viernes. 29.03.2024
Erotismo

Las emociones son programas complejos de acciones, en amplia medida automáticos, confeccionados por la evolución. Las acciones se complementan con un programa cognitivo que incluye ciertas ideas y modos de cognición, pero el mundo de las emociones es en amplia medida, un mundo de acciones que se llevan a cabo en nuestros cuerpos, desde las expresiones faciales y las posturas, hasta los cambios en las vísceras y el medio interno.

  1. Cuerpo y mente
  2. Deseo y placer sexual
  3. Imaginación y creatividad
  4. Características del erotismo
  5. Impulso erótico
  6. Placer y muerte

Cuerpo y mente

Las sensaciones que sentimos de las emociones, por otro lado, son percepciones mixtas de lo que sucede en nuestro cuerpo y mente cuando manifiestan emociones. En lo relativo al cuerpo, las sensaciones sentidas son imágenes de acciones más que acciones y el mundo de los sentimientos está hecho de percepciones consumadas en mapas cerebrales.

Las percepciones que llamamos sentimientos de emociones constan de un componente especial que corresponde a los sentimientos. Esos sentimientos se basan en la relación única entre el cuerpo y el cerebro. Mientras que las emociones son percepciones que se acompañan de ideas y modos de pensamiento, los sentimientos emocionales, en cambio, son principalmente percepciones de lo que nuestro cuerpo hace mientras se manifiesta la emoción, junto con percepciones del estado de nuestra mente durante ese mismo periodo de tiempo.

Deseo y placer sexual

La palabra erotismo se origina del griego eros en referencia al Dios Eros a quien se le asocia con la sensualidad, el deseo y placer sexual, así como con las conductas que se manifiestan cuando existe atracción entre dos o más seres.

El erotismo es una característica humana; y en efecto, el concepto en sí se refiere a las conductas y actitudes manifiestas que incitan a la interacción y a la actividad sexual, tales como: caricias, besos, abrazos, estimulación oral, entre otras, que conducen generalmente al coito y/o directamente a la sensación de placer sexual de quien las practica y que no necesariamente se busca con estas conductas la reproducción.

Imaginación y creatividad

El erotismo es una emoción o sentimiento relacionado con la imaginación y la creatividad de los seres humanos. Se relaciona con la sensualidad, el amor y el deseo. Esta cualidad puede ser manifestada de manera personal, así como a través de diversas expresiones artísticas, como, por ejemplo, pinturas, esculturas, literatura, fotografía, música o cine. El erotismo se encuentra ligado a la cultura, a la moralidad y a los gustos personales de los individuos.

El erotismo involucra a la persona de forma íntegra: física y psicológicamente, representa la forma en la que expresa para sí y los demás, sus deseos, fantasías y sentimientos más íntimos. Son innumerables las distintas maneras en la que cada uno de nosotros lleva o no a la realidad estos deseos, y manifiesta su “ser erótico”: desde una cena romántica en la playa hasta una sesión de sadomasoquismo, un trío o un intercambio de pareja, por mencionar algunas. No todas estas manifestaciones eróticas son de carácter exótico ni rayan en lo extremo.

Características del erotismo

Las características del erotismo son:

  • Es un fenómeno humano por excelencia;
  • Se expresa de manera diferente según la cultura y la psicología de los sujetos;
  • Expresa la dimensión simbólica y afectiva de la sexualidad humana;
  • No implica necesariamente la consumación del acto sexual;
  • Se alimenta de la imaginación, la fantasía y la memoria;
  • Usa diversos recursos para la estimulación como la palabra, el vestuario, la gestualidad, los aromas y/o las sensaciones;
  • Facilita el proceso de seducción;
  • Fortalece los vínculos con la pareja.

Impulso erótico

Para Octavio Paz, en su obra maestra ‘La llama doble’, el carácter dual del erotismo –placer y muerte– posee, en realidad, un mismo núcleo: el deseo. Paz encontró en las figuras del asceta y el libertino los dos extremos del impulso erótico: “ambos niegan la reproducción y son tentativas de liberación personal frente a un mundo caído, perverso, incoherente o irreal”.

Frente al tabú, frente a la represión que las sociedades han impuesto para negar o atenuar o apaciguar el sexo, el asceta y el libertino hacen de la perversión y la represión sexual una poética vital cuyo fin es la liberación del individuo.

En el fondo, se trata de una variación incesante del mismo tema: el erotismo como vía de acceso a una realidad velada. El asceta persigue –a través de la castidad– la comunión con la divinidad y el ascenso al éxtasis; el libertino, por otra parte, rechaza la divinidad en busca un estado superior aquí en la tierra. Son dos polos que se tocan: tanto el uno como el otro persiguen una ruptura con el mundo y una purificación de la condición humana.

Placer y muerte

Pero el amor “es decir, el verdadero amor, no niega el cuerpo ni el mundo […] El amor es amor no a este mundo sino de este mundo”; amamos a un ser que sabemos que va a morir y es esta misma conciencia de la muerte la que nos permite reafirmar la vida: aceptarla y encararla. Así, mientras el asceta y el libertino emprenden una batalla solitaria, los enamorados enfrentan, juntos, el mundo que los rodea.

Por eso, dice Paz, todas las parejas son, en realidad, una réplica de la pareja original. Expulsados del Edén, los amantes se abandonan al tiempo sucesivo en busca de algo que los reconcilie con el paraíso: el amor, sobra decirlo, es esa reconciliación final. Es una expiación, la aceptación de nuestra condena.

Por último, compartir esta reflexión de Octavio Paz: “Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje.

Erotismo: imaginación y creatividad