viernes. 19.04.2024

En su sentido etimológico, fidelidad (fidelitas) significa observancia de la fe, lealtad, sinceridad, constancia en los afectos y cumplimiento de promesas. La fidelidad está profundamente enraizada en la cultura occidental desde tiempos históricamente antiguos y estrechamente vinculada a la religión como creadora de moral.

  1. Ámbito sentimental
  2. Punto de vista psicoanalítico
  3. Causas de la infidelidad
  4. Mitos sobre la infidelidad

La fidelidad como valor, principio y pilar social, no es sólo exclusivo en las relaciones amorosas, sino en las relaciones en general. Así, dentro de este contexto se habla de fidelización. Este concepto hace referencia a la construcción de una relación estable, duradera y satisfactoria con las personas compradoras y usuarias de productos que se venden. También a nivel empresarial existen los contratos en exclusividad según los cuales las personas trabajadoras con ese tipo de contratos, no pueden trabajar para otra empresa o para sí mismas como autónomas. 

Ámbito sentimental

En términos sentimentales, tal noción hace referencia a un acuerdo según el cual, las personas que forman una pareja se comprometen a estar juntas sin que entre ellas dos haya otra persona que intime con cualquiera de los componentes de la pareja. En este sentido, fidelidad es sinónimo de compromiso y de respeto a las normas de convivencia socialmente admitidas.

Dentro del contexto cultural y social que nos invade, la fidelidad sufre también su revés y la infidelidad cobra protagonismo en el último reducto de intimidad que le quedaba al ser humano. En este contexto, la infidelidad implica la ruptura unilateral de un pacto moral entre dos personas, realizado libremente y de manera consensuada. 

La infidelidad es un engaño porque la persona infiel miente y lo hace de manera consciente. Es una traición porque reniega de un compromiso de lealtad, porque defrauda haciendo lo contrario de lo que dice y una falta de compromiso porque se falla a la promesa de fidelidad. En este sentido cultural, la infidelidad parece hundir sus raíces en el registro narcisista: hacer lo que se quiere, cuando se quiere y con quien se quiere, sin pensar en el daño que puedo generar.

La infidelidad no afecta solo a la persona infiel sino al entorno social, porque en el fondo afecta a más de una persona. Entendemos que la infidelidad, ese entramado de engaños, mentiras y secretos, rompe el tejido social, rompe el acuerdo de fidelidad y confianza: dos pilares básicos en las relaciones humanas en general. En particular, la infidelidad pone en jaque la comunidad familiar, porque «ya no hay referentes confiables».

El significado de fidelidad no concierne a las relaciones amorosas sino a las relaciones en general. Tiene que ver con la confianza, no con la sexualidad

La infidelidad nos remite a dilemas existenciales del ser humano como son el amor, la soledad, el vacío existencial, o la finitud. Para el psicoanalista Erich Fromm: «Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría del hombre, de la existencia humana». Abordar la infidelidad significa, pues, abordar aspectos centrales de la existencia humana como el amor, la pasión, el compromiso, la lealtad, los valores, la confianza, la comunicación, la finitud, la muerte, la soledad, el vacío, el miedo o el cambio.

Según la teoría del apego de Bowlby, la infidelidad se produciría por una posible dificultad en la persona infiel de hacer el duelo y separarse de su pareja. Parece tratarse de un estilo de apego ansioso evitativo propio de las personalidades narcisistas, s obsesivas o antisociales. Estas personas inhiben sus estados emocionales, particularmente si estos son negativos, es decir, no reconocerán ni su angustia ni su malestar ni mucho menos buscarán apoyo. Su estilo evitativo inhibido provoca una disociación entre lo que viven en la relación exterior y en su interior, un yo exagerado compuesto de una imagen perfecta de sí mismas evitando toda vulnerabilidad.

En esta línea teórica del apego, para la persona que sufre la infelicidad, la clínica muestra que, en muchos casos, las personas que deciden permanecer en la relación y “perdonar” la infidelidad revelan un tipo de apego ansioso, inseguro o dependiente, excesivamente sensibles al rechazo y a la ansiedad. Personas que quieren que las quieran al precio de anularse. En ellas puede existir un profundo miedo al abandono. Complacen, cuidan, sobreprotegen e idealizan. Suele ser propio de personalidades histriónicas y límites.

Punto de vista psicoanalítico

Desde el punto vista psicoanalítico, la persona infiel no hace sino agrandar su profunda herida narcisista, su melancolía. Así, para que la persona infiel realice la infidelidad requiere de unos mecanismos de defensa para poder pasar al acto. El primer y más importante es la negación. El segundo, la disociación. Es este mecanismo el que permite que la persona infiel pueda llevar esa doble vida. El tercero es el desplazamiento.

La persona infiel desplaza su verdadero conflicto que es interno y lo deposita en la persona de su pareja. Después, a través del mecanismo de la identificación proyectiva, proyecta sobre ella todos sus fantasmas, todos sus conflictos. En su cabeza se produce una escisión entre la persona buena, la amante, y la persona mala, la pareja. La persona infiel saca sus propios conflictos internos hacia afuera, proyectándolos en su pareja; en el fondo, le culpa de su situación. 

La persona infiel desplaza su verdadero conflicto que es interno y lo deposita en la persona de su pareja

A través de la infidelidad, la persona infiel muestra su propia fragmentación interior. Su identidad está rota como consecuencia de esa imposibilidad de elaborar tensiones, ansiedades y conflictos únicamente ubicados en la persona infiel que es la que ha roto la comunicación. La persona infiel hace tiempo que mantiene en funcionamiento todos estos mecanismos de defensa psicológica, es decir, hace tiempo que la escisión se encuentra funcionando dentro de la persona infiel, escisión que culmina en la infidelidad como fin de un proceso de separación iniciado meses o incluso años antes. 

La persona infiel lleva separada de su pareja desde hace tiempo y la infidelidad materializa esta realidad de abandono y separación. Pero se trata de una separación traumática en la cual el vínculo es roto unilateralmente, en silencio, sin que la otra persona lo sepa. En este sentido, la persona infiel atenta a los cimientos de la relación y rompe la comunidad familiar, rompe el vínculo.

La persona infiel se disocia de su moral, de su vida, de sus sentimientos, de sus emociones, de sus percepciones. Si bien la persona infiel, posiblemente, no es consciente de su dinámica fantasiosa como no es consciente de toda su problemática psicológica, de su narcisismo, de su depresión, de sus mecanismos de defensa, de su alucinación delirante, de su megalomanía, si es consciente, en todo momento, de que está haciendo mal y, de hecho, acalla la conciencia con justificaciones diversas y actos compulsivos. La persona infiel comienza a retirarse de su mundo habitual y vive en su mundo retraído sin importarle las consecuencias de sus actos. Su vida comienza a centrarse alrededor de una sola cosa: la infidelidad. Todo su mundo se desvanece. La infidelidad se ha vuelto obsesiva. 

Causas de la infidelidad

En su libro Antropología del amorHelen Fisher menciona algunas causas de la infidelidad: por placer, para sentirse deseada, como excusa para romper la pareja, para llamar la atención del otro. En el sexting también intervienen otros factores. “Hay un componente de desafío, de exposición, de riesgo. ¿Qué es lo que el otro puede hacer con esas imágenes? Eso genera mucha adrenalina. En los textos, la mujer deja volar su imaginación y quizá exprese algo que en la vida real no pueda o no quiera concretar. Desde un punto de vista psicológico, es el ámbito perfecto para la histeria. Cada uno se exhibe, y lo hace de la manera más deseable, pero en realidad no está tan accesible. Es una persona que quiere ser vista, amada y deseada. Los cuatro pilares esenciales de una pareja son el sexo, la admiración, el compañerismo y la confianza del uno en el otro. Entonces, esos chats picantes con un compañero de trabajo pueden ser pensados como una infidelidad, aunque no haya un contacto físico, porque supone la ruptura de uno de los códigos de la estabilidad de la pareja: la confianza en el otro. 

La cadena de noticias CNN realizó una encuesta sobre infidelidad. El 47% de los participantes consideró que el intercambio de SMS y emails por fuera de la pareja era una forma de engaño. Y eso no es todo: una investigación de la Universidad de Texas, en los Estados Unidos, confirmó que el engaño virtual duele tanto como el que se concreta físicamente.

Mitos sobre la infidelidad

Alrededor de la infidelidad giran ciertos mitos. El primero y quizás el más importante y extendido es que la infidelidad es cosa de pareja, y por lo tanto, requiere de una terapia de pareja. Dentro de esta visión, se extiende la opinión de que el descubrimiento de la infidelidad puede llevar a un “blanqueamiento” de la misma, de la pareja, reactivándola e incluso mejorándola. Pero la realidad nos indica que no es así. Al contrario: la empeora.

La única “razón” es el problema caracterial de la persona infiel que no es capaz de gestionar, de comunicar, de cambiar una situación que no le permite evolucionar como persona

Las “razones” por las cuales la persona infiel lo es, tampoco pueden ser ni la monotonía, ni el aburrimiento, ni la falta de feedback positivo ni la falta de sexualidad, ni un vacío emocional, ni el decrecimiento del enamoramiento ni la insatisfacción emocional. La única “razón” es el problema caracterial de la persona infiel que no es capaz de gestionar, de comunicar, de cambiar una situación que no le permite evolucionar como persona. La única causa es la incapacidad de la persona infiel para decir no, para hablar abiertamente de sus dificultades. La única causa es la falta de madurez para encarar y dar un giro a su vida sin faltar al compromiso y a los valores sociales. La única causa es su falta de asertividad. En su incapacidad para comunicar, hay en la persona infiel una involución, una regresión y una inmadurez.

Hay un error conceptual en el que se incurre fácilmente cuando se aborda el tema de la infidelidad y que rápidamente pasa a formar parte de la mitología: la poligamia y la monogamia. La infidelidad no tiene nada que ver con la monogamia o poligamia. El significado de fidelidad no concierne a las relaciones amorosas sino a las relaciones en general. Tiene que ver con la confianza, no con la sexualidad. Tiene que ver con el compromiso, con la lealtad, con la constancia y la coherencia.

Por último, compartir esta reflexión irónica de Oscar Wilde: “Los hombres jóvenes quieren ser fieles y no lo consiguen; los hombres viejos quieren ser infieles y no lo logran”

La infidelidad, realidad y mitos