viernes. 26.04.2024
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El escritor y periodista hispano-venezolano vuelve a Valencia, la tierra que lo vio nacer, para presentar su literatura a España y el mundo. En esta ocasión trae su novela Ellos eran tan bellos (Spectrum Arts, 2019), una obra que representa un pasaporte a la memoria familiar que nos involucra a todos. Nuevatribuna conversa con Yagüe sobre su libro y las pasiones que le hacen escribir.


Antonio Rivero | ¿Qué cuenta “Ellos eran tan bellos”?

Eloi Yagüe | Esta novela es sobre el romance de mis padres. Está ambientada en la Valencia de mediados de los años 50 del siglo pasado. Es historia de una tertulia artística que se reunía en el café Luna de Valencia. Era un grupo de espíritu libertario donde se comentaban las novedades editoriales, se hablaba de existencialismo, se leía poesía y se compartía música entre copas y tapas. Mi padre Eloy era pintor y artista fallero y pertenecía a este grupo; se enamora de Amparo una muchacha que estudiaba taquimecanografía. Una relación difícil debido al ambiente opresivo que imperaba durante el franquismo por lo que deciden irse a América, concretamente a Venezuela. Es la historia de dos jóvenes que soñaban con un mundo libre y estaban dispuestos a irse de España para conquistarlo. Me inspiré en mis padres y en mi propia familia, sin embargo, no es una crónica familiar, aunque hay fotos y documentos. Es una ficción inspirada en los centenares de imágenes que el narrador encuentra en la maleta de emigrante de su madre cuando esta fallece en Caracas y se da cuenta de que está a punto de completar el periplo muchos años después, cuando decide regresar a España en busca de la libertad que en Venezuela se perdió.

El periodismo es útil en la medida en que me lleva a pensar en el público que me va a leer, a ser responsable de mis palabras y, además, a escribir corto, lección que aprendió Jorge Luis Borges pese a lanzar dardos contra el periodismo

Antonio Rivero | ¿Qué significó haber ganado un premio de los talleres literarios Fuentetaja?

Eloi Yagüe | El premio lo lanzó una nueva editorial valenciana llamada Spectrum Arts y las bases y convocatoria estuvieron alojadas en la página de Fuentetaja. Entiendo que es una corporación literaria importante por lo que me siento honrado de que mi proyecto haya sido seleccionado entre casi mil participantes. Participé por dos razones: porque consideraba que tenía un proyecto viable y entrañable, pues desde hace muchos años lo tenía en mente, y fue a la vez como lanzar un SOS debido a la precaria situación de la industria editorial venezolana que está casi en vías de extinción. Por fortuna, la botella con el mensaje llegó a buena orilla.

Antonio Rivero | ¿Como autor hispano venezolano considera que ha desarrollado su obra entre dos realidades?

l1Eloi Yagüe | Ha sido algo inevitable puesto que llegué a Venezuela a los siete años de edad me adapté al medio, pero sin perder nunca la conciencia de ser español. Mi interés por mi origen y las circunstancias de mi desarraigo siempre se manifestaron en mis novelas, aunque no me lo propusiera. Fernando Castelmar, una especie de alter ego, periodista que investiga crímenes muy a su pesar, vive en el Edificio Cibeles en La Candelaria, entre aromas de pucheros y vecinos españoles y él mismo tiene origen español. De alguna manera esta novela es un intento de retornar a mis raíces, un homenaje a mis ancestros.

Antonio Rivero | Decía García Márquez que el periodismo podía formar parte de la literatura, usted como periodista, ¿está de acuerdo con esa afirmación, le es útil el periodismo a la hora de escribir literatura?

Eloi Yagüe | Es que en América Latina no hay tal diferenciación. De lo que he leído y estudiado de literatura latinoamericana, la mayoría de los escritores han sido periodistas, así como García Márquez puedo citar a muchos otros como Tomás Eloy Martínez, quien fue mi maestro en El Diario de Caracas, Miguel Otero Silva, Juan Carlos Onetti, Osvaldo Soriano, los modernistas como Rubén Darío o José Martí fueron también grandes cronistas. También en la literatura anglosajona, autores como Ambrose Bierce, Hemingway, Capote, Edgar Allan Poe. En el ámbito anglosajón se acepta con mayor naturalidad que un periodista y un narrador de ficción puedan ser la misma persona. El periodismo es útil en la medida en que me lleva a pensar en el público que me va a leer, a ser responsable de mis palabras y, además, a escribir corto, lección que aprendió Jorge Luis Borges pese a lanzar dardos contra el periodismo. En mis clases de periodismo narrativo exhorto a mis alumnos a superar esta arbitraria diferenciación mediante la crónica, que es el puente textual entre periodismo y literatura.

Antonio Rivero | Nació en España y se formó en Venezuela, ahora vuelve a España. ¿Se siente de un lugar en particular?

Eloi Yagüe | Me siento del lugar donde escribo y ahora escribo en España. Mi patria es el lenguaje, como diría Novalis. No creo en fronteras como puntos y rayas, creo en la gran tradición literaria de la lengua española, siempre enriquecida desde América. Creo que el hecho de ser partícipe de dos culturas me enriquece como ser humano y el hecho de reflejarlo en mi literatura es mi aporte particular, una de las marcas de fábrica de mi escritura. Mi reto ahora es darme a conocer en un medio que no sabe nada de mí. Tengo una amplia obra narrativa absolutamente desconocida en España. Pero para ser escritor se requiere también una larga paciencia, como planteara alguna vez Horacio Quiroga en su famoso decálogo.

Antonio Rivero | ¿Necesita escribir o es una opción?

Eloi Yagüe | Para mí escribir es una necesidad fisiológica. Es mi forma de estar en el mundo, de mantenerme cuerdo, de participar en la vida social y lidiar con mis fantasmas personales. Para mí la escritura lo es todo.

“Escribir es mi forma de mantenerme cuerdo”