jueves. 28.03.2024
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Hay muchas maneras de salir de la desolación en la que está sumida gran parte de la ciudadanía de nuestro país. Una de ellas es ir a ver una buena película; por ejemplo “El cuento de las comadrejas” del director argentino Juan José Campanella.

He visto casi todas sus películas. Me han gustado; aunque algunas (“El mismo amor, la misma lluvia” o “El hijo de la novia”) son un poco acarameladas, pero otras (“Luna de avellaneda” y sobre todo “El secreto de sus ojos”) son estupendas.

“El cuento de las comadrejas”, su última película, me ha resultado formidable, con aromas del cine negro de los años 50 y 60 del siglo pasado.

h2Ya hubo una versión anterior en 1976, también argentina, titulada “Los muchachos de antes no usaban arsénico”, pero ahora Campanella ha actualizado y revisado el guion, brillante, con sucesivos giros, que mantienen la tensión y el interés durante las más de dos horas de metraje y que en algunos momentos me recordó la inolvidable película “La huella” de Joseph L. Mankiewicz.

La banda sonora está repleta de buena música, desde grandes canciones de los primeros años 60, como “I´m sorry” de Brenda Lee, “Only you” de The Platters, “Young at heart” de Perry Como o “Limbo rock” de Chubby Checker, hasta otras 20 composiciones del musico argentino Emilio Kauderer.

La película es un puro disfrute con la presencia de cuatro grandes actores argentinos, Graciela Borges, Oscar Martínez, Luis Brandoni y Marcos Mundstock, que hacen unas interpretaciones magnificas, secundados con dignidad por Nicolas Francella y sobre todo la española Clara Lago.

La historia que en sus primeros minutos nos sitúa en la vida de cuatro personajes ya muy maduros, ligados al mundo del cine en su ya muy lejana juventud (tema recurrente en muchas y buenas películas de Hollywood), va pasando de la comedia sarcástica al thriller negrísimo, con un trasfondo de la pugna entre jóvenes tiburones inmobiliarios y viejos pero sabios artistas.

“El cuento de las comadrejas” que podría verse como una mezcla de Luis Buñuel, Alfred Hitchcock, Billy Wilder o Ernst Lubitsch, no ha tenido las criticas que se merece ni en España ni en Argentina, en este último caso quizás por las posiciones políticas de Campanella, muy reticente con el peronismo y más o menos simpatizante del actual presidente Macri.   

No se cuanto durará en los cines, después de haberse estrenado en pleno verano, así que merece la pena ir a verla cuanto antes.

El cuento de las comadrejas