martes. 16.04.2024
f6

Durante gran parte del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, era habitual que las jóvenes pobres que vivían en el pueblo, emigraran a la capital de su provincia para trabajar como domésticas. Esto lo hacían para conseguir un dinero y de esta forma, poderse hacer con un ajuar para posteriormente poderse casar.

En aquellos tiempos, los matrimonios eran concertados entre las familias. El esposo ponía la casa, que serviría de hogar y la mujer aportaba el ajuar: sabanas, toallas, mantas…, es decir, todo aquello que hace funcional un hogar.

Sin embargo, en los valles navarros de Salazar y Roncal junto al valle de Hecho en Huesca, que se encontraban muy lejos de sus respectivas capitales y con pésimas comunicaciones, este fenómeno no se producía. A cambio, su alternativa era ir a Francia a trabajar en la industria de las alpargatas, que se encontraba instalada en Mauleón.

A estas mujeres que emigraban a Mauleón se las ha conocido posteriormente como golondrinas, por el hecho de irse del valle al llegar el otoño y regresar en la primavera, en un movimiento migratorio coincidente con el de estas aves.

El siete de octubre se celebraba en Burgui la festividad de la Virgen del Rosario, una ceremonia con una solemnidad especial y que terminaba con el rezo de la Salve, normalmente en latín, que unas veces era cantada y otras en oración.

Terminada la ceremonia era el momento de la despedida de las jóvenes que se iban a ir del valle para ganarse la vida al otro lado del Pirineo durante el invierno, en la fabricación de alpargatas.

Vestidas de negro, el equipaje que llevaban evidentemente debía ser poco: ropa de abrigo, algo de calzado, libro de oraciones y paños para la menstruación.

En Burgui también se concentraban jóvenes de Sigues y Salvatierra de Esca. Iban vestidas con saya y corpiño dispuestas a trabajar. Como no podían traer dinero francés, lo que hacían era traer telas, mantelerías, bisutería.

Al día siguiente, se concentraban en la plaza con algunos hombres con las caballerías preparadas para cargar los equipajes de ellas y las acompañarían hasta la muga con Francia, en el alto de Arrakogoiti, pues no se arriesgaban a pasar la frontera. Era una zona de abundante contrabando y con un gran conocimiento del terreno

Al salir seguían el Camino Real. Era el momento de las lágrimas y emociones, al mismo tiempo que tocaban las campañas de la iglesia coincidiendo con su marcha. En el cruce de Vidangoz, se sumaba alguna joven más de ese pueblo. El día anterior también habían llegado algunas jóvenes de Salvatierra de Esca. Tal como se iba avanzando hacia el interior del valle se sumaban, jóvenes de Garde, Roncal y Urzainqui hasta que se llegaba a Isaba último pueblo antes de llegar a Francia.

f5Material para hacer alpargatas

Allí era el punto de concentración, pues confluían las jóvenes que provenían del valle de Hecho y de sus pueblos de Ansó y Fago. Hacían noche en la venta de Arrako situado en el valle de Belagua.

Al día siguiente, todas reanudan la marcha, una larga caravana empieza a subir camino de la venta de Juan Pito. Habitualmente en esas épocas ya han caído las primeras nieves, lo que dificulta el paso. Desde ahí llegaban a la frontera en Arrakogoiti. Estamos hablando de montes cercanos a los dos mil metros de altura.

Hemos de saber que algún año, algunas jóvenes golondrinas murieron en la travesía, debido a la cantidad de nieve que todavía había.

Ahí se procedía a la despedida de las caballerizas y de los hombres que les habían acompañado. Se iniciaba inmediatamente el descenso por la Venta Dominica, por la Caserna, bajaban hasta Santa Engracia y enfilaban hacia Mauleón, que era donde la mayoría de ellas trabajarían en las alpargatas. En Santa Engracia se habían unido también las jóvenes del valle de Salazar, que habían empleado los caminos tradicionales que unen el Salazar con Zuberoa.

Al llegar a Mauleón lo primero que hacían, era buscarse un alojamiento, que normalmente ya lo tenían reservado. Posteriormente, era buscar la fábrica donde iban a trabajar. Aquí nos encontramos con dos tipos de fábrica. La primera, que era más moderna, donde se trabajaba en serie sobre una larga mesa, mientras que las segundas seguían siendo tradicionales, siguiendo un modelo individual sobre un banco de alpargatero.

f4Alpargateras de Roncal

Los materiales empleados era el cáñamo, el yute, la lona, la aguja y la lezna..., donde se cosían las suelas, montaban los empeines y taloneras de lona. Eran seis meses de trabajo muy duro.

La vida en Mauleón para estas mujeres jóvenes era muy dura con jornadas diarias de doce y dieciséis horas. Este pueblo francés, en el año 1911, llegó a tener más de cinco mil trabajadores en las fábricas de alpargatas, siendo la mayoría mujeres.

Con datos del trabajo del año 1911 en Mauleón se concreta la existencia de 933 trabajadoras provenientes de estos tres valles, de ellas 221 provenían del valle del Roncal y por pueblos Isaba con 77, Burgui con 41, Uztarroz con 42, Roncal 25, Vidángoz con 21 y Garde con 15, no consta las provenientes de Salvatierra de Esca.

Gran parte del resto provenían del valle aragonés de Hecho y otras del valle navarro de Salazar. Las edades de estás jóvenes oscilaban entre los quince y veinticinco años.

A finales de abril e inicios de mayo, era el momento de regresar a su pueblo y cobrar por el trabajo realizado en francos, pero esta moneda no servía en España, por lo que lo cobrado lo invertían en comprar productos y mercancías, para posteriormente conservarlos o venderlos en España.

f1
Fiesta de despedida de las golondrinas. DN

La fecha de salida de Mauleón hacía el pueblo, era comunicada por carta a sus familiares, para que las estuvieran esperando en la muga del lado francés, donde sus familiares recogían la mercancía comprada y era pasada en forma de contrabando para así no tener que pagar en la aduana o registro fronterizo.

Hemos de saber que desde siempre la frontera ha sido un lugar para el contrabando de mercancías entre España y Francia con el objeto de no pagar a Hacienda. Uno de los grandes problemas, que tuvo la Hacienda navarra a lo largo del siglo XIX y XX fue la gran cantidad de productos de contrabando que entraba y salía de Navarra sin pagar impuestos.

Esto provocaba fuertes desequilibrios financieros a la Diputación en sus diversos nombres que tenía, Diputación del Reino, Diputación provincial o Diputación foral a pesar de los registros fronterizos y los contrarregistros que se colocaron más en el interior de Navarra.

Elizondo en el valle del Baztán, tenía una gran cantidad de entidades bancarias que recogía el abundante dinero, que generaba el contrabando. Este acabó con el ingreso de España en la Unión Europea con la desaparición de las fronteras.

Los familiares pasaban casi todo lo comprado por zonas mucho más difíciles como por la peña de los Buitres, por la falda de Lakartxela y por otros lugares difíciles de pasar para quien no los conoce. La noche anterior una caravana de mulas evadían las aduanas y registros, para que el dinero ganado por las hijas y hermanas no pagasen nada en ellas.

f3

Al día siguiente, ellas pasaban la frontera por la aduana y registro y se les revisaban sus escasos equipajes. Apenas tenían nada que declarar. Los guardias preguntaban y las golondrinas les decían que había sido un mal año.

Al igual que al salir del pueblo camino de Francia eran despedidas con el volteo de campanas, en el regreso sucedía lo mismo. De esta forma regresaban a casa para afrontar la época estival, que consistía en las labores domésticas, pero sobre todo cosechar hierbas para el ganado, vigilarlo y cuidar del huerto. Esta es la dura vida de los valles del Pirineo para el mundo femenino.

Debemos recordar, algunas de las últimas alpargateras de Burguí y que sirva de recuerdo a las miles de ellas hasta ahora ignoradas. Entre otras muchas: Servanda Aznárez Solanilla (casa Fayanás), Evarista Mainz Lampérez (casa Martineta), Cirila y Trinidad Ustés (casa Aso), Micaela Fayanás Mainz (casa Juan Babil), Felipa Ezquer Andreu (casa Juan Grande), María Pérez Pérez (casa Lupercio), Juliana Mina Iriarte (casa Mendive).

Algunas de estas jóvenes no regresaron a sus valles y pueblos, pues se casaron con franceses mayoritariamente de Mauleón.

Como habrán podido comprobar, mi primer apellido coincide con el de alguna casa, pues mi padre era de Salvatierra de Esca y he tenido familiares por todo el valle. De adolescente pasé algunos veranos en Salvatierra de Esca e Isaba y disfruté de sus impresionantes paisajes, sus prados, sus bosques sus montañas de más de dos mil metros con nieve, de unos pueblos de casas de piedra y tejado de pizarra, empedradas de forma especial, con un olor a humo de leña, pero sobre todo, de sus gentes sencillas y de acogida cálida.

f2

La vida de estos pueblos es muy dura con inviernos de mucho frío y nieve, muy alejados de los grandes núcleos urbanos. Sus gentes se encargan de cuidarlos y mimarlos, pues son auténticos tesoros medioambientales. Me imagino que muchos de ustedes nunca habrán oído hablar de los valles navarros del Salazar y Roncal, aunque sí del valle del Baztán, ahora de moda con “la Trilogía del Baztán” de Dolores Redondo.

No se olviden de visitar estos otros dos valles, más cerrados, pero con un paisaje más espectacular, podrá hacer prácticas de nieve, senderismo, una gastronomía espectacular y unas gentes cálidas y llanas, con unas casas rurales preciosas de ver y disfrutar. No se olviden también del valle aragonés de Hecho y de la forma de vestir de sus gentes.

Sirva este artículo para poner en valor, la labor de millones de mujeres que han trabajado con ahínco para tener una vida digna. Debemos recordarlas como unas grandes luchadoras, entre ellas están estas golondrinas auténticas heroínas del pasado.

Este artículo ha sido posible gracias al trabajo realizado por tres colectivos roncaleses, la Asociación La Kukula de Burgui, el Proyecto Bidankozarte de Vidángoz y la Asociación Kurruskla de Isaba. Sirva como mi homenaje a los miles de historiadores locales que luchan, investigan por recuperar la memoria histórica de sus pueblos y sus gentes y que son tan imprescindibles para conocer la realidad histórica que muchas veces la historia real se olvida.

Las golondrinas alpargateras