viernes. 29.03.2024
huelga-general-barricadas-muertos-marzo-de-1917-la-revolucion-llega-a-espana
Huelga general 1917.

@Montagut5 | En vísperas de un año especialmente intenso para España para el propio PSOE, como fue 1917, por el cierre de las Cortes, la crisis de gobierno, el desafío de las Juntas de Defensa, la Asamblea de Parlamentarios y la Huelga General, nos acercamos al análisis que los socialistas hicieron de la crisis del reinado de Alfonso XIII al terminar 1916, así como de su trabajo, con especial atención a su relación con el anarcosindicalismo.

Los socialistas tenían la costumbre de publicar en El Socialista un informe o balance sobre cada año. El de 1916 ocupaba varias columnas del primer número de enero de 1917.

Los socialistas consideraban que, por un lado, el año 1916 había sido muy positivo en relación con el Partido, porque pensaban que había demostrado que en España existía una organización de la clase obrera; pero, por otro lado, había sido un año de obstáculos y de peligros. El régimen político había fracasado, mientras la clase obrera había demostrado serenidad.

Los obreros habían protagonizado centenares de manifestaciones, y en la del Primero de Mayo se había entregado al Gobierno una lista de demandas concretas

Del año 1915 se había heredado el paro y el problema de la carestía de las subsistencias, que no habían podido combatir ni los conservadores ni los liberales. Se avisaba que se habían planteado remedios desde la clase obrera, pero no habían sido atendidos, pero en 1917 se le haría justicia. Llama la atención esta apreciación, sabiendo lo que terminaría ocurriendo en el verano. Se insistía mucho en la denuncia que se había hecho de la situación y de la exigencia de soluciones sin respuesta alguna, aunque se reconocía que la acción proletaria había sido un tanto confusa al comenzar el año, aludiendo, sin lugar a dudas, a las distintas posturas del sindicalismo socialista y del anarcosindicalismo. Así interpretamos el texto en el que se afirma que, mientras que una parte de los obreros organizados habían protestado contra la crisis siguiendo un plan establecido y reflexionado, otra parte, más exaltada, generaba conflictos aislados que terminaban en sangrientas represiones. Entre estos estarían las huelgas de Barcelona y provincia, Valencia, La Unión, Palencia, Logroño o Manzanares, ahogadas en feroces represiones. Los socialistas contraponían estos conflictos a otros más organizados y con más éxito, como el de los mineros asturianos que, sin llegar a la huelga, vieron cómo se subían sus salarios. También se citaba, entre diversos casos, a los trabajadores de la Fábrica Nacional de Cañones de Trubia, los mineros de La Carolina, o a los ferroviarios del Norte que vencieron a la Compañía y al Gobierno, y que consiguieron el reconocimiento de la personalidad de los sindicatos obreros mediante un decreto. Los obreros habían protagonizado centenares de manifestaciones, y en la del Primero de Mayo se había entregado al Gobierno una lista de demandas concretas.

Pero el informe también se hacía eco del acercamiento producido, avanzando el año, entre la CNT y la UGT, aludiendo, aunque no explícitamente, al conocido como Pacto de Zaragoza del mes de julio, y que desembocó en la convocatoria conjunta de huelga general para el 18 de diciembre, que fue todo un éxito.

Por otro parte, los socialistas valoraban positivamente no sólo su trabajo contra el elevado coste de la vida que, como sabemos, era producto, entre otros factores, de la Gran Guerra, sino sus campañas para difundir el socialismo. Se resaltaba el trabajo de la UGT, de la Federación de Mineros asturianos, el trabajo antimilitarista de las Juventudes Socialistas, el realizado por los Grupos Femeninos, las Agrupaciones y la Escuela Nueva. Era importante que La Lucha de Clases de Bilbao se hubiera vuelto a publicar, y que en A Coruña había nacido La Lucha, una publicación quincenal. En contrapartida, La Justicia Social de Reus había cerrado. El análisis del trabajo de El Socialista ocupaba un párrafo entero. También se elogiaba la terminación de la Casa del Pueblo de Eibar. En el año 1916 se habían celebrado diversos Congresos de Federaciones, y uno nacional de la UGT.

En las elecciones legislativas, Pablo Iglesias había vuelto a ser elegido como diputado dentro de la Conjunción, aunque su salud se había quebrantado mucho y no había podido participar mucho en el Congreso de los Diputados.

En el ámbito municipal se destacaba las campañas realizadas en Madrid con motivo de la cuestión del extrarradio y del empréstito municipal. En este sentido, la Casa del Pueblo de la capital elevó un recurso de alzada contra el acuerdo de los concejales por lo que se consideraba mala administración.

La guerra de Marruecos era una de las cuestiones a las que más tiempo y esfuerzo dedicó siempre el socialismo español desde una constante y contundente oposición. En ese año el trabajo se había centrado mucho en el desastre económico que suponía el conflicto, sin olvidar que se seguía intentando demostrar a la opinión pública que no podía considerarse ni una guerra patriótica ni moral.

Otra de las luchas del socialismo había sido su tradicional combate contra el caciquismo, la base del sistema. Relevante había sido la lucha contra el caciquismo en la zona de Riotinto, muy vinculado a la compañía inglesa que explotaba las minas.

El año 1916 no se había visto libre de las detenciones y persecuciones que las autoridades practicaban contra el movimiento obrero. Se resaltaba, también el mantenimiento de la solidaridad con los condenados, como en el caso de Cenicero.

El informe terminaba, después de dar cuenta de las bajas producidas por fallecimiento, con el papel socialista en relación con el tercer centenario de Cervantes, ya que se desarrollaron diversos actos y celebraciones.

Sobre el PSOE en esta época recomendamos dos obras:

Luis Gómez Llorente, Aproximación a la historia del socialismo español hasta 1921, Madrid(1976).
Santos Juliá, Los socialistas en la política española, 1872-1982, Madrid, (1997).

El PSOE y la crisis en 1916