nuevatribuna.es
15 de enero de 2010, 9:40
NUEVATRIBUNA.ES - 15.1.2010
Un violín, un laboratorio casero con decenas de humeantes probetas y tubos de ensayo, un batín de tela escocesa, una pipa. Llamadas a medianoche, damas embozadas en velos que ocultan la identidad, caballeros con nombres falsos y problemas reales. Acertijos, misterios y crímenes por resolver. Y, como en toda historia que se precie, un archienemigo tan astuto como malvado con el que el destino se empeña en enfrentarle una vez tras otra. Y una frase, nunca dicha, que ya pertenece a nuestro acervo cultural: Elemental, querido Watson, elemental.
Protagonista de 9 volúmenes escritos por Arthur Conan Doyle, pronto se convirtió en el personaje más conocido de toda su producción (título que hoy sigue ostentando) hasta convertirse en una bendición y una losa al mismo tiempo. Este año, el detective inglés más característico de la historia de la literatura, vuelve a ponerse de actualidad gracias a la enésima adaptación cinematográfica, esta vez de la mano del director británico Guy Ritchie. De irregular carrera en el séptimo arte, Ritchie ha firmado largometrajes tan discutidos como “Barridos por la marea” (2002), protagonizado por su entonces esposa, Madonna. Pero es también autor de los geniales “Lock & Stock” y “Snatch. Cerdos y diamantes”, que con el paso del tiempo se han convertido en películas de culto.
Con un lenguaje visual característico y una forma muy personal de contar las historias y tratar a los personajes. Éste “Sherlock Holmes” que ahora nos presenta promete no dejar indiferente a nadie. Robert Downey Jr. y Jude Law son los encargados de dar vida a esta original pareja de investigadores que tan bien conjugaron intuición y pensamiento lógico, ciencia y creencias. Pero si bien es cierto que Ritchie ha sabido mantener estos elementos imprescindibles en toda buena historia de Holmes, no es menos cierto que ha sabido añadirle con sabiduría su toque personal a esta recreación. De este modo, nos enfrentamos a un Holmes más sucio y peleón que nunca, un Holmes al que veremos dar puñetazos, disparar y huir como nunca lo hemos hecho (y como Conan Doyle jamás se atrevió a describir más que en vagas referencias), un Holmes conquistador y conquistado, irónico, gracioso y más peligroso que nunca para el profesor Moriarty y sus secuaces. Y a su lado, el doctor John H. Watson, cronista, amigo, compañero y contrapunto perfecto para sus dotes. Más atractivo que nunca, su alma romántica ha ganado un punto de cinismo que le hace aún más interesante y que permite presentar las aventuras de este par desde una perspectiva distinta.
Con lo mejor de las narraciones clásicas imaginadas por Conan Doyle y los elementos más notables de su propia cinematografía, Guy Ritchie ha construido una historia divertida, sólida, actual y atractiva, que nos lleva de vuelta al 221B de Baker Street y que revive al mito literario para devolverlo a nuestra actualidad, recordándonos así que las buenas historias jamás pasan de moda.
Elemental, querido Watson.
Un violín, un laboratorio casero con decenas de humeantes probetas y tubos de ensayo, un batín de tela escocesa, una pipa. Llamadas a medianoche, damas embozadas en velos que ocultan la identidad, caballeros con nombres falsos y problemas reales. Acertijos, misterios y crímenes por resolver. Y, como en toda historia que se precie, un archienemigo tan astuto como malvado con el que el destino se empeña en enfrentarle una vez tras otra. Y una frase, nunca dicha, que ya pertenece a nuestro acervo cultural: Elemental, querido Watson, elemental.
Protagonista de 9 volúmenes escritos por Arthur Conan Doyle, pronto se convirtió en el personaje más conocido de toda su producción (título que hoy sigue ostentando) hasta convertirse en una bendición y una losa al mismo tiempo. Este año, el detective inglés más característico de la historia de la literatura, vuelve a ponerse de actualidad gracias a la enésima adaptación cinematográfica, esta vez de la mano del director británico Guy Ritchie. De irregular carrera en el séptimo arte, Ritchie ha firmado largometrajes tan discutidos como “Barridos por la marea” (2002), protagonizado por su entonces esposa, Madonna. Pero es también autor de los geniales “Lock & Stock” y “Snatch. Cerdos y diamantes”, que con el paso del tiempo se han convertido en películas de culto.
Con un lenguaje visual característico y una forma muy personal de contar las historias y tratar a los personajes. Éste “Sherlock Holmes” que ahora nos presenta promete no dejar indiferente a nadie. Robert Downey Jr. y Jude Law son los encargados de dar vida a esta original pareja de investigadores que tan bien conjugaron intuición y pensamiento lógico, ciencia y creencias. Pero si bien es cierto que Ritchie ha sabido mantener estos elementos imprescindibles en toda buena historia de Holmes, no es menos cierto que ha sabido añadirle con sabiduría su toque personal a esta recreación. De este modo, nos enfrentamos a un Holmes más sucio y peleón que nunca, un Holmes al que veremos dar puñetazos, disparar y huir como nunca lo hemos hecho (y como Conan Doyle jamás se atrevió a describir más que en vagas referencias), un Holmes conquistador y conquistado, irónico, gracioso y más peligroso que nunca para el profesor Moriarty y sus secuaces. Y a su lado, el doctor John H. Watson, cronista, amigo, compañero y contrapunto perfecto para sus dotes. Más atractivo que nunca, su alma romántica ha ganado un punto de cinismo que le hace aún más interesante y que permite presentar las aventuras de este par desde una perspectiva distinta.
Con lo mejor de las narraciones clásicas imaginadas por Conan Doyle y los elementos más notables de su propia cinematografía, Guy Ritchie ha construido una historia divertida, sólida, actual y atractiva, que nos lleva de vuelta al 221B de Baker Street y que revive al mito literario para devolverlo a nuestra actualidad, recordándonos así que las buenas historias jamás pasan de moda.
Elemental, querido Watson.
