martes. 16.04.2024
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Imagen de 'La Herida'.

Si bien España ya había asomado  la frente en la Sección Panorama Argentino con el pase de “Serrat & Sabina, el símbolo del cuate”, documental dirigido por Frances Relea; la proyección de la ópera prima de Fernando Franco impactó ayer en la sección que más cantidad de público moviliza. A tal punto que finalizada la película, periodistas especializados y cinéfilos en general manifestaban su asombro por este film que en la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián supo alzarse con el Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata a la Mejor Actriz, dos lauros cuyos méritos viene a cuenta reseñar.

“La Herida” no es una película cualquiera; es más, me atrevería a decir que el primer largo de Fernando Franco es la demostración más cabal de la buena salud de la que goza el cine español (a pesar de todo), y la prueba irrefutable de aquella máxima que dejó Don Hitchcock para la posteridad: “Si es una película buena, el sonido podría irse y la audiencia todavía tendría una idea perfectamente clara de lo que pasa”.

Algo de esto hay en La Herida, de hecho son largos los períodos de silencio en los que ni siquiera el más despistado de los espectadores deja de saber (o al menos de sospechar) lo que le está sucediendo a Ana, una joven conductora de ambulancias de 28 años, víctima de una conducta autodestructiva y otros trastornos psicológicos.

Rodada entre Madrid y País Vasco, la película de este debutante en el largometraje -que ya había demostrado su habilidad para el montaje en la “Blancanieves” de Pablo Berger-  no necesita mayores artilugios estilísticos (ni menores); de hecho la austeridad, marcada por la centralización de una cámara que no se separa demasiado de Ana, el silencio, los largos planos secuencia, lo mínimo; es precisamente lo que la hace imprescindible.

Ana, interpretada magistralmente por Marian Álvarez, padece lo que los psiquiatras llaman Trastorno Límite de la Personalidad o Síndrome de Borderline, patología que podría simplificarse diciendo que nuestra protagonista no soporta la adversidad y, ante ella, sus emociones se desordenan de tal manera que llega incluso a autolesionarse. Ana no puede sobrellevar la ruptura con Alex, su novio; se niega a aceptarla y esto la sumerge en una profunda depresión. Durante su jornada laboral en un centro hospitalario, la protagonista es una joven solidaria y segura de sí misma. Sin embargo cuando regresa a su vida privada está llena de inseguridades, es vulnerable y su equilibrio emocional es extremadamente frágil.

Cabe destacar que el impacto emocional producido por “La Herida” le debe mucho a Marian Álvarez, actriz forjada en el medio televisivo que en esta película demuestra todo su potencial. Marian ya había cautivado al público en “Lo mejor de mí”, primer film de Roser Aguilar que le reportó a la actriz madrileña un premio de interpretación en el Festival de Locarno. En La Herida Fernando Franco exprime al máximo la capacidad interpretativa de Marian, le carga la película al hombro y ella la lleva como si hubiese nacido para interpretar este papel.

Soberbia en el mejor aspecto de este término, La Herida es una de las mejores películas que hasta el momento se han visto en la Competencia Internacional del 28 Festival de Cine de Mar del Plata.

España presenta ‘La herida’