viernes. 29.03.2024

portada diamantesHace tres años, la editorial Hoja de Lata presentaba "Diecisiete instantes de una primavera", éxito tanto en lo que a ventas se refiere como en lo referente a la atención mostrada por la crítica internacional, que lo consideró como uno de los productos más recomendables del género negro procedentes de la desaparecida Unión Soviética, esto es: de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, donde Yulián Semiónov ejerció como escritor y, también, como periodista y guionista.

El moscovita fue, igualmente, fundador y presidente de la Asociación Internacional de Escritores policíacos, algo realmente sugestivo en tiempos de dicha e inquietud… en proporciones notables. Y el sello asturiano, sensible a otras sagas literarias como la más popular del estadounidense Upton Sinclair, la originada en las peculiaridades del personaje Lanny Budd, vuelve al origen de la serie protagonizada por el agente Isáiev (o el agente Stirlitz) con la presentación de la primera entrega de la misma, "Diamantes para la dictadura del proletariado", relato que da salida a un periplo literario que nos acerca a la sociedad nacida tras la Revolución de Octubre.

Semiónov, a través de dicho relato, consigue llevar al lector hasta ese oscuro universo a través de un policíaco que, a diferencia de otros textos similares de la novelística y la cinematografía occidental del momento, convierte al infiltrado en uno de los personajes esenciales de la historia.

“Yeroshin -se lee en el primer capítulo de Diamantes para la dictadura del proletariado-, que era uno de los que sentían el tradicional respeto por los extranjeros, empezó a agitarse en la silla, pero el francés esbozó una sonrisa bondadosa y le tendió a Staritski su tarjeta de visita".

 El crítico se metió la tarjeta en el bolsillo y preguntó:

-¿Del Komintern?

-Más bien de la Entente.

-Entonces tenga cuidado con Misha, es agente secreto de la Checa”. A partir de esos momentos, todo cambiará en Moscú. Y en la historia narrada: la abundancia de diálogos y párrafos llenos de frases cortas, detalles que ayudan a leerla sin esfuerzo, es el principal atractivo de Diamantes…, novela no exenta de otras bondades, como una indudable atmósfera realista que nos lleva a comprender el difícil camino a seguir por la inmensa mayoría de la población rusa (y no solo rusa) de aquellos años soviéticos (y no solo soviéticos, claro está).

Yulián SemiónovOtro paso adelante: “Al ver a Lida, Nikándrov se recolocó, su cara se volvió aún más expresiva, se dibujaron con mayor claridad las arrugas de tristeza que rodeaban su boca. Lida se sentó cerca de él; olía a perfume ligeramente amargo, y él empezó a sentir inquietud y dicha”. Un paso atrás: “Jürla no llegó solo: con él estaba Lahme, el secretario de la redacción del `Postimees´, que estaba con la perdidamente bonita, y al parecer un pelín borracha, Lida Bossey, una actriz de varietés en Villa Mon Repos”.

Pero, bueno, una vez llegados a este punto, lo más recomendable puede ser acercarse al punto de salida, ponerse en camino de una vez (muy pronto, a la altura de “Moscú, 21 de abril”) y dejarse llevar… (En la imagen: Yulián Semiónov)

​Publicado en Diario de Noticias de Navarra, diciembre de 2018

Diamantes para la dictadura del Proletariado