lunes. 17.06.2024

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Celín Cebrián | @Celn4

Es una película canadiense-polaca dirigida por Louise Archambault y escrita por Dan Gordon, quien también escribió la obra de Broadway. La historia nos cuenta, entre otras cosas, cómo Irena Gut Opdyke, una enfermera polaca, ayudó a albergar y proteger a los judíos durante el Holocausto, escondiéndolos en el sótano de la casa donde trabajaba de ama de llaves. 

Nélisse, en el papel de Irena, una chica católica, es llevada a una fábrica de municiones donde realiza trabajos duros e intensivos durante todas las horas del día. Ha sido separada de su madre y de sus hermanas. La única posibilidad de sobrevivir es ayudar al esfuerzo bélico alemán. O de otro modo: sin mirar arriba, ni a la izquierda, ni a la derecha; sólo abajo, a la punta de los pies mientras camina. Siempre adelante. Y esperar a que todo pase. 

Podría ser un filme más de alemanes, guerra y judíos, pero a los primeros compases ya vemos que tiene algo especial, tanto en su trama principal y desarrollo como en la puesta en escena. También en los escenarios elegidos. La mayor parte transcurre en interiores, lo que sirve para apreciar esa luz especial, maravillosa, con la que ha sido rodada. Muy cuidada la ambientación, los apuntes musicales, las interpretaciones, el vestuario… Es una película diferente. En ella, una chica está sola en una ciudad en medio de la guerra. No sabe lo que ha pasado con su familia. No tiene casa. Pero sí tiene coraje, determinación y valor. Y además es una defensora de la vida, que ejemplifica en cada una de sus acciones.

Podría ser un filme más de alemanes, guerra y judíos, pero a los primeros compases ya vemos que tiene algo especial. Es una película diferente

Más tarde, a la protagonista se le asigna otro trabajo: hacer tareas domésticas en una casa en cuyos sótanos existe un taller de costura en el trabajan algunos judíos. Allí conoce al encargado, Herr Schulz, que siempre le da valiosos consejos, como el anteriormente citado para lograr sobrevivir en tan miserables circunstancias, y que le insiste: ”En el momento en que empiezas a preocuparte por alguien más además de ti mismo es cuando se apodera de ti el peligro”.

Sin embargo, Irena, es joven y no tiene ninguna intención de seguir los consejos del señor Schultz. Estando en ese trabajo, en una de las fiestas, escucha un plan para exterminar en unos días a todos los judíos de esa ciudad. Entonces, ella propone una idea, que bien podría ser una locura en toda regla: esconder a los once judíos que trabajan en el taller de costura en la casa-palacio del Mayor Rugmer, que está apunto de mudarse y ella es la encargada de la mudanza y de la puesta a punto de todas las necesidades y requisitos que requiera la mansión. Y ahí comienza parte del enredo, momento en el que la película gana en intensidad, en ritmo, y momento también en el que esta hermosa historia comienza a coger el tono adecuado para que Sophie Nélisse nos regale una interpretación magistral, sin olvidarnos nunca del papel del Mayor alemán, interpretado por Dougray Scott. El filme es un oportunísimo retrato de cómo resistir al odio. De otra parte, es una prueba real, convertida en una pregunta: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para hacer lo correcto?

Irene Gut Opdyke fue nombrada Justa entre las Naciones por el Memorial del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén. Llegó a los Estados Unidos en 1949 y se casó en 1956. Posteriormente escribió unas memorias. Finalmente encontró a sus hermanas, a las que había dado por desaparecidas. 

El filme es un oportunísimo retrato de cómo resistir al odio. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para hacer lo correcto?

Hay momentos muy emotivos. La propia actriz dijo que “encarnar a Opdyke le impactó profundamente”. Y en otro apartado de la entrevista, añade: ꟷ”Llevo mucho de su alma conmigo todos los días porque cuenta una historia muy inspiradora y relevante para nuestra sociedad moderna. Creo que estamos tan cerrados y centrados en nuestras propias vidas que ni tan siquiera miramos o somos capaces de ver a las personas que están a nuestro lado”.

Parece que ha pasado tanto tiempo, que es una historia lejana la que nos están contando, pero, si lo pensamos, no hace tanto que sucedió todo aquello. Por eso a veces, una sonrisa, un gesto, es el principio de algo o quizás de muchas cosas.

Opdyke tardó unos cuantos años en poder hablar abiertamente de esta experiencia. No le resultaba fácil hablar de esta historia. Recibió el reconocimiento del Papa Juan Pablo II por su sacrificio. La película, con clasificación R (restringido y para mayores de 18años), incluye momentos desgarradores, incluida una secuencia del trágico destino de un bebé. 

Sophie Nélisse, la actriz de 24 años, termina diciendo: ꟷ”Nuestras diferencias como sociedad son las que nos hace hermosos como raza humana”.

“La promesa de Irene”, una conmovedora película con la poderosa actuación de la...