jueves. 25.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES / ANTONIO SANTO 07.06.10

Rafael Nadal ha vuelto a ganar Roland Garros. Cualquier aficionado al tenis sabrá todo lo que contienen esas ocho palabras, pero conviene dimensionar el tamaño de la hazaña. El año pasado, un 31 de mayo Rafa cayó frente a los cañonazos de Söderling en octavos de final de Roland Garros; el vigente campeón sorprendía al perder frente a un tenista poco conocido en octavos de final. Ese día Nadal estuvo irreconocible; blando, con poco acierto, sin la sensación habitual de que en cualquier momento le iba a dar la vuelta al partido. Arrastraba cansancio, lesiones, problemas personales. Se confirmaba así el inicio de un via crucis que había de durar un año; pero la misma cancha que vio caer al titán lo ha visto levantarse.

Ayer Söderling no tuvo ninguna opción. Nadal le volvió loco desde el inicio con un tenis brillante y apasionado en el que el manacorí volcó toda la angustia, todos los miedos del último año; una venganza que le situó en un suspiro en un 4-2 de salida que presagiaba lo que había de ser el partido. El primer set quedó en 6-4, con el revés del sueco machacado por los golpes de Rafa. En el 2-2 del segundo set se pudo ver una de esas escenas por las que Nadal maravilla: cuatro bolas de break de Söderling y Rafa que no se rinde, que lo pelea todo, que se levanta una y otra vez. En la última su adversario le envió tres bolas a una velocidad asombrosa, con la potencia a la que nos tiene acostumbrados el jugador sueco; el español las devolvió todas y finalizó con una volea grandiosa. Söderling y su entrenador se miraron y en sus caras se podía ver primero estupor: aquello no podía estar pasando; y segundo resignación. Cuando Nadal juega así no hay nada que hacer. El set acabó en 6-2. El tercer set, 6-4, terminó con un suspiro de aturdimiendo y sorpresa de la pista central de Roland Garros y las lágrimas de Rafa. Lágrimas de tensión liberada, de rabia contenida, de venganza satisfecha, pero sobre todo de inmensa alegría: Roland Garros vuelve a estar en sus manos, y el número 1 de la clasificación ATP también vuelve a ser suyo. El huracán Nadal es otra vez el rey del tenis.

Rafael Nadal tiene ya 7 Grand Slams (entre ellos 5 Roland Garros, muy cerca ya del brutal récord del mítico Björn Borg, que ganó 6) y es el tenista con mayor número de Masters 1000 ganados de la historia, además de haber ganado este año los tres Masters 1000 de tierra batida. Ha negado a Federer por cuestión de días una vez más el sueño de ostentar el récord de semanas como número uno, hasta ahora en manos de Sampras. Está ya muy cerca de ser considerado el mejor tenista sobre arcilla de la historia; la lógica nos dice que, por edad (24 años cumplidos un día antes de la final de Roland Garros) y progresión, Nadal está preparado para machacar todos los récords. Ahora empieza la temporada de hierba. ¿Dónde está el límite de Rafa?

El huracán ha vuelto