jueves. 28.03.2024

Tras el deprimente resultado de la ida en Milán por 4-0, el Arsenal hoy tenía un partido épico. Muchos pensarían que era sólo un partido de trámite, pero con el Milán tocado por varias ausencias y sumándole el exceso de confianza con la que saltaron al césped, era la ocasión ideal para los londinenses de hacer goles, goles de esperanza

El Arsenal salió con un equipo ofensivo y con ganas de dejarse la piel en el campo, y esa actitud no tardó en dar sus resultados. En el minuto seis Konscielny llegaba desde el segundo palo, y sólo de marca, mandó el primer balón a la red.

La intensidad del Arsenal no cesaba, conscientes de la necesidad de conseguir rápido el segundo tanto y aprovechar así la parsimonia de los rivales.

Durante todo el partido se vieron problemas de concentración, se reflejaron en la salida de balón del Milán. También por parte del equipo inglés, los más graves los de Szczesny, que cometió uno en cada parte y pudieron haberle costado muy caro al equipo.

Después de un trallazo de Van Persie y el Arsenal sitiando al Milán, marca Rosiscky que aprovechó un mal despeje de la zaga italiana. Era el minuto veinticinco y el encuentro se ponía más llamativo. El Arsenal estaba convencido de sus opciones; sólo la calidad de jugadores como Ibra o Robinho planteaban una amenaza.

El nerviosismo del Milán se sentía en el estadio, y más aún cuando Chamberlain en una jugada individual, es derribado entre Nocerino y Mesbah. El penalti iba a ser lanzado por Van Persie, que pese a la treta, del siempre conflictivo Van Bommel para ponerle nervioso, lanzó sin vacilar y hacia el tercero y último de los gunners.

Antes del descanso El Shaarawy pudo acabar con las esperanzas del Arsenal con un gol, pero falló estrepitosamente.

La segunda parte comenzó sin cambios, y con un Milán más serio y mejor plantado en el campo. El gran esfuerzo del Arsenal en la primera parte se podría notar en cualquier momento por lo que había que saber dosificarse y esperar la ocasión.

La más clara del partido para lograr el ansiado empate estuvo en el minuto cincuenta y siete; Gervinho pisa área y su tiro lo rechaza Abbiati cayéndole a Van Persie que ve el momento perfecto para picársela pero el meta por vez consecutiva para, sacando una mano meritoria del pase de su equipo.

El partido ahora es de ida y vuelta. En tres cuartos de campo el Arsenal intenta hacer un juego combinativo entre sus mejores hombres. Cada vez el partido tiene un ritmo más frenético pero mantiene los banquillos sin movimiento; es en el minuto 68 cuando Allegri mueve ficha; entra Aquilani por El Shaarawy para dar más estabilidad al medio campo. No obstante en los siguientes minutos los equipos siguen intercambiando golpes, de la misma manera.

En el último cuarto de hora se ve un Arsenal cansado, y sin Walcott que se retiró por lesión, de ahí que el Milán le hiciese daño a la defensa gunner; primero con un tiro de Ibra, que aunque no estuvo muy activo, cada vez que tocaba el valor irradiaba respeto en sus adversarios, y consecutivamente la ocasión más clara para los italianos en las botas de Nocerino que falla dentro del área pequeña.

Finalmente los minutos pasan y el Arsenal no da más, pese a los ánimos de Wenger, el calor de la grada y los minutos extra, se van de la Champions League sin premio pero habiendo demostrado ambición y orgullo.

Fue un partido bonito para la grada, de infarto para los entrenadores, que permite al Milán pasar de ronda, y pensar en recuperar la imagen de la ida, porque en el Emirates pudo haber pasado cualquier cosa.

El asedio gunner no fue suficiente