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NUEVATRIBUNA.ES - 31.7.2009

La película que amenaza, y muy seriamente, con ocupar el número uno de la taquilla, no solo este fin de semana, sino durante unos cuantos más, es “Up”, la nueva producción de Pixar Animation Studios y Walt Disney Pictures. El argumento, en apariencia sencillo, nos cuenta la historia de cómo el anciano Carl Fredricksen, de 78 años de edad, emprende un viaje, de forma muy poco ortodoxa, para cumplir su sueño de conocer la “salvaje” América del sur. Sin embargo descubrir que no está solo en el periplo, sino que Russell, un vecino 70 años más joven, se ha embarcado, no voluntariamente, como polizonte, logrará dar una vuelta de tuerca al guión, dando paso a una película llena de capas y niveles de interpretación.

Porque esa es la magia de Pixar, la de ser capaz de crear una película, sea cual sea el argumento, que niños y adultos quieran ver por sí mismos, que les ofrezca a cada uno diversión y magia a raudales, a veces será la misma escena, el mismo diálogo. Otras, no, y cada edad tendrá dedicado un pedazo de la historia, uno de los niveles de interpretación. Y es algo que Pixar ha estado haciendo desde sus comienzos, desde aquellos cortos animados que se han convertido en su seña de identidad, incluso en su imagen de marca. “Luxo jr.”, “Tin Toy”, “Knick Knack”. Títulos que anunciaban ya lo que iba a ser una tendencia, la de la excelencia condensada, el compromiso de ofrecer calidad a raudales en cada plano: “Toy Story”, “Monstruos S.A.”, “Buscando a Nemo”, “Pajaritos”, “Los Increíbles”, “Presto” y la última hasta hoy, “Wall-E” son algunos títulos, que no todos, de una excelente filmografía que ya quisieran para sí el resto de estudios. Y no sólo por los millones de euros recaudados con cada una, y con el merchandising asociado a ellas. Tampoco por los premios obtenidos con ellos (7 Oscar de la Academia en total). Ni siquiera por el fervor que provoca en el público, hasta el punto de que las salas se llenan con el comentario “hay que ir a verla” cuando en los tráilers aparece su logotipo, incluso antes de haber visto ninguna imagen sobre la producción en cuestión.

No, lo que realmente marca la diferencia en Pixar es la capacidad que tienen para usar y modelar a su antojo el lenguaje cinematográfico, para hacer única cada escena, y cada diálogo, y cada argumento. El increíble talento que despliegan en cada producción, convirtiendo cada guión en una obra de arte con la que pueden disfrutar todos. Porque al final cada una de sus películas es una historia completamente diferente para cada rango de edad, es decir, si bien “Buscando a Nemo” era para los chavales un largometraje de aventuras y diversión, a los adultos nos enseñaba los peligros de la sobreprotección, la superación de los miedos y unas lecciones de paternidad que ya quisieran para sí algunos manuales de Psicología.

Así pues no es de extrañar que “Up” haya despertado la expectación en el público, deseoso de una brisa de aire fresco en estas calurosas tardes de agosto.

El talento en 3D