HISTORIA POLÍTICA DE ESPAÑA

Los guiños de Cambó a los socialistas en 1916

La Escuela Nueva organizó un ciclo de conferencias en 1916 con el título de “El problema catalán”. En el PSOE se estaba planteando ya de una forma más clara la cuestión de Cataluña, habida cuenta del auge del catalanismo, siendo cada día más favorable hacia el planteamiento de una reforma encaminada hacia la descentralización como alternativa. Pero los socialistas también estaban muy preocupados por la situación de su realidad en Cataluña, en la necesidad de potenciar la Federación Socialista Catalana.

Entre los conferenciantes no solo hubo socialistas. En la Escuela Nueva siempre se buscaron personajes destacados y conocedores de los temas para sus cursos de conferencias, por lo que se debió hacer necesario contar con un cualificado representante del catalanismo. Así pues, se invitó a Cambó, líder de la Lliga. Su conferencia estuvo llena, a nuestro entender, de guiños hacia los socialistas, un aspecto interesante de estudio. Faltaba un año para que se produjera la crisis de 1917 y la convocatoria de la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona. Y ya llegarían los tiempos de la colaboración del catalanismo conservador con el sistema de la Restauración.

Los líderes de este movimiento (catalanismo) estaban muy interesados en que Cataluña tuviera muchas fábricas y riqueza, porque sus miembros estaban convencidos que los ideales florecían mejor en países ricos

Cambó pronunció la conferencia el 2 de julio en la Casa del Pueblo. Al parecer, el salón principal se llenó para escuchar a quien El Socialista calificaba como el jefe de los regionalistas catalanes.

El político catalán comenzó afirmando que solamente los nacionalistas y los socialistas eran los únicos que representaban en España “una afirmación”. Después quiso dejar claro tres cuestiones: que los catalanes no eran superiores a nadie, pero sí que Cataluña tenía rasgos diferentes del resto de España, y que la cuestión de Cataluña no tenía que ver, por fin, con los intereses de la burguesía.

La última afirmación le sirvió en la conferencia para intentar buscar la complicidad socialista, ya que comenzó a hablar de huelgas y conflictos sociales, pero sin criticarlos, algo que no deja de ser asombroso, viniendo, precisamente de un representante de la burguesía catalana. Afirmó que la mayoría de las huelgas en Cataluña eran de “solidaridad y dignidad”, porque para los catalanes “el luchar por el derecho” era algo muy común. En esa línea se remontó al conflicto de los payeses de remensa en la Baja Edad Media, que calificó del primer problema social en España. Intentó ganarse al público aludiendo a que fue un conflicto en el que los payeses fueron apoyados por los reyes frente a los nobles, afirmando que defendían la idea de que todo era de todos, porque Adán había muerto sin testar. La crónica del periódico obrero afirma que se produjeron risas; ¿ironía del público obrero ante un representante de la burguesía catalana o eran sinceras?

Después llevó su argumentación hacia la burguesía, al afirmar que actuaba de forma romántica, luchando contra el poder público, contra la autoridad. Los líderes de este movimiento (catalanismo) estaban muy interesados en que Cataluña tuviera muchas fábricas y riqueza, porque sus miembros estaban convencidos que los ideales florecían mejor en países ricos. Ese movimiento no podía ser indiferente en España porque era transformador y renovador, estando en guerra contra el Gobierno por su mala administración. Cambó insistió en el carácter perturbador del nacionalismo catalán porque luchaba contra esa realidad, otro guiño, nos parece evidente, hacia el movimiento obrero que, lógicamente, también era “perturbador”, consiguiendo arrancar aplausos. El catalanismo no era ni monárquico ni republicano, se dedicaba a combatir a quienes atacaban al mismo, y ayudaba a los que les prestaba apoyo. Después lanzó una dura diatriba contra los Gobiernos que combatían a los movimientos políticos. También habló de cómo el catalanismo había conseguido regenerar el sufragio en Cataluña y de su crecimiento electoral.

Después explicó que la autonomía no solucionaría por si sola todos los problemas, todo dependía de los propios catalanes, pero que deberían ser gobernados por ellos mismos.

Los guiños hacia los socialistas continuaron en la charla, al afirmar que si el catalanismo conseguía sus objetivos podía abrirse una brecha para que pudieran seguir “atacando”.

Después quiso plantear la idea alternativa de España que, supuestamente, defendían los catalanistas moderados. Frente a una España como “un rebaño a los pies de un pastor que ocupa la presidencia del Consejo”, es decir, una especie de pueblo indiferente, se pretendía una España diversa, “con acción colectiva y libertad individual; un Gobierno con acción limitada y un pueblo vigilante y cauteloso”. También arremetió contra la presencia española en Marruecos, comparando lo que se estaba haciendo con lo que se había hecho en la colonización americana.

Terminó animando a terminar con el sistema político porque de conseguirse ganarían todos los partidos que tenían ideales, y no olvidemos, en ese sentido, lo que había dicho al comienzo de la conferencia sobre los socialistas.

Hemos trabajado con el número 2600 de El Socialista.