de condiciones a nivel legal hasta 1910 y su incorporación fue lenta y progresiva. Hasta entonces, o bien ni se concebía que las mujeres pudieran estar en este nivel educativo y había un vació legal o había una prohibición o limitación expresa. Algunas pioneras como Mª Elena Maseras en 1872 aprovecharon este vacío legal para matricularse en la universidad, enfrentándose al rechazo social y de sus compañeros. De hecho, algunas de estas pioneras tuvieron que soportar agresiones y vejaciones.
El número 14 de la revista Historia y Memoria de la Educación, órgano de la Sociedad Española de Historia de la Educación (SEDHE) y editada por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), contiene un artículo de acceso abierto escrito por el maestro valenciano Jorge Fernàndez que se titula «Mujeres pioneras: la catedrática de instituto Rosario Fuentes Pérez».
La madrileña Rosario Fuentes quedó la primera en unas oposiciones para las cátedras de francés de 1928 que supusieron un hito del momento por tener un gran nombre de mujeres aprobadas y en los primeros puestos, zanjando, por si quedaba alguna duda, que las mujeres podían ocupar estos puestos en igual condiciones que los hombres. No es extraño, pues, que se escribieran cosas como «feminismo triunfante» o «generación de muchachas cultísimas y laboriosas». Tras esto, Rosario ocupó su plaza en Vigo, pero pidió una excedencia y se reincorporó en diciembre de 1929 al Instituto Zorrilla de Valladolid. De esta manera, se convirtió en la primera mujer catedrática de instituto de la provincia, por lo que ha sido una figura relevante de este instituto histórico, llegando a ilustrar el cartel de sus II Jornadas de Patrimonio Educativo en 2018.
En Egipto durante el crucero universitario de 1933. Rosario en la parte central-izquierda de la foto, arriba del señor tumbado, sin sombrero y con raya al centro. Archivo familiar
Además de profesora de francés en este instituto, también se dedicó a la traducción de obras del francés y del alemán como La Escuela Única o El desarrollo espiritual del niño. También se vinculó a la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE), precursora del actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuando en los años treinta viajó al extranjero para acudir a encuentros internacionales sobre educación y lenguas vivas. También participó en el crucero universitario por el Mediterráneo de 1933, que llevó a la intelectualidad de la época por las principales capitales culturales.
Rosario Fuentes (arriba, la tercera desde la izquierda) con sus alumnos de la Escuela de Peritos Industriales de Valladolid en un viaje de estudios a Alemania en 1957. Archivo familiar
En definitiva, Rosario Fuentes pertenece a una generación de mujeres pioneras en el acceso a la enseñanza superior y sus niveles académicos. Una generación que, mediante iniciativas e investigaciones como esta, hay que redescubrir y poner en valor para entender la historia de la educación en nuestras ciudades y pueblos.