jueves. 28.03.2024
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Dibujo en el Códice Florentino reflejando el impacto de la viruela entre los indígenas mesoamericanos.

@Montagut5 | En esta breve pieza estudiamos el alboroto que se produjo en la localidad de Teotitlán del Valle de Oaxaca, en el Virreinato de la Nueva España, en el año 1796 a raíz de la medida que se tomó por las autoridades para combatir la epidemia de viruela. Dicha localidad tiene su importancia histórica, ya que fue uno de los principales pueblos de los zapotecos en el México precolonial.

El principal problema que tenemos para entender las razones por las que los indios se alborotaron ante la respuesta dictada para curar a los enfermos y evitar la propagación de la misma reside en el hecho de que nuestra fuente procede de las autoridades, por lo que tenemos que ser cautos con las interpretaciones de los hechos porque no contamos con la visión de los protagonistas del motín, un problema que aparece con cierta frecuencia cuando los historiadores nos adentramos en estas cuestiones. En todo caso, adentrémonos en el suceso.

Al parecer, en septiembre de 1796 en Teotitlán se estaba propagando una epidemia de viruelas, y que debía proceder de la jurisdicción de Tehuantepec de la misma provincia donde se había desarrollado la enfermedad desde junio del año anterior con una gran incidencia, a pesar de las disposiciones emitidas para terminar con ella y que no se extendiese.

Se ordenó que las personas contagiadas se curasen separadas en el Hospital, y aunque se procedió, al parecer, con suavidad y, en principio dicha decisión fue aceptada, terminó por alterar a los indios, especialmente cuando afectó a los hijos, por no ser conocedores de los beneficios de dicha medida, siempre según las autoridades. El número de descontentos creció cuando aumentó el número de enfermos, estallando un alboroto el 8 de octubre. Un nutrido grupo de vecinos sacó con violencia a los enfermos del Hospital provincial, atropellando al Justicia, que no se atrevió a valerse de su autoridad, consciente de que no podía con el número de los participantes en el motín.

El Justicia decidió ponerse en contacto con el Intendente, que ordenó el envío a la población de una Compañías de Granaderos y otra de Fusileros del Batallón de Infantería Provincial de Oaxaca. Llegaron en la misma noche del día 8. Prendieron a los cabecillas, y se sosegaron los demás, consiguiendo dispersarlos y que volvieran a sus casas. Se restituyó a los enfermos al Hospital, y la calma regresó a la población como se constató a primera hora de la mañana. Al parecer, todo se consiguió sin que se produjeran desgracias, seguramente por la rapidez de la intervención.


Fuente: AGS (Archivo General de Simancas), SGU, Legajo 6974, 16.

El motín ante la viruela en Oaxaca en 1796