viernes. 19.04.2024

La filosofía, como toda ciencia se ha encargado de colocar frente a nosotros, manifestaciones precisas de las diferentes realidades que habitan y pueden converger dentro de una sociedad. Así entonces, esta rama robusta del saber le ha mostrado también a hombres y mujeres, todo lo necesario para que pueda realizar diferentes enfoques del sentido de su existencia, la muerte, la vida y de como éstos le pueden aportar en su andar diario mientras se enfrenta a una sociedad decadente, que parece no entender la filosofía, pero si precisa que esta entienda ----a cabalidad--- cada una de las tragedias en esta misteriosa posmodernidad.

La sobriedad del estilo literario que nos entrega el autor en esta novela es, sin duda, una de las más aplaudidas, ya que mutila con mucho rigor la historia, y contextualiza sin redundancias en cada párrafo que vamos leyendo

En la suma de todo lo anterior, podemos afirmar que: los filósofos, se encargaron de desvanecer diferentes mitos y refutar con la autoridad suficiente, las diferentes tesis planteadas desde el conocimiento primitivo hasta el de la época más reciente. Todo esto basado en estudios concretos y planteamientos que iban desde el nihilismo, el existencialismo, el materialismo y pasando por el absurdo; que nos llevó a conocer un poco más sobre el ciclo interminable en el que caemos, al darnos cuenta del sinsentido al que inevitablemente nos arrastra la vida.

La siguiente narración, nos lleva al año mil novecientos cuarenta y dos, una fecha en la que, la novela filosófica encontró a uno de los más valientes representantes en su larga y turbulenta historia. Me refiero al periodista, ensayista y filósofo nacido en la Argelia Francesa Albert Camus, que en su novela “El extranjero” nos da un recorrido por las innegables atrocidades que el hombre tiene presentes, mientras el mundo y todo lo que le rodea se muestran indiferentes a su dolor y su tormento, llevándolo con esto a reaccionar de la misma manera ante las acciones del resto de la humanidad.

La sobriedad del estilo literario que nos entrega el autor en esta novela es, sin duda, una de las más aplaudidas, ya que mutila con mucho rigor la historia, y contextualiza sin redundancias en cada párrafo que vamos leyendo, aquella época tan convulsa que le tocó vivir. Debo agregar que, Camus también se vale de las acciones de su personaje principal para entregarnos un retrato muy bien elaborado del hombre, que de alguna manera habitaría en lo más profundo de las sociedades futuras.

Entonces, lo inefable del absurdo se muestra en la batalla de aquel extranjero que se tiene que acoplar a nuevos cánones a los que, en lo más mínimo le interesa sumergirse, pero que debe seguir por el mero hecho de haberse equivocado. La tarea que le resta, será tratar de enmendar con la suficiente sobriedad su terrible error, aun sabiendo que habrá en ese embrollo un choque de mundos ajenos de si mismos y distantes en ideas.

Entonces, Albert Camus, enciende con más luminosidad la bujía del absurdo y logra que el conflicto de la historia mantenga viva la llama del lector y lo termina de convencer, mientras le muestra el remate de una novela que se fragua: entre el choque de una Europa desmembrada por las guerras y la imagen intermitente del ciudadano occidental que está cansado del lenguaje bélico y quiere ser dueño y constructor de su propia existencia.

“El extranjero” es una novela que toma mucha más vigencia en estos últimos años, en los que la humanidad se enfrentó a diferentes crisis ---incluida una sanitaria--- y de las que logró salir adelante, asumiendo su papel de cuidado y compromiso personal, dando con ello validez al planteamiento de Camus sobre todo aquello en lo que cabe el sinsentido de la vida y el choque de trenes en el que se enmarca ---desde tiempos bastante remotos--- el individualismo en la sociedad.

“El extranjero” también es una obra en la que el autor, nos muestra como el hombre empecinado en construir algo diferente, termina siendo absorbido por una espiral que lo empuja a una rutina ---como la de Sísifo--- de la que no se puede escapar, pero la misma también lo invita a realizar una catarsis sobre su realidad. Me resta decir que, Albert Camus, supo narrar con rigor y hondura en su novela algunos de los conflictos que aturden al hombre en la vida contemporánea y de los que, al parecer, no se puede, ni podrá escapar.

El extranjero, de Albert Camus