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En los últimos años los festivales en el mundo rural han proliferado como setas al calor de la moda y de la financiación, que destinada al desarrollo rural, que acaba convertida en numerosas ocasiones en mero ocio para veraneantes y en beneficios empresariales endógenos.
En numerosas ocasiones esta cultura del evento peca de la falta de participación local, de sostenibilidad en el tiempo y de originalidad. Diseñados desde las capitales responden a una convocatoria y replican el modelo una y otra vez. Aterrizan, hacen el evento, hacen caja y desaparecen para siempre.
Si el término “overturismo” o “sobreturismo” se ha instalado ya en los medios de comunicación, podríamos decir que el medio rural está sufriendo el fenómeno de “sobrefestivalización” al que acuden a disfrutar jóvenes, o no tan jóvenes, de las zonas urbanas.
Por eso es tan interesante subrayar y difundir otro tipo de modelos como la muestra artística rural Estoesloquehay, ideada y dirigida por Pablo Pérez Terré, que acaba de celebrar este último fin de semana de agosto, su vigésimo segunda edición itinerante en pequeñas poblaciones de Aragón.
En esta edición, manteniendo su esencia pionera y endógena, ha vuelto a sorprender con un formato en el que la participación e implicación de la comunidad vuelve a ser el eje sobre el que gira esta muestra cultural y creativa.
En colaboración con otros dos proyectos consolidados y con larga trayectoria de trabajo en las pequeñas poblaciones como son Nomad Studio y Chico Trópico ha planteado de manera festiva realizar un retrato sonoro y fotográfico de tres pueblos del entorno de Calatayud: Cervera de la Cañada (271 hab.), Aniñón (708 hab.) y Torralba de Ribota (172 hab.).
Conscientes del papel transformador de la cultura, Estoesloquehay busca desde su primera edición materializar un vínculo de confianza entre agentes culturales y ciudadanía, generando la implicación de la comunidad.
En cada una de sus ediciones han sido capaces de innovar y de abrir nuevas vías para la creatividad y la participación. En esta edición la temática de trabajo era “Voces y rostros”, un nombre certero, y aunando proyectos referenciales que pivotasen sobre los ejes de la creatividad y la itinerancia, planteando por primera vez una ruta por tres pueblos e instalándose en sus espacios clave. Retratando a sus habitantes, grabando sus voces en forma de canciones, relatos y vivencias. Poniendo el foco festivo en sus habitantes y no en un escenario.
Al mismo tiempo, Estoesloquehay ha generado sinergias con iniciativas existentes en el territorio, sumando y no caminando por libre. Durante este mismo fin de semana se ha celebrado el festival gastronómico Tapaleja en Aniñón, iniciativa de la asociación local La Bodeguilla, y el festival Saltamontes en Torralba de Ribota, organizado por Pueblos en Arte con los que Estoesloquehay ha tejido territorio.
Según explica su director y creador, Pablo Pérez Terré, “Durante dos décadas hemos tratado de realizar propuestas innovadoras propuestas a los pueblos del rural aragonés, con una excelente respuesta y el compromiso del acceso a la cultura como herramienta de desarrollo y transformación que surge y se entiende desde el territorio. Con esta edición se busca activar comunidades trabajando sobre la memoria, trasmisión de saberes y una mayor implicación del proyecto en la realidad del territorio donde tiene lugar”.
A veces existen otros caminos fuera de los miles de vatios de luces y sonido que tratan de recuperar los vínculos intergeneracionales a través del arte y la creatividad. Caminos de largo recorrido que merece la pena apoyar, destacar y subrayar.