jueves. 18.04.2024
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Cuando Ridley Scott creó la utópica Blade Runner, donde humanos persiguen a los robots replicantes para exterminarlos, muchos no entendimos por qué no, simplemente, se les dejaba vivir en paz sin fecha de caducidad. Ahora, más de 30 años después del estreno de aquella película, vemos como la inteligencia artificial va supliendo al hombre en lugares que eran exclusivos para él, cumpliéndose la profecía que auguraba el sr. Scott: los humanos se sienten amenazados por los robots. ¿Pero qué hay de cierto en toda esta amenaza? ¿Cómo están las cosas realmente?

En el primer lugar donde el hombre puede sentir que peligra su futuro es si ve amenazado su trabajo, el lugar donde se gana el pan y que le sirve de sustento. Desde hace ya algún tiempo, se oyen voces que apuntan a que la IA será la próxima enemiga laboral, y que poco a poco irá eliminando puestos. Pero este miedo ya comenzó en el siglo XIX, cuando en la Revolución Industrial aparecieron varias máquinas para hacer el trabajo que hacían hasta el momento las máquinas.

En la actualidad hay muchas voces dispares al respecto: mientras algunas opiniones señalan que la IA creará mayor desigualdad, los más optimistas consideran que ayudará a crear nuevos puestos de trabajo que no existían antes de su aparición. En el artículo de Forbes sobre cómo la inteligencia artificial impactará en la creación de trabajos, se señala que en las próximas dos décadas el 47% de oportunidades laborales serán ocupadas por máquinas. Pero aunque el dato pueda resultar desesperanzador, lo cierto es que los lugares donde mayor revolución tecnológica ha habido, como en Baviera al sur de Alemania, es donde podemos encontrar un menor índice de paro.

En este sentido, se hace la docencia entre trabajos más o menos susceptibles de ser reemplazados por máquinas. Aquellos relacionados con el transporte, la atención al cliente o la contabilidad son los que, con mayor probabilidad, serán sustituidos por la tecnología; sin embargo, tal como señala el artículo 'The jobs that AI can't replace' los trabajos en los que es necesaria la expresión corporal como la danza, o altas dosis de empatía como la psicología, la enseñanza o la medicina, resistirán ante el remplazo tecnológico. Aun así, ya hay pequeñas muestras de que la tecnología puede empatizar e incluso ser creativas, como la app de inteligencia emocional que fue creada por Médicos del Mundo y la Universidad Alcalá de Henares y que puede simular conversaciones con personas excluidas socialmente.

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Por otro lado, hay algunas opiniones que señalan que aunque algunos trabajos serán sustituidos por la IA, otros nuevos aparecerán como nuevos especialistas en lingüistica computacional, que se encargarán de diseñar el conocimiento lingüístico de la inteligencia artificial o expertos en robótica, para el desarrollo o reparación de los robots.

En muchos juegos, las máquinas ya han demostrado que son adversarios más complicados que cualquier otro jugador humano. En 2017 se cumplieron 20 años desde que la primera máquina Deep Blue, ganó a un hombre, el invencible Kaspárov, en una partida de ajedrez. Años después, en 2016, se volvió a repetir el experimento con el Go, un juego que surgió en china y que tiene más de 2500 años de historia. Alphago fue la máquina que venció al ganador de 18 títulos internacionales.

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El potencial de las máquinas volvió a quedar demostrado cuando, en 2015, la IA logró vencer en un juego en el que el intervienen aspectos típicamente humanos: el póker, donde el control de las emociones y el conocimiento del adversario es imprescindible. Con este juego, el algoritmo Cepheus logró demostrar que la tecnología podía interpretar información imperfecta, ya que en el juego del tapete verde mucha de la información con la que actúa el jugador es falsa. Cepheus está formado por un conjunto de ecuaciones diseñadas para aprender de la experiencia, permitiendo que el algoritmo pueda elegir entre millones de opciones, valorando y eligiendo la mejor en cada caso. Gracias a su perfección, este jugador artificial de póker logró alcanzar un porcentaje de victorias del 95%.

En febrero del 2017, la perfección de Cepheus fue superada por el algoritmo Libratus que acabó victorioso jugando contra 4 de los mejores jugadores profesionales del mundo en una maratón de póker que duró 20 días en el Rivers Casino de Pittsburgh. La tecnología aplicada a los juegos de casino se desarrolla con tanta rapidez, que no es de extrañas que salas online estén reinventando sus

juegos para poder ser jugados cara a cara, ya que ganar con la ruleta en vivo o al póker contra otros contrincantes reales resulta más viable.

Pero la IA ya ha comenzado a salir vencedora en otros ámbitos de la vida más allá de los juegos de mesa y en 2011 ganó en el juego del Jeopardy, el Trivial de la televisión americana, en donde los participantes deben adivinar palabras relacionadas con la temática propuesta. Watson (la IA de IBM) logró vencer a los mejores concursantes del programa.

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El cubo de Rubik también dejó de ser cosa de humanos cuando en el 2011, el robot CubStormerII logró bajar en casi un segundo el récord del ganador Feliks Zemdegs, llevándolo de 6,24 segundos a 5, 35 segundos.

La IA ha querido competir también en el deporte del motor y ya ha hecho temblar a más de un piloto profesional. En concreto, hablamos de un Audi TT cuyo nombre es Shelley y que fue diseñado por la Universidad de Standford en California. Para su creación, se estudiaron los cerebros de diferentes conductores monitorizando la actividad cerebral. La investigación dio tan buen resultado que en 2015 logró vencer al piloto de pruebas David Vodden en el circuito Thunderhill Raceway Park.

El ser humano también se ha anotado algún punto en el 'marcador' que se disputa contra la tecnología. El pasado noviembre el piloto de motociclismo Valentino Rossi se anotó un tanto compitiendo contra Motobot, el diseño de Yamaha que combina moto e inteligencia artificial. A pesar de este diseño con tecnología puntera, Rossi venció a la máquina sacándole 30 segundos en los 3,2 kilómetros de la carrera. Pero, a pesar de algunos otros logros parece que, por el momento, la balanza  entre IA y el hombre se inclina hacia la primera. Solo el futuro nos dirá cuándo el peso se irá hacia el otro lado.

IA vs humanos: así están las cosas