jueves. 25.04.2024
Un evaluador de la RSPCA que inspecciona el bienestar de los pollos de granja. (Foto cortesía de RSPCA)

@Montagut5 Al calor de la aprobación de la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales queremos ofrecer algunas claves sobre las primeras disposiciones para proteger a los animales y combatir la crueldad contra ellos, y que tuvieron lugar en el mundo anglosajón.

Al parecer, en 1635 en Irlanda se dispuso una protección hacia el ganado ovino y los caballos en relación con los arados. Al otro lado del Océano Atlántico, en la colonia de Massachussets, en 1641, se aprobó una ley que protegía a los animales domésticos, y en la década de los años cincuenta de ese mismo siglo se aprobaron leyes contra las peleas de gallos, perros y toros en Gran Bretaña.

La cuestión sobre la relación entre el ser humano y el animal hay que situarla en el planteamiento de que los animales estaban subordinados a los hombres para su disfrute económico, pero también para usarlos para peleas (perros y gallos) y otras actividades de ocio, algo extremadamente común en Gran Bretaña, especialmente en el ámbito rural.

El cambio de mentalidad sobre los animales debe mucho a la figura de Jeremy Bentham cuando expresó que los animales no debían sufrir. El puritanismo tuvo mucho que ver con este cambio. También es importante destacar el hecho de que muy pronto los británicos se caracterizaron por ser un pueblo amante de tener mascotas en el ámbito doméstico.

En 1781 se aprobó una disposición sobre el trato que debía recibir el ganado en el mercado londinense, para unos años después exigir que quienes realizasen las matanzas tenían que disponer de una oportuna licencia.

En este nuevo clima, y como reacción al maltrato animal descrito, a principios del siglo XIX empezaron a surgir organizaciones para defender a los animales. Así pues, en 1824 se fundó la Sociedad Protectora de Animales, que dedicó mucha energía a combatir las fiestas populares donde se maltrataban a los animales. Uno de sus fundadores fue Richard Martin, que luego conseguiría sacar adelante una ley en el Parlamento británico. Esta Sociedad tuvo un gran impulso cuando obtuvo el apoyo de la reina Victoria en 1840, pasando a ser una Real Sociedad, consiguiendo muchos fondos, que empleados para crear una verdadera red de inspectores entre sus miembros, siempre al acecho de cualquier crueldad cometida contra los animales que observasen para ser denunciadas ante la policía.

Francia tendría, por su parte, su primera Sociedad Protectora veintiún años más tarde. En 1864 nacía la primera Sociedad de este tipo en Estados Unidos, y es importante destacar en esta cuestión del asociacionismo proteccionista la organización para el bienestar animal que creó Mary Tealby en 1860, además de fundar un hogar para perros callejeros, en Gran Bretaña.

En los primeros decenios del siglo XIX comenzaron a llegar al Parlamento quejas o denuncias sobre la crueldad que se practicaba contra los animales, pero no parece que hicieran mucha mella entre los diputados. En todo caso, en 1822 se consiguió la aprobación de una disposición sobre el trato que se debía dispensar al ganado bovino, caballar y ovino, gracias a la iniciativa del mencionado Richard Martin. Fue la conocida como Humanity Dick.

En 1835 salió adelante una ley contra el maltrato animal, protegiendo a los animales domésticos y contra las peleas de gallos. Pero las leyes y la policía no bastaban contra costumbres muy arraigadas. Lo que sí se consiguió fue que esas prácticas, como las peleas de gallos, dejaran de ser públicas para pasar a la clandestinidad, pero siguieron existiendo. Solamente el paso del tiempo fue terminando con estas prácticas.

Pero también es importante destacar que en 1876 se aprobó una ley contra la crueldad de los animales, la CrueltytoAnimalsAct, la disposición más importante en este sentido, que fue reemplazada y modernizada en 1911 por la ProtectionAnimalsAct, un verdadero modelo sobre el bienestar animal, y que sirvió de inspiración a legislaciones semejantes en el resto de Europa. Dicha ley castigaba la crueldad contra los animales.

El proteccionismo fue, por lo tanto, avanzando en todo el mundo desde el ejemplo anglosajón, pero en el último tercio del siglo XIX se presentó un obstáculo muy difícil de superar porque tenía que ver con el avance de la ciencia, en un momento de fe inquebrantable en la misma. Nos referimos a la vivisección, muy frecuente en el continente, pero combatida en el Reino Unido.

Hemos consultado el artículo de J.M. Golby sobre esta materia en el Diccionario Akal de Historia del siglo XIX, de John Belchem y Richard Price (eds.), publicado en España en 2007, y el artículo de Belén Perales, “El origen de las leyes de protección animal”, en Información (octubre de 2010). Es muy sugestivo el libro de Arturo Morgado García y José Joaquín Rodríguez Moreno (eds.), Los animales en la historia y la cultura, Universidad de Cádiz, 2011, pero, muy especialmente el trabajo de José Marchena Domínguez, “El proteccionismo hacia los animales: interpretación histórica y visión nacional”, págs. 191 y ss, y que nos ha inspirado muchas de las afirmaciones de este artículo.

Los inicios históricos de la protección de los animales