viernes. 29.03.2024
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Una ferretería perdida en el humo del tiempo. Un matrimonio con corbata, él, y rebeca color crudillo, ella, regentan este espacio de rutina de tuercas y pinturas blancas. Buenos días, buenos días, qué desea, pintura blanca, no nos queda pintura blanca, buenos días, buenos días, qué desea, alambre, arandelas, pintura blanca, no nos queda pintura blanca. Buenas tardes. Buenas noches. Buenos días. Pintura blanca. Y así discurren los días de Esteban y Merigel. Esteban cuenta el dinerito y le gusta quedarse tirado en el sofá para no gastar.. Marigel está bien como está. No me digas que no.

Así pasan los días. Uno detrás de otro. Sin apenas diferencias entre ellos. Vidas normales, hasta que algo hace crack y nada vuelve a ser como era. Comienza el delirio en las vidas de Esteban y Merigel. Los espectadores se convierten en espectadores y todo esto es un gran teatro. Se caen las caretas de la comedia de situación y se abren las puertas a este musical delirante y surrealista. 

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Carmen Barrantes y Jorge Usón, acompañados al piano en directo por Néstor Ballesteros, dan vida a Esteban y Marigel, o lo que queda de ellos tras esta apisonadora de sentimientos que se desparraman por el escenario. A un lado, la sociedad que aprieta, aprieta y aprieta para encorsetar las vidas construyendo normalidad y rutina con la que buscar equilibrio y estabilidad social. A otro, la vida impetuosa que trata de buscar caminos por los que expresarse. 

A las convenciones sociales de este pueblo en el que habitan, le saltan las costuras cuando Esteban es poseído por el espíritu del musical y comienza el delirio mental y teatral. Lo que prometía ser una aburrida función se convierte en una trepidante comedia musical. La lucha eterna entre lo normal y aquello que realmente somos. Dejarse llevar por los sueños, por hacer lo que deseas hacer de verdad. Perseguir lo que crees que puede hacerte feliz, o por lo menos, que te hace sentir bien. El duelo eterno entre Don Quijote y Sancho. Entre el Sancho que somos y el Don Quijote que queremos ser. 

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Una lucha entre nuestra parte racional que quiere que Marigel cure a Esteban para que todo vuelva a ser normal y nuestra parte emocional que desea que Esteban arrastre a su delirio a Marigel y juntos vuelen a Canarias. La mayoría de las veces la historia termina levantando de nuevo la persiana de la normalidad para despachar sonrisas forzadas, saludos corteses y halagos desgastados. De lo contrario… quizá no estaría escribiendo esta crónica.

Con lo bien que estábamos con los tornillos en su sitio